01 de Abril de 2008. - Faltan apenas dos años y 11 vuelos en total para que EEUU jubile a sus tres transbordadores espaciales - Endeavour, Atlantis y Discovery - los cuales serán sustituidos por un modelo nuevo, Orion, solamente en el año 2015.
Es una situación "sumamente deplorable y preocupante", según el jefe de la NASA. "Dependeremos de Rusia durante casi cinco años, y es horrible para EEUU verse en esta situación", confesó Michael Griffin. A raíz de estas palabras, el congresista Dave Weldon exigió incluso retrasar la jubilación de los Shuttle por algunos años para evitar la dependencia con respecto a Moscú. El que domina en el espacio extraterrestre, tiene garantizadas tanto la seguridad nacional como la supremacía militar.
Claro que EEUU no perderá dentro de un par de años su condición de gran potencia espacial, entre otras cosas, porque mantiene un número de satélites que es cuatro veces superior al de Rusia, pero sí no va a poder lanzar misiones tripuladas, por primera vez en medio siglo.
A partir de 2010, EEUU tendrá que fletar las naves rusas Soyuz y Progress para el transporte de astronautas y cargas a la Estación Espacial Internacional (ISS). Por algunos años, Rusia detentará el monopolio de los vuelos tripulados al espacio extraterrestre.
"Es una verdadera traición de los intereses nacionales", afirmó el otro día el senador estadounidense Bill Nelson, jefe del Comité parlamentario que supervisa las actividades de la NASA.
"Si Rusia no tuviera estas posibilidades, nuestra situación serían aún peor", le respondió Shana Dale, subdirectora de la NASA.
El contrato por valor de más de US$700 millones que la NASA firmó con Roscosmos, la agencia espacial de Rusia, contempla el suministro de seis naves tripuladas y tres cargueros espaciales a EEUU en el período de 2009-2011. También se prevé construir un módulo adicional de acoplamiento con vistas a la creación de un cuarto muelle para la recepción de naves rusas. Expertos dicen que el importe del contrato casi equivale al coste de las obras, a lo cual hay que sumar la continua depreciación del dólar. Y encima, los recursos se extraviaron en algún punto entre la NASA y Roscosmos, de modo que la empresa productora, RKK Energiya, se vio obligada incluso a solicitar grandes créditos para cumplir sus compromisos, afirmó una fuente familiarizada con la situación. Para EEUU, la transacción resulta muy ventajosa, puesto que el lanzamiento de cada transbordador espacial cuesta entre 500 y 700 millones de dólares.
En total, la NASA prevé gastar 2,6 mil millones de dólares para contratar los servicios del transporte y así mantener operativo el segmento estadounidense en la ISS en el período de 2009-2013. La construcción de una nave espacial en Rusia suele prolongarse por tres años, así que el Congreso de EEUU deberá autorizar en verano la adquisición de aparatos que viajarán a la ISS después de 2011. Si no lo hace, EEUU se quedará sin vehículos espaciales.
En opinión de expertos, Rusia debería analizar la situación con detenimiento y en lo posible aprovecharla en beneficio propio. Políticamente, es una baza que Moscú podría usar a la hora de negociar diversos problemas internacionales con Washington. Y en el plano económico, habría que invertir este dinero en el desarrollo de nuevos equipos espaciales a fin de que Rusia no se vea a futuro en la misma situación que EEUU, es decir, sin acceso autónomo a misiones tripuladas en el Espacio.