El asunto es
bastante injusto porque todo parecer indicar que se usan dos pesos y
dos mesuras en lo concerniente a la política internacional. Si se habla
desde los principios la posición de Chávez no es defendible. Sin embargo,
el asunto es que éstos no se usan casi nunca, y si se lo hace, la manera
de proceder es pervertirlos. Lo que domina es el escenario internacional
es la “real politik” y si ésta es válida para invadir Irak mintiendo,
debe ser válida también para la seguridad de la revolución y su fortalecimiento.
Hay que hablar de una “zona de seguridad” para la defensa del territorio venezolano, de la República Venezolana. Por tanto, no se trata de doble discurso de Chávez, sino de usar el doble registro internacional según la conveniencia y los intereses del propio país.
Así, Chávez
hace lo que todo político hace: se mueve en los intersticios y fisuras
de la geopolítica y del lenguaje diplomático para restablecer Zelaya
en su lugar. No se por qué si lo hacen otros países no lo pueda
hacer Venezuela,
Se dirá
que la “real politik” es una basura. Pero con esta basura vive el
mundo, y en ella nos movemos. Ya el significado de la palabra democracia
se ha vuelto ambiguo y cada cual lo vierte a su manera. Lo que es igual
no es trampa. Según esto, Chávez tiene todo el derecho del mundo a
hacer lo que hace, no obra de manera diferente a otros Presidentes
de otras naciones y defiende los intereses de una revolución que últimamente
avanza atacando los medios de reproducción de la hegemonía. Si el
pueblo no protesta masivamente, ni si quiera cuando el asunto se traslada
al terreno constitucional, significa que por “x” o por “y” no
está en desacuerdo, no se lo toca en su estilo de vida y tiene cierta
esperanza de que las cosas irán para mejor.
En Honduras
pasa lo mismo. El pueblo puede haberse hartado de una democracia –
vaya a saber qué significa allá esa palabra – que no mejora si vida
material y moral. ¡Al diablo la democracia si es fachada de financieros
corruptos y Estados que ayudan a quienes han arruinado millones de trabajadores.
La política puede no gustar, pero es hora de olvidarnos que nuestro
referente es la polis y dinamitar las viejas herencias eurocéntricas
que siguen con la tradición de mitos poco confiables o ya, hoy, utópicos.
Honduras se maneja con la “real politik”. El verdadero tópico es si Chávez tendrá éxito. Si se sabrá moverse en ese terreno. Todo parece indicar que sí. Pero, recordemos que el imperio manda, pues quien tiene la “ultima ratio” de las armas, tiene siempre la razón. Eso también es “real politik”.