- Millones de personas han quedado sin hogar luego de caer en las
trampas de las "cuotas subprime", que prometían a confiados
estadounidenses que podrían obtener créditos hipotecando sus casas y
pagando únicamente los intereses. Pero luego, al no poder pagar el
capital, tratan de vender sus casas. Muchos otros también intentan
hacer lo mismo, y al aumentar la oferta de casas en venta, caen los
precios. Las personas no pueden obtener el dinero necesario para comprar una casa nueva, y terminan en la calle.
- Estas cuotas subprime han sido prestadas por los bancos de forma masiva, a miles de personas. Se les considera hipotecas de alto riesgo, y quienes las adquirieron no son capaces de devolverlas. Esto forzó a muchas instituciones financieras a reducir el valor de sus inversiones, lo que les está costando miles de millones de dólares. Como consecuencia de ello, los bancos necesitan fondos extra para cubrir sus pérdidas. Las aseguradoras que cubren las pérdidas de los bancos también se están viendo afectadas, y caen una detrás de otra.
Cómo solucionar el problema
Un gobierno de derecha y un gobierno de izquierda hubieran tomado actitudes totalmente opuestas para solucionar el problema.
- Un gobierno de izquierda hubiera tomado medidas urgentes para ayudar a la gente, en
particular a los millones de personas que están viviendo en
automóviles, carpas y estacionamientos públicos, para que puedan
mejorar su vida y encontrar hogar rápidamente. Igualmente, se hubiera
concentrado en detener y enjuiciar a los culpables de la crisis
financiera.
- Un gobierno de ultraderecha (como el de Bush) ha hecho lo opuesto: se ha concentrado en tomar medidas urgentes para salvar a los bancos, entregando miles de millones de dólares a varios de ellos, estatizando otros y proponiendo un "plan de rescate" que requiere, inicialmente, entregar 700 mil millones de dólares a los mismos banqueros que han causado la crisis actual. La medida es apoyada tanto por John McCain como por Barack Obama, los dos candidatos presidenciales con más chance, lo que da cuenta de que habrá pocas esperanzas de cambio para 2009.
Históricamente, ante crisis de esta magnitud, Estados Unidos se ha recuperado en el pasado interviniendo en conflictos bélicos a gran escala, lo que le permitió crear nuevas industrias, aparición de nuevos empleos y el resurgimiento económico. Mientras los gobernantes gringos deciden a qué país invadirán, la crisis deja sobre las personas un efecto devastador, como muestra este artículo de BBC Mundo.
Mi auto, mi hogar
Rajesh Mirchandani - Corresponsal de BBC en Los Ángeles
En Santa Bárbara se vive con el clásico estilo relajado de
California, con playas tranquilas, cafés con comida sana y encantadora
arquitectura de influencia española. Por supuesto que este tipo de vida
no es barato: entre las montañas de Santa Ynez y el Océano Pacífico hay
hogares que valen millones de dólares.
Pero en este paraíso de riqueza también hay muchos que están muy
lejos de vivir el "Sueño Americano". En un área próspera, en el
estacionamiento frente a una fila de casas lujosas, el atardecer trae
una visión muy extraña.
Algunos autos llegan y estacionan en diferentes esquinas. En cada
carro hay una mujer, quizás algunas mascotas, bolsas con pertenencias y
ropa para dormir. Frente a casas que tienen habitaciones de sobra,
estos son los otros habitantes de Santa Bárbara: personas que en el
último año perdieron su hogar como consecuencia del colapso del sistema
hipotecario en Estados Unidos.
En este estacionamiento exclusivo para mujeres, Bonnee, quien sólo
da su primer nombre, viste un elegante vestido azul y tiene un aire
empresarial. Hace un año llevaba una buena vida -irónicamente como
agente inmobiliaria. Pero cuando la gente dejó de comprar casas su
ingreso, basado en las comisiones, se secó y como muchos de sus
clientes, ella también dejó de poder pagar su hipoteca.
Vida en crisis
Muy pronto esta mujer de mediana edad se encontró sin otro lugar
para vivir que su auto 4x4. En la parte trasera hay pilas de sábanas;
los documentos personales están en los bolsillos de los asientos, hay
libros tirados en el asiento de atrás. En la parte de adelante hay una
bolsa con cosméticos y una tarjeta de membresía de un gimnasio (se asea
en el gimnasio).
A todos lados lleva las fotos de su antigua vida. No puede creer la
situación en la que se encuentra. "Por Dios, el corazón de Estados
Unidos está sangrando", me dice. "Soy normal, soy de Indiana, la más
chica de cinco hermanos, mi papá era carpintero, él me amaba, lloraría
si supiera lo que me pasó". Se le llenan los ojos de lágrimas.
"Sé que la cosa mejorará. Pero es muy triste. Luché muy duro".
Bonnee dice que todavía tiene clientes de la agencia inmobiliaria y no
quiere que sepan cómo vive en estos momentos.
La historia de Barbara
Una camioneta 4x4 de tamaño mediano llega al estacionamiento y
Barbara Harvey, de 66 años, sale de su auto. Abre la puerta trasera y
dos perros labradores corren libremente por el patio de cemento.
Mientras tanto Barbara comienza su rutina nocturna: toma una pequeña
maleta del baúl y lo coloca debajo del auto, donde está más segura.
Mueve algunas bolsas del baúl al asiento de adelante, saca unos pijamas
de una bolsa y un yogurt (cena), y coloca una mantas en la parte de
atrás del auto.
Barbara trabajaba en financiación de casas (este es el doble golpe
del colapso inmobiliario: muchos que trabajaban en el sector perdieron
su trabajo y su hogar). Desde abril, ella y sus perros Ranger y Phoebe
han dormido todas las noches en su auto. Está lleno de cosas, pero ella
dice que si duermen de forma diagonal todos entran. El estacionamiento
les permite ingresar a partir de las 7pm y los baños públicos cierran
al atardecer.
Barbara dice que no bebe líquidos después de que llega. En la
mañana se ducha en casa de una amiga a pocas millas. Vestida con ropa
limpia y cómoda y usando anteojos de sol, está lejos del estereotipo de
los sin techo.
"No creo que encaje en la imagen de nadie", afirma. "Sin embargo
hay muchas personas que van a quedarse sin hogar, que son como yo y se
ven como yo. Va a haber muchas personas sin techo de clase media.
Estamos en un enorme lío económico. No creo que hayamos visto lo peor
de lo que va a pasar en este país".
Un problema creciente
Este nuevo fenómeno de la clase media sin techo es difícil de
cuantificar pero New Beginnings (Nuevos Comienzos), una organización
que maneja el esquema de los estacionamientos para los sin techo en
Santa Barbara, dice que ayuda a unas 55 personas en una docena de
playas de estacionamiento. No es mucha gente, pero son una consecuencia
directa del actual torbellino financiero en EE.UU. y, algunos piensan,
podrían marcar el comienzo de una tendencia.
La trabajadora comunitaria Nancy Kapp, quien una vez también perdió
su hogar, dice que hay una lista de espera para obtener un espacio en
algún estacionamiento y que cada día recibe más y más llamados de
personas a punto de perder sus casas.
Ella identifica a un nuevo tipo de persona de la calle
estadounidense. "Ser pobre es como un cáncer, y ahora este cáncer se
está filtrando a las clases medias", afirma. "Da mucho miedo. No
importa cuán fuerte seas, es una degradación de la psiquis humana
cuando empiezas a perder todo lo que tienes. Estas personas han
trabajado toda su vida para tener una casa y ahora se está despedazando
y eso es devastador. No es un sueño americano, es una pesadilla
americana".
Los precios de las casas en California bajaron un 30% desde
comienzos de año hasta mayo. Pocas partes de EE.UU. han sido tan
golpeadas. Pero grupos de ayuda dicen que han visto un aumento de los
sin techo a lo largo del país desde que la crisis hipotecaria comenzó
el año pasado.
Familias
En otro estacionamiento en otra parte de Santa Bárbara, Craig
Miller, su esposa Paige y sus dos hijos se sienten apretados en su
pequeña casa rodante. Han estado viviendo aquí por varios meses. "Es
difícil mantener las cosas limpias", señala Paige. "Es difícil sentirse
completa y entera".
Originarios de Florida, la familia era dueña de una casa de cuatro
cuartos con pileta. Pero cuando el negocio de Craig comenzó a fallar,
perdieron la casa. Sin dejarse vencer, la familia decidió embarcarse en
un sueño: manejar a través de EE.UU. y comenzar de nuevo en California.
Sin poder conseguir trabajo de tiempo completo y sin poder pagar
alquiler, ahora Craig dice: "estamos atorados". "Las primeras semanas
fue como una vacación", afirma. "Pero es duro, y no estamos
acostumbrados a esto. Conseguir dinero para comer, no es algo en lo que
teníamos que pensar antes. Definitivamente aguardamos el momento de
poder irnos de aquí y conseguir algún lugar. Y estamos trabajando duro
para conseguirlo. Este es sólo el viaje, no es el destino".
Mientras la oscuridad cae sobre Santa Bárbara, los que duermen en
sus autos se preparan para la noche. Tendrán que despertarse temprano:
no tienen permiso de quedarse después de las 7am. Algunos trabajan,
otros pasan su tiempo manejando de un lado a otro. Cuando vuelve a caer
la noche, regresan a sus hogares en los estacionamientos. Comparado con
otros países, e incluso con el problema de larga data de los sin techo
estadounidenses, son aún afortunados.
Pero en la medida que se profundiza la crisis económicaestadounidense, ¿serán pronto muchos más?