04 de diciembre 2008. - En violación de su compromiso con Naciones Unidas de no reclutar niños para las fuerzas armadas, el Pentágono “apunta regularmente a niños menores de 17 años,” dice la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU).
El Pentágono “recluta en gran medida en campus de escuelas secundarias, seleccionando a estudiantes para reclutarlos lo antes posible y generalmente sin límites en la edad de los estudiantes que contactan,” declara la ACLU en un informe de 46 páginas titulado “Soldados de desaventura.” Esto viola la ratificación en 2002 por el Senado de EE.UU. del Protocolo Opcional de la Convención de la ONU sobre los Derechos del Niño.
Los reclutadores del Pentágono están enrolando a niños de hasta 14 años en el Cuerpo Junior de Oficiales de Reserva (JROTC) en 3.000 colegios para niños de 12 a 14 años, escuelas primarias de 7 a 11 años, y secundarias, llevando a alistarse a cerca de un 45% del cuarto de millón de estudiantes enrolados de esa manera, una tasa mucho más elevada que en la población estudiantil general. Claramente, es el resultado de una orientación hacia menores de edad.
En algunas ciudades, como en Los Ángeles, los administradores de escuelas secundarias han estado enrolando involuntariamente a estudiantes renuentes en el JROTC ¡como una alternativa a clases de gimnasia abarrotadas! En la escuela secundaria de Lincoln, los enrolados no fueron informados de que el JROTC era involuntario. En Buffalo, Nueva York, toda la clase entrante de novatos en la Escuela Técnica Secundaria Central Hutchinson (edad promedio 14), fue involuntariamente enrolada en el JROTC. En Chicago, se permitió que los graduados de octavo año que se recibían (edad promedio 13) se sumaran a cualquiera de los 45 programas del JROTC.
“Las cuotas de alistamiento de tiempos de guerra (para Iraq y Afganistán) han aumentado la presión sobre los reclutadores militares para repletar las filas de los servicios armados,” dice un informe de la ACLU. El intento de cumplir con sus cuotas sin reinstalar un servicio militar obligatorio “ha contribuido a un aumento en… las afirmaciones sobre mal comportamiento y abuso por los reclutadores” que “a menudo no son controlados”.
El Pentágono también gasta unos 6 millones al año para repetir hasta la saciedad un videojuego en línea llamado “El Ejército de EE.UU.” para atraer niños de hasta 13 años, “entrenarlos para usar armas, y participar en combate virtual y otras misiones militares… aprender cómo disparar armas realistas del Ejército como ser rifles automáticos y lanzagranadas y aprender cómo saltar de aviones,” informa la ACLU. Hasta septiembre de 2006, 7,5 millones de usuarios estaban registrados en el sitio en la Red del juego, que está vinculado al principal sitio de la Red de reclutamiento del Ejército.
Y cuando los reclutadores del Pentágono registran a los de 17 años en las reservas inactivas bajo el Future Soldiers Training Program [Programa de Entrenamiento de Futuros Soldados], (con la idea de dejar que ganen su diploma de secundaria), frecuentemente no dicen a los niños que pueden retirarse sin penalización.
“Durante los años, hemos tenido informes de estudiantes a los que se dijo que si cambian de opinión, serían considerados como desertores en tiempos de guerra y serían perseguidos y fusilados, “dijo Youth Activists-Youth Allies, basada en la Ciudad de Nueva York. A una joven se le dijo que si se retiraba de su enrolamiento, su familia sería deportada. Y Bill Galvin, del Centro sobre Conciencia y Guerra, dijo que a un joven que cambió de opinión sobre su alistamiento, su reclutador le dijo: “Si no te presentas, es traición y te fusilarán.”
El Pentágono ha escogido para las campañas de reclutamiento intensivo centros urbanos como ser Los Ángeles y Nueva York. En esta última, donde los estudiantes de bajos ingresos representan un 51% de todos los matriculados en colegios secundarios y donde un 71% son negros o latinos, están tres de los principales 32 distritos para alistamiento en el Ejército. En Los Ángeles, un 91% de los estudiantes son personas de color y un 75% tienen bajos ingresos.
La Coalición Contra el Militarismo en Nuestras Escuelas dice que 30 programas de JROTC en el Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles (con 4.754 estudiantes) están “ubicados en las comunidades de peor situación económica de la ciudad.”
Los afroestadounidenses representan un 16% de la población civil de edad militar, pero un 22% del personal alistado del Ejército, señala la ACLU. Acusa sin ambages: “La práctica de los militares de EE.UU. de apuntar a jóvenes de bajos ingresos y a estudiantes de color, en combinación con promesas exageradas de remuneraciones financieras por el alistamiento, debilitan la voluntariedad de su alistamiento…”
JROTC también tiene un Cuerpo de Cadetes de Escuela Media para niños desde los 11 años, que los militariza incluso antes de que se gradúen de la escuela primaria. “Florida, Texas, y Chicago, ofrecen programas postescolares dirigidos por los militares a estudiantes de sexto, séptimo y octavo grado… (que) involucran entrenamiento con rifles de madera y cantinelas militares… e historia militar.” Los niños llevan uniformes a la escuela una vez a la semana para ser inspeccionados.
Aunque EE.UU. afirma que “nadie bajo los 17 años es elegible para reclutamiento,” la base de datos Conjunta de Publicidad, Investigación de Mercado y Estudios del Pentágono (JAMRS) reúne datos sobre estudiantes de grado once, típicamente de sólo 16 años. JAMRS tiene datos sobre 30 millones de estadounidenses entre las edades de 16 y 25 años con fines de reclutamiento.
La ACLU dice que esos datos incluyen “direcciones de correo electrónico, promedios de puntaje de grado, intenciones universitarias, información sobre altura y peso, asistencia a escuelas, cursos de estudio, intereses militares, y datos raciales y étnicos” así como números de la Seguridad Social.
Ante los sombríos informes sobre bajas de Oriente Próximo, los reclutadores del Pentágono parecen cada vez más desesperados por llenar sus cuotas. Se ha establecido que cerca de uno en cinco, informó el New York Times en 2004, realizaron “incorrecciones en el reclutamiento” que iban de “amenazas y coerción a falsas promesas a jóvenes, de que no serían enviados a Iraq.”
Considerando como el régimen de Bush se ha precipitado a criminales guerras de agresión que desafían el derecho Internacional y las convenciones de Ginebra, no hay motivo para que se permita el reclutamiento militar de cualquier tipo en algún campus universitario, y mucho menos en escuelas secundarias. Si EE.UU. deseara verdaderamente difundir la democracia (en lugar de apoderarse de campos petrolíferos), asignaría vastas cantidades de reclutadores para el Cuerpo de Paz a los campus universitarios, y se trastocarían los presupuestos del Cuerpo de Paz y del Departamento de Defensa.
Como Eugene Debs, el candidato socialista a la presidencia que fue a la cárcel por pronunciarse contra la Primera Guerra Mundial (obtuvo 913.000 votos en 1920) dijo una vez: “No enseñaría a los niños entrenamiento militar, tal como tampoco les enseñaría a incendiar, robar o asesinar.”
El hecho de que el Pentágono tenga actualmente tantas dificultades para repletar sus filas mientras libra una guerra ilegal, dice mucho sobre la inteligencia del pueblo estadounidense. No es una excusa, sin embargo, para que el Departamento de Defensa reclute ilegalmente a niños impresionables.
*Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens