5 de oct. 2008.- "Si ese es el precio que hay que pagar por nuestros ideales y por los principios que nos impulsan a la lucha y que dan razón de ser a nuestra existencia, qué se va a hacer y ¡bienvenida sea la cárcel! Otros harán uso de su libertad física para concluir nuestros sueños de un mundo sin explotadores ni explotados".

Este extracto de una carta de Simón Trinidad a Lucero, su compañera por 15 años en las selvas de Colombia, es quizás el que mejor muestra la esencia de "El hombre de hierro" que el periodista Jorge Enrique Botero recoge en su más reciente publicación, cuya presentación motivó su visita a Venezuela y que Últimas Noticiasaprovechóparaconversarconél.


Usted escribió este libro luego de "Últimas noticias de la guerra", donde revela la existencia de Enmanuel, sin embargo no creía que el niño pudiera estar vivo ¿qué sintió cuando recibió la noticia de que sí lo estaba?
Yo tenía mis dudas. Pero, cuando supimos que estaba vivo, a mi me entró una de las mas grandes alegrías de mi vida.

Soy quien reveló al mundo su existencia y lo hice con el gran interés de hacer algo por sacarlo a él, a su mamá y a todos los que estaban con él de la selva.


Pero, fíjese, ya Clara y Consuelo fueron liberadas, también Ingrid ¿Qué se está haciendo por los que quedaron allá?
Hay personas que hemos asumido esa causa como un motivo de vida y al frente de todo sigue estando la senadora Piedad Córdoba, quien acaba de encabezar una carta dirigida a las Farc planteándoles que el acuerdo sigue vivo. Hay mucho optimismo de que pueda tener receptividad en las Farc y, pues, dice Piedad que este fin de año el tema del acuerdo va a estar en primer lugar.


¿Y cómo está el clima en el Gobierno?
El Gobierno está en una encrucijada interna brutal. Los niveles de putrefacción a nivel del Estado y de la mayoría de las instituciones han llegado a unos extremos que ha hecho muy difícil gobernar. Eso hace que el Gobierno, en un ánimo de conseguir nuevos espacios, sea más proclive respecto a un acuerdo pronto. Pero, hay que tener en cuenta que hay una euforia triunfalista, de que derrotaron a las Farc y eso hace que se pierda el sentido de la realidad. Esto va a sonar un poco fuerte, pero es una realidad científica, comprobable: A las Farc nunca las van a derrotar. Son invencibles.


¿Teme que por su cercanía a las Farc se juzguen sus trabajos como parcializados?
Hay una cierta campaña para hacer entender eso. Pero, tengo una fortuna, los trabajos hablan solitos. El que se acerque a un documental mío o a mis libros lo máximo que va a encontrar es afecto hacia los seres humanos que hacen parte de las historias.

Creo que es un trabajo muy equilibrado.


Y cuénteme ¿Uribe va a la reelección?
(Carcajada franca y abierta) Bueno, yo me atengo más bien al seguimiento de su comportamiento. Una constante en el comportamiento político de Uribe es que ha sido mentiroso. Si está diciendo que no, entonces yo pienso que debemos estar preparados para un nuevo intento de reelección.


¿Y los candidatos que propuso?
Eso es para distraer y dar la sensación de que ninguno es como él. Entonces, va a quedar una cosa así como de que, bueno, no hubo nadie que llegara a mi estatura, entonces yo mesiánicamente me sacrifico y sigo salvando a mi país. Pero eso sería muy lamentable para Colombia, pues con este Presidente se está cumpliendo el sueño de Pablo Escobar: la mafia narcoparamilitar está en la Casa de Nariño (Palacio Presidencia) gobernando.


Y sobre la operación Jaque ¿qué nos puede decir? ¿El mundo lo supo todo?
No. Debe haber varios secretos sin revelarse y, no me vaya a picar la lengua, porque ese es uno de los temas que estoy investigando. He avanzado bastante en obtener datos que no han salido a la luz pública, de fuentes distintas de las que han hablado hasta ahora. Si hay algo que me fascina del periodismo es esa misión de revelar, de sacar la verdad.


Estaré detrás de usted.

CONVICCIÓN Y DECISIÓN
"Simón Trinidad, el hombre de hierro" mezcla la crónica, el reportaje y la biografía para contar la historia de Ricardo Palmera, un hombre a quien sus "férreas convicciones lo mandaron desde las comodidades de la pequeña burguesía urbana a las inescrutables orillas de la insurgencia armada en las montañas" de Colombia, para más tarde ser preso y extraditado a los Estados Unidos, donde fue juzgado y condenado a 60 años de prisión por el delito de conspiración para la toma de rehenes.

Para su autor, Jorge Enrique Botero, la historia de Simón Trinidad, alias que Palmera adoptó en la guerrilla, es especial desde el punto de vista de "las decisiones que en un determinado momento de la vida se ve abocado un ser humano a tomar. Y lo formidable de la historia de él es que toma las decisiones más atrevidas".