Resulta una pérdida de tiempo
profundizar sobre los ya muy aburridos
fraudes obscenos de la banca negra”
israelí-anglosajona
que hemos denunciado desde que pusimos en evidencia “el
lado oscuro de la globalización”
(título de nuestro libro agotado
desde
hace 10 años), donde no se salva ningún actor del teatro trágico del
modelo
neoliberal financierista.
Las estrellas del reparto han sido los vilipendiados banqueros, quienes realizan una actividad consustancialmente criminal y misantrópica, gracias a las generosas lubricaciones que han ejercido sobre la exageradamente mediocre clase política contemporánea que claudicó ignominiosamente a su función primordial de defender el bien común.
Más allá de los expuestos banqueros, hilarantemente disfrazados de “filántropos”
,
los “actores secundarios”
del mafioso circuito financierista
global anglosajón, en la obra trágica que pudiéramos denominar “Las
finanzas neoliberales globales”
, han tardado en ser puestos en la
picota, como destacan sus inexpiables empresas de contabilidad, sus
descalificadas “agencias calificadoras (sic)”
y sus muy laxas “reguladoras”
gubernamentales, ya no
se diga sus agencias especializadas de noticias multimediáticas, que en
su
amplio espectro han contribuido al mayor engaño global en la historia de
la
humanidad.
En el sector contable el recuento de daños ha sido exageradamente
mínimo:
Arthur Anders, en la otrora “quinta grande”
, desapareció con
Enron (la quebrada
gasera texana mafiosa, válgase la tautología, vinculada al nepotismo
bushiano);
Ernst&Young acaba de ser indiciada sin el menor daño colateral, a
raíz de su
alquimia contable en el caso crapuloso de Lehman Brothers, y las hazañas
de KPMG
han sido salpicadas levemente con el jocoso Vamos México (entelequia de
los
fraudes foxianos).
Hasta ahora tampoco ha sido importunada la inimputable
Pricewaterhouse
Coopers, la que no vemos cómo podrán ocultar del ultraje ciudadano las
desacralizadas autoridades financieras “reguladoras”
a los dos
lados del Atlántico, cuando
opera de la misma forma, si no es que peor, que sus “competidoras”
en el ocultamiento y
maquillaje de datos contables de la banca negra global (Goldman Sachs,
Citigroup, JP Morgan-Chase, Banca Rothschild, RBS, Barclays, Santander,
etcétera).
Lo peor: las “reguladoras”
estaban “reguladas”
pecuniariamente por la
“desregulada”
banca negra
israelí-anglosajona.
No vamos a penetrar los dédalos de la propedéutica de “Las
finanzas neoliberales globales”
con la que se enseña “tecnológicamente”
a saquear al prójimo en ciertas
universidades e “institutos”
a escala planetaria
(v. gr. el ITAM), diseñados ex profeso para capacitar a sus
singulares
“cuadros”
cleptomaniacos.
A reserva de escudriñar la “enseñanza”
de “Las finanzas
neoliberales globales”
en los “institutos”
dizque académicos,
nos
centraremos sucintamente en las poco analizadas “agencias
calificadoras”
: el descalificado trío oligopólico
anglosajón conformado por Standard&Poor’s (S&P), Moody’s y Fitch
(la
minúscula de las tres), sin el cual no habría sido posible engañar a
tanto
inversionista ingenuamente desinformado.
En medio de la crisis financiera global, detonada en Wall Street y
que ha
infectado todos los rubros de la actividad humana, acaba de surgir un
blog
disidente muy atractivo en Estados Unidos, The fourteenth banker
(El
decimocuarto banquero), totalmente “anónimo (sic)”
y
selectivamente entronizado por el
portal muy visitado huffingtonpost.com (13/4/10), el cual delata la
“venta de calificaciones”
por la descalificada “agencia
calificadora”
Moody’s, que, por cierto, reporta
ingresos por US$2,040,000 millones hasta 2006. ¿Qué habrá pasado con sus
estados
“contables”
hasta el cierre de
2009?
Moody’s “califica”
en forma anómala y
desproporcionada 40 por ciento del mercado de crédito global y entre sus
propietarios se encuentra la legendaria Berkshire Hathaway (BH), cuyo
accionista
mayoritario es Warren Buffett, uno de los hombres más ricos del mundo.
¿Cómo se acepta que Moody’s califique a sus propios dueños? ¿Como calificará a Davis Selected Advisers, su también propietaria firma de inversiones? ¡Puro cuento gringo!
El arrepentido “banquero anónimo”
(“ejecutivo de los
principales 10 bancos de EU”
), corroído muy a destiempo por una
“crisis moral (sic)”
, considera que el sistema financiero
anglosajón “está diseñado para el engaño”
, lo cual no representa
ninguna
sorpresa para los dilectos lectores de Bajo la Lupa.
Con bastante antelación habíamos investigado hace más de una década “el
engaño infernal del milenio”
(capítulo del libro agotado Los
cinco precios del petróleo, Ed. Cadmo & Europa, Buenos Aires,
2006), en
alusión a cuatro impactantes reportajes de Nicholas D.Kristof y Edward
Wyatt, en
The New York Times (15, 16, 17 y 18/2/09) sobre “el
plan maestro”
de Wall Street, en colusión con los
políticos en turno de la Casa Blanca, para adueñarse de las joyas
estratégicas
del mundo mediante la desregulada “globalización
financiera”
(¡otro cuento gringo!).
Son momentos de reparar, más que reformar, la inoperancia de todo el sistema financierista anglosajón neoliberal cuando sus gobiernos a los dos lados del Atlántico sufren en las urnas democráticas y funerarias los embates de la furia ciudadana.
Sam Jones y Stephanie Kirchgaessner, de The Financial Times
(23/4/10), portavoz del neoliberalismo global, se atreven tardíamente a
denunciar los fraudes de la descalificada S&P, “la
mayor agencia calificadora del mundo”
, durante el “desplome de
los bonos hipotecarios de baja
calidad”
, con los que, por cierto, realizó
fortunas Goldman Sachs apostando diabólicamente contra sus propios
clientes.
Ahora resulta que S&P “no es más una agencia confiable (sic)
ante
los inversionistas”
, en medio de “una crisis que se debió a los
propios
errores de S&P”
.
El jefe de Moody’s admite también sus errores (The Financial Times, 24/4/10), mientras una investigación del Senado estadunidense inculpa al trío oligopólico de las agencias calificadoras por su ceguera selectiva (The Financial Times, 23/4/10).
¿A poco no se sabía? ¿No es cómplice The Financial Times?
Son tiempos de inculpaciones estériles y lamentaciones insulsas en
medio del
cementerio neoliberal global, cuando los correos electrónicos de
intimidad
bidireccional de las “agencias calificadoras”
con los bancos (a
quienes
supuestamente “calificaban”
) han exhibido sus
macabras supercherías, así como sus tratativas bajo la mesa para
negociar las
cotizaciones triple A, dependiendo de las lubricaciones de los banqueros
interesados.
Un correo interno de S&P no tiene desperdicio: “Las agencias calificadoras continúan creando un monstruo (¡supersic!) mayor, el mercado CDO (‘obligaciones de deuda colateralizada’). Esperemos que todos seamos ricos y jubilados cuando esta casa de naipes se desplome”.
Entre el “monstruo mayor”
creado por S&P y las “monstruosidades”
gestadas por el Fabuloso Fab,
autoapodo de Fabrice Tourre, ejecutivo de Goldman Sachs (ver Bajo la
Lupa,
21/4/10), pues que Dios agarre confesados a los valetudinarios
ciudadanos
indefensos del planeta.