El traslado de los niños de Haití fue coordinado por una misión en la que participaron autoridades de la Casa Blanca, el Departamento de Estado y el Departamento de Seguridad Interna. Medios estadounidenses reportan que siete de esos niños han sido adoptados. Quiere decir que no había trámite previo de adopción.
Voceros del gobierno haitiano anunciaron a través de la cadena latinoamericana TeleSur, que las adopciones habían sido suspendidas y no se flexibilizaría la situación, debido a que se podían cometer injusticias como entregar niños cuyos padres pudieran estar vivos. ¿Cómo entonces los comandos estadounidenses localizaron tan rápido a 54 presuntos huérfanos para presentarlos como adopciones legales y llevarlos a su territorio?
Recordemos que el Aeropuerto de Puerto Príncipe fue controlado a pocas horas del terremoto por tropas de Washington. La mayoría de los niños que se llevaron los esatdounidenses eran menores de 4 años, y fueron desembarcados en Pittsburgh.
La "adopción express" fue explicada por los funcionarios del Norte como basada en un programa de emergencia humanitaria del Departamento de Seguridad Interior que permite que los huérfanos haitianos permanezcan allí temporalmente, aunque evaluando caso por caso. Para ello se les otorgó un visado humanitario para que puedan recibir en EE.UU. los cuidados que necesitan. ¿Pero y las leyes haitianas como quedaron, se cumplieron las regulaciones del país de donde son nacionales los menores de edad?
Esta semana la Iglesia Católica de Miami propuso una política similar al llamado Operativo Peter Pan de 1960. La propuesta ignominiosa no puede producir otra cosa que asco.
Peter Pan fue el mecanismo mediante el cual, el gobierno estadounidense y la derecha cubana, mediante consignas anticomunistas y argumentos pueriles que convencieron a miles de cubanos que la Revolución les arrebataría a los hijos, grupos contrarevolucionarios de Miami atentaron contra la seguridad de 14 mil niños cubanos que fueron enviados por sus padres desde Cuba a EEUU. La mayoría de ellos nunca volvió a ver a sus padres y fueron confinados a orfanatos hasta que cumplieron la mayoría de edad.
La Unicef, organismo de Naciones Unidas para la infancia, desaconsejó la posibilidad de acelerar adopciones en Haití, y afirmó que lo prioritario es incrementar los esfuerzos por la reunificación familiar. El organismo internacional advierte que en caso de catástrofe hay que evitar las posibilidades de tráfico de niños, ya que usualmente las mafias se aprovechan de la situación.
Pese a estas recomendaciones, los países del llamado Primer Mundo creen haber encontrado en Haití un territorio sin ley y países como Canadá y Holanda han acelerada los procesos de adopción. Posición contraria adoptó España que suspendió los procesos.