4 de enero de 2010.- El periódico The New York Times reveló hoy que unos 6 millones de estadounidenses sortean la crisis únicamente con vales oficiales que son canjeados por alimentos, sin ningún ingreso en efectivo.
Son personas sin trabajo que además carecen de seguro por desempleo, el cual les proporcionaría alguna ayuda financiera temporal. Tampoco reciben apoyo por condición de pobreza, pensiones, manutención de menores o invalidez, y sólo viven con los cupones que les otorga el gobierno.
Informó que, en promedio, uno de cada 50 está en condiciones de pobreza, es decir, que sobrevive nada más con la ayuda que les dan las autoridades. Uno de cada ocho recibe ahora estampillas para víveres, incluido uno de cada cuatro menores de edad, aseguró el diario con base en encuestas e informes federales y estatales.
El Times ejemplificó con el caso de una madre soltera de dos niñas, Isabel Bermúdez, de 42 años, quien antes de la crisis tenía un salario de seis dígitos, una casa grande con alberca e inversiones en propiedades, pero ahora se mantiene sólo con vales para alimentos.
El periódico observó que el promedio de estadounidenses que sobreviven en esas condiciones ya aumentaba inclusive antes de la crisis, debido al endurecimiento de las leyes y a mayores requisitos para la entrega de asistencia.
El número de personas que sólo obtienen comida con cupones se triplicó en el estado de Nevada, se duplicó en Florida y Nueva York, y creció 90 por ciento en Minnesota y Utah. En Yakima, Washington, sobrevive con vales uno de cada 17, y en Detroit uno de cada 25. Según una encuesta del Times realizada en 31 estados, 18 por ciento de personas consultadas aseguraron que se mantenían únicamente con dichos apoyos.
En Florida, donde el Times encontró que se lleva el mejor recuento de personas que sobreviven de dicha manera, las autoridades reportaron que el programa funciona bien, al cumplir las metas para que fue creado: ayudar a personas muy necesitadas en momentos difíciles. Isabel Bermúdez, quien ganaba en promedio 180 mil dólares al año, reconoció que ahora come gracias a dicha ayuda y que sin ésta no tendría cómo alimentar a sus hijas.
