05 de enero 2008. - Estados Unidos inauguró este lunes su nueva Embajada en Irak, que ha costado unos 2.000 millones de dólares y se ha convertido en la representación diplomática estadounidense más grande del mundo, en un intento de comenzar una nueva era en las relaciones entre Washington y Bagdad.
La ceremonia ha sido presidida por el subsecretario de Estado norteamericano, John D. Negroponte, que fue el primer embajador estadounidense en Bagdad tras la invasión de 2003, y por el actual embajador, Ryan C. Crocker, y entre los invitados especiales se encontraban el presidente iraquí, Jalal Talabani.
"Desde que Estados Unidos estableció su primera presencia diplomática en Bagdad hace 120 años, ningún periodo ha sido tan intenso y prometedor como el que comenzó en abril de 2003. Y en todo ese tiempo, nada ha sido tan importante como lo que vivimos la semana pasada", afirmó el embajador Crocker.
Por su parte, Talabani elogió a Estados Unidos en general y al presidente George W. Bush en particular y se mostró confiado en que la historia norteamericana "tendrá en el futuro una visión más favorable de la liberación de Irak".
"Estoy absolutamente convencido de que el resurgimiento de un nuevo Irak democrático, federal e independiente servirá de modelo para otras naciones del mundo oriental", añadió el presidente iraquí, según informa 'The New York Times'.
El pasado 31 de diciembre la Embajada estadounidense abandonó oficialmente el Palacio Republicano, una de las residencias del ex presidente Sadam Husein, que poco después de la invasión se convirtió en el cuartel general de la presencia norteamericana en Bagdad y sede de su legación diplomática.
La nueva embajada se encuentra también en la Zona Verde de Bagdad, controlada hasta el pasado 31 de diciembre por Estados Unidos, y que ha pasado a manos de las autoridades iraquíes en el marco del plan de retirada de las tropas.
La Zona Verde, de 10 kilómetros cuadrados y a orillas del río Tigris, incluye las sedes del Gobierno y del Parlamento, así como muchas embajadas, donde viven unos 10.000 iraquíes. Para acceder a ella se necesitan pases especiales que hasta hace unos días entregaban las fuerzas estadounidenses.
