InSurGente 10 de junio 2009.- Franns Rilles no podía sospechar que su aventura europea acabaría en tragedía. Pero así fue. El 28 de mayo perdió el brazo izquierdo mientras trabajaba en una panificadora. La máquina de amasar se lo segó de cuajo. Accidente laboral, si tuviera contrato. Su jefe lo abandonó a 200 metros del hospital. Y se deshizo de la extremidad sin dar opción a su reimplante.
Ahora la fiscalía investiga los hechos por si pudieran ser constitutivos de delito. De uno o de varios. Porque este joven de origen boliviano tampoco había sido dado de alta a la seguridad social. Y como él otros tantos, según denuncia CCOO.
Franns trabajaba en esta empresa desde hacía dos años "con jornadas de 12 horas diarias, sin contrato, y por un sueldo de 23 euros al día", apunta el secretario comarcal de CCOO en la Ribera-Safor, Josep Antoni Carrascosa.
En un contenedor de basura
Y en mayo tuvo lugar el accidente. Entonces el responsable de la fábrica trasladó al herido hasta el hospital Frances de Borja de Gandía. Peroparó en las proximidades. "A 200 metros del centro sanitario le abandonó a su suerte", afirma Carrascosa.
En la panificadora continuó la producción. Según la versión de CCOO, el empresario regresó "limpió la sangre y tiró el brazo a un contenedor de basura".
La Guardia Civil del cuartel de Oliva, que, alertada del suceso por los médicos del hospital, acudió a la fábrica para recuperar el brazo seccionado, se ha personado también de oficio en la causa, según las mismas fuentes.
Después de ser atendido en el hospital de Gandia, el trabajador fue trasladado al hospital Virgen del Consuelo de Valencia, donde ingresó en la Unidad de Vigilancia Intensiva (UVI) del centro.
El sindicato ya ha anunciado que se personará contra los propietarios de la panaderia industrial por un delito contra el derecho de los trabajadores y otro de omisión de ayuda. Además, ofrecerá a la víctima los servicios de su gabinete jurídico de forma gratuita. Y es que cuando CC.OO se pone generoso...