5 de agosto de 2009.Un importante cargamento de café colombiano fue devuelto por autoridades de la Comunidad Europea, al haberse detectado por análisis de laboratorios, la presencia de micotoxinas.
Estas noticia creó conmoción en la industria del café, ya que el movimiento económico de este producto se cifra en torno a los 65.000 millones de euros al año, lo que supone la mayor entrada de divisas en un importante número de países de América Latina.El término “café de colombia” es una denominación de origen protegida para los granos de café verde colombianos bajo leyes amparadas en tratados internacionales de propiedad intelectual, en especial el acuerdo sobre los ADPIC.
Colombia, Etiopía, Jamaica, Hawai y México han protegido y registrado indicaciones geográficas para el café en los mercados de Estados Unidos y Europa.
En 2005 la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia (FNC) solicitó el registro de café de Colombia como una denominación de origen protegida. Esta fue la primera solicitud de un país no miembro de la Unión Europea y la primera para el café bajo la regulación 510/206.
La contaminación detectada por laboratorios de la Comunidad Europea pone en riesgo la utilización de indicaciones geográficas como patrón de calidad del café, cuando no se cumplen las normas de calidad de procesos y productos de acuerdo a normativas propias ajustadas a cada país.
Las características esenciales del “café de colombia” son, entre otras, la calidad del suelo, el clima típico del país, las áreas montañosas del trópico, la altitud y la recolección manual grano por grano (diario oficial de la Unión Europea 2006)
La presencia de ocratoxina A en el café se descubrió por primera vez en 1988. Poco después, la Unión Europea puso en marcha un programa de “armonización” de los reglamentos sobre la presencia de micotoxinas en los alimentos, que comprendía establecer la concentración máxima de OTA en el café.
Colombia es el tercer productor de café en el mundo siendo las principales áreas cafeteras Quidío, Risaralda y Caldas. Las micotoxinas y, especialmente la ocratoxina A (OTA), son sustancias naturales muy tóxicas por su acción contra las células renales, lo que llega a provocar un fallo de los riñones a largo plazo.
Esta sustancia la produce un hongo que se encuentra con relativa facilidad en el café crudo o «verde». La toxicidad no la produce el hongo por sí mismo, sino su actividad, ya que llega a acumular estas sustancias que no se eliminan ni durante la preparación de los granos de café comerciales ni durante la torrefacción.
El consumo mundial de café supera los seis millones de toneladas al año, y la venta minorista, principalmente en Europa, EEUU y el Japón, ronda los 70.000 millones de dólares al año. Los países en desarrollo que producen la materia prima reciben unos 6.000 millones de dólares.
La UE establece un límite máximo de 5 ppb de OTA en el café tostado y molido y de 10 ppb en el instantáneo.
La Unión Europea ha considerado que el riesgo de las micotoxinas es tan elevado a largo plazo que es necesaria una regulación específica destinada a reducir su ingestión.
El problema, pues, se ha trasladado a los países productores, puesto que ahora se les exige, sin retraso, una mejora en los sistemas productivos que impida la proliferación de los hongos en el café verde. Estas medidas higiénicas suponen un compromiso al desarrollo para muchos países.
La ocratoxina A la producen especies de los géneros Aspergillus y Penicillium, que se encuentran de forma natural en los cereales, las uvas, el café, el cacao y multitud de alimentos vegetales.
La formación de la micotoxina se produce cuando hay un agotamiento de los nutrientes en el producto y se comienza a ver la formación del sistema reproductivo del hongo, es decir, la parte visible de la colonia, que parece una agrupación con filamentos que recuerdan al algodón. En el café, los hongos más importantes en la producción de OTA son Aspergillus ochraceus, A. carbonarius y algunas cepas de A. Níger.
La industria de café colombiano esta reviendo todos los proceso de manufactura para restablecer la confianza en los consumidores europeos.