Lima, 10 Ago ABN.-
Diversos sectores peruanos permanecen preocupados por la decisión
colombiana de conceder 7 bases militares a Estados Unidos, en contraste
con el apoyo brindado por el gobierno de Perú a ese país.
En este sentido, el líder opositor Ollanta Humala y comentaristas de
diversas tendencias coincidieron en expresar esa preocupación y
criticar la posición del presidente Alan García, quien la semana pasada
recibió a su colega colombiano, Alvaro Uribe y le dio pleno apoyo,
divulgó la agencia Prensa Latina.
“Es una decisión propia de Colombia, pero nuestra posición debe ser de rechazo”, dijo Humala.
Por su parte, el comentarista internacional Guillermo Giacosa, en el
diario Perú 21, criticó a Uribe por no asistir a la Cumbre de la Unión
de Naciones Sudamericanas (Unasur), a tratar allí el problema de las
bases.
Añadió que las bases junto a otras instalaciones bélicas, además de la
presencia de la IV Flota estadounidense, acrecentarán las presiones
sobre Venezuela, como la base norteamericana de Mariscal Estigarribia,
en Paraguay, amenaza a Bolivia.
El veterano dirigente socialista, Javier Diez Canseco, señaló que las
bases no apuntan a combatir al narcotráfico y a la insurgencia como
afirman Estados Unidos y Uribe, sino que apuntan contra los procesos de
cambio en curso en América Latina.
“García casi solitariamente, ha respaldado en forma incondicional la
peligrosa decisión de Uribe y ambos sirven a los intereses
intervencionistas de Washington”, describe un artículo publicado en el
diario La República.
El analista internacional, Ernesto Velit, por su parte, destacó las
expresiones de malestar de los gobiernos latinoamericanos por el
acuerdo Bogotá-Washington que entrega las bases.
El director del diario La Primera, César Lévano, dice en su columna
diaria que García es el único presidente que ha dado su conformidad a
las bases, dos de las cuales están cerca de la frontera con Venezuela.
Desestimó las promesas de Uribe de que los militares norteamericanos
sólo actuarán en su territorio y recuerdó que, una vez instalados en
una base, los estadounidenses hacen literalmente lo que les da la gana.
El analista amazónico Roger Rumrri, por su parte, escribió en el diario
La Primera que la guerra contra las drogas que Washington invoca para
su presencia militar en Colombia encubre afanes geopolíticos, pues el
narcotráfico ha crecido tras las intervenciones en Colombia y
Afganistán.
En ese marco, las siete bases anunciadas en Colombia amenazan a
Venezuela, Bolivia y Ecuador y apuntan al control de la Amazonía y sus
recursos.