Mientras sigue en Miami la campaña de difamación contra Cuba, los tres terroristas designados, José Dionisio Suárez Esquivel, Pedro Crispín Remón Rodríguez y Reynol Rodríguez González, siguen residiendo en esta ciudad y conspirando al lado de Luis Posada Carriles, con la complicidad de las autoridades judiciales.
Treinta y un años después del crimen, el hijo de Carlos Muñiz pide al Fiscal General de la administración de Barack Obama enjuiciar a los asesinos de su padre. Tres sospechosos de la ejecución ya han muerto pero tres otros – los conocidos terroristas José Dionisio Suárez Esquivel, Pedro Crispín Remón Rodríguez y Reynol Rodríguez González - viven en Estados Unidos, beneficiándose de la inercia del FBI.
En una carta dirigida a Eric H. Holder, el actual titular del Departamento de Justicia, Carlos Muñiz Pérez, hijo de Carlos Muñiz Varela, asesinado en Puerto Rico el 28 de abril de 1979, señala como su padre fue víctima de un complot “organizado y financiado por miembros de la extrema derecha de Puerto Rico quienes fueron apoyados por grupos similares en los Estados Unidos” y otros que se encontraban “introducidos en el Departamento de Policía” de esta isla caribeña.
Muñiz Pérez designa como presuntos autores del asesinato a José Dionisio Suárez Esquivel, asesino del ex canciller chileno Orlando Letelier; Pedro Crispín Remón Rodríguez, asesino de Eulalio Negrin y cómplice de Luis Posada Carriles en el intento de magnicidio contra el líder cubano Fidel Castro en Panamá, y Reynol Rodríguez González, actual directivo del grupo terrorista miamense Alpha 66,
Los familiares, amigos y compañeros de Muñiz Varela acudieron en gran número este miércoles, 28 de abril de 2010, al cementerio de San Juan, la capital puertorriqueña, para reafirmar su voluntad de encontrar y encausar a los autores del asesinato.
Carlos Muñiz nació el 10 de agosto de 1953 en la ciudad de Colón, provincia de Matanzas, en Cuba y llegó a Puerto Rico a los siete años, junto a su madre y su hermana. Fundó la Agencia de Pasajes Viajes Varadero en 1979 y gracias a su labor miles de cubanos pudieron volver a ver a sus familiares. Cuatro meses después de haber comenzado estos viajes, el joven cubano fue asesinado. Un crimen político que nunca fue esclarecido.
Hace más de dos años, en abril de 2008, salió a la luz pública la admisión, por el director del FBI en Puerto Rico, Luis S. Fraticelli, de que la policía federal norteamericana cuenta con toda la información y la evidencia que necesita el Departamento de Justicia de la isla para “resolver el caso y encausar a los responsables de este asesinato”, y que la agencia federal estaba en la disposición de cooperar y entregar dicha información.
“Todavía estamos esperando por el cumplimiento del Sr. Fraticelli”, expresó Carlos Muñiz Pérez.
Luego, en una carta fechada el 3 de octubre del 2008, se le cuestionó a a Fraticelli desde cuándo tenía esta información y por qué no había colaborado ya con el Departamento de Justicia. “Aún no nos ha contestado. Entonces, ¿a qué se debe tanto silencio y hasta cuándo vamos a esperar para que se haga justicia?”, cuestionó Muñiz Pérez.
El pasado 11 de febrero, el nuevo secretario de Justicia interino, Guillermo Somoza Colombani, recibió en sus oficinas, a Raúl Alzaga y al hijo de Muñiz Varela, ambos del Comité de Amigos y Familiares, y luego anunció en una carta que iba a realizarse “una evaluación en su totalidad del expediente investigativo, a los fines de determinar si quedan gestiones que realizar y sobre todo darle seguimiento a una solicitud efectuada al FBI”.
Sin embargo, los familiares y amigos de Muñiz Varela expresan en un comunicado que “se debe ejercer un mayor esfuerzo para que se entregue la información de manera inmediata o, al menos, dentro de lo que queda del presente año”.
En una carta dirigida a Obama y expedida el 15 de diciembre del 2008, el ex gobernador Acevedo Vilá revelaba cómo el director del FBI Luis S. Fraticelli, había confesado en conversación con el secretario de Justicia de esa isla, Roberto J. Sánchez Ramos, que el FBI tiene en su poder información y evidencia que resolvería el caso de Carlos Muñiz Varela y permitiría el enjuiciamiento de las personas responsables de este crimen.
Documentos obtenidos por los familiares y amigos de Carlos Muñiz Varela habían ya demostrado que el FBI conocía perfectamente los grupos terroristas cubano-americanos activos en Puerto Rico en el momento del crimen y que identificó a los responsables del asesinato de Carlos Muñiz desde tan temprano como el 2 de mayo de 1979.
LOS “DERECHOS HUMANOS” EN MIAMI, REFUGIO DE ASESINOS
La solicitud del hijo de Carlos Muñiz ocurre cuando en Miami se desarrolla una campaña de propaganda contra la Isla sobre el tema de los “derechos humanos” cuando esta ciudad es el principal refugio de terroristas, torturadores y ex mandatarios asesinos del continente.
Pedro Remón es un delincuente internacional protegido por Estados Unidos, junto a Luis Posada Carriles, Orlando Bosch Ávila, Gaspar Jiménez Escobedo y Guillermo Novo Sampol, sus cómplices en la conspiración de Panamá donde fueron condenados por terrorismo y luego indultados por la presidenta mafiosa Moscoso.
Producto del entrenamiento dado por la CIA, Pedro Remón es el autor del salvaje asesinato del emigrado cubano Eulalio José Negrín, ocurrido el 25 de noviembre de 1979, siete meses después del de Muñiz. Ambos hombres militaban a favor de una normalización de los viajes entre Estados Unidos y Cuba.
Remón es también quién ejecuto, por cuenta de Omega 7, al diplomático cubano Felix García, baleado en plena calle de Nueva York, el 11 de septiembre de 1980. Era la primera vez en 35 años que se asesinaba un diplomático extranjero asignado a la sede de las Naciones Unidas desde la propia creación de la organización.
Condenado por su complicidad en el asesinato del ex canciller chileno Orlando Letelier y su colaboradora Ronnie Moffit, en Washington, el 21 de septiembre de 1976, José Dionisio "Charco de Sangre" Suárez Esquivel fue liberado unas pocas semanas antes del 11 de septiembre, por el presidente George W. Bush, después de cumplir unos años de cárcel.
A pesar de todas las denuncias y con la complicidad de la prensa, Luis Posada Carriles ha participado en actividades publicas en Miami, presentando “pinturas” ante nostálgicos de la dictadura de Fulgencio Batista, hasta compartir una exposición en el Big Five Club de Miami, con el propio José Dionisio "Charco de Sangre" Suárez Esquivel, otro artista del C4.
La revista norteamericana Salon reveló cómo Posada participó, escoltado por Pedro Remón y Reynol Rodríguez en una actividad pública de Alpha 66 en el restaurant Miami Havana de la localidad de Westchester. Reynol Rodríguez se dice jefe militar de esta organización terrorista que ni Bush ni Obama se atrevió a neutralizar.
Tanto Posada, como Remón, Suárez y Reynol Rodríguez son residentes de Miami.