Santiago de Chile, marzo 25 - El presidente chileno, Sebastián Piñera, decidió pasar a retiro al oficial naval Mariano Rojas, quien no alertó sobre un tsunami que avanzaba sobre las costas de Chile tras el terremoto del 27 de febrero.
La decisión de marginar a Rojas, quien era jefe del Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada, fue adoptada por Piñera después de una reunión con el ministro de Defensa, Jaime Ravinet.
A la cita en La Moneda también concurrió el comandante en jefe de la Marina, el almirante Edmundo González, quien entregó un informe sobre el caso al gobierno.
"Vamos a corregir (nuestros procedimientos) para que estas cosas no vuelvan a suceder", dijo el almirante tras el encuentro, en medio de críticas a su institución.
La decisión de pasar a retiro al oficial Rojas coincidió con el reconocimiento del ministro de Defensa de que los sistemas militares chilenos fallaron durante el terremoto y su posterior tsunami.
Ravinet incluso sostuvo que las fallas evidencian que el país está vulnerable a un ataque militar del exterior.
"(El sistema de reacción) falló frente a una catástrofe de la naturaleza, pero también podría haber fallado frente a un ataque exterior", dijo al inaugurar el año académico de la Escuela Militar.
Ravinet luego reveló que el presidente Sebastián Piñera exigió a él y otros ministros entregar en un plazo de 30 días una propuesta para mejorar los errores detectados.
Sobre lo mismo, sostuvo que el sismo "mostró la precariedad del sistema de planificación primaria, planificación que es fundamental para el éxito de la secundaria, el despliegue de fuerzas".
El ministro agregó que el principal problema es que el sistema de Defensa parece estar adecuado para funcionar en tiempos de normalidad y no de emergencia.
"El sistema de defensa, sin perjuicio de los frentes donde debe actuar, opera con un país que funciona, que tiene seguridad, que tiene paz, y sin duda el colapso de la electricidad, de las comunicaciones y de los servicios básicos afectó la seguridad", dijo.
A su juicio, Chile estuvo "absolutamente vulnerable", pese a disponer de una de las Fuerzas Armadas más poderosas de Sudamérica, con inversiones por 10 mil millones de dólares en armas desde 1990.
El terremoto que azotó el centro sur de Chile en febrero, uno de los mayores de la historia, desnudó fuertes fallas de coordinación en el despliegue de las Fuerzas Armadas.
"Teníamos los aviones listos para despegar desde el primer momento, pero nunca recibimos la orden", dijo el comandante en Jefe de la Fuerza Aérea, Ricardo Ortega, ante las críticas esos días.
Los puntos centrales de los cuestionamientos son la lentitud de las FFAA en reaccionar y que la Marina dijera que no habría tsunami cuando olas de 10 a 15 metros ingresaban a las costas.
Las fallas ocurrieron en momentos en que el país discute cuáles serán los futuros mecanismos de financiamiento de sus instituciones castrenses.
La gran pregunta será de qué le sirven al país cientos de tanques Leopard A1 y A2, decenas de cazabombarderos F16 y una Marina de guerra completamente nueva, si no es capaz de mostrar fuerza operativa en su propio territorio.
Chile ha gastado cerca de 4 mil 500 millones de dólares en equipamiento de guerra desde el año 2000.
