16 de Noviembre.- A esta redacción llegó un pronunciamiento suscrito por el Partido Obrero Socialista (POS) Costa Rica, en relación a lo que ha sido llamado el "Conflicto Costa Rica-Nicaragua". A continuación el texto del mismo:
Desde hace unas semanas se ha dado a conocer lo que se denomina como “una violación a la soberanía costarricense” por parte de fuerzas militares nicaragüenses, que se han apostado en una zona de la Isla Calero como parte de labores de draga que hace el vecino país en el Río San Juan.
Más allá del problema limítrofe, debemos enfocar este problema desde el punto de vista de la revolución y contrarrevolución y de la política guerrerista del imperialismo norteamericano a la que el Gobierno de Laura Chinchilla le presta sus “buenos oficios”, así como del interés de este Gobierno de distraer la atención del pueblo respecto de la situación de crisis e ingobernabilidad que se profundiza con la corrupción y los escándalos como el de la Carretera Caldera y las responsabilidades de personeros del anterior y actual Gobierno.
El imperialismo norteamericano necesita crear justificaciones para tratar de aplastar al movimiento de masas que en todo el mundo y en especial en Medio Oriente y en Latinoamérica está en pie de lucha. Por eso avanza políticas de provocación y enfrentamiento contra los sectores que se oponen o complican sus intenciones de salir de la crisis del sistema capitalista en bancarrota sobreexplotando y barbarizando a los pueblos que le resisten, inclusive considerando con cada vez con más posibilidad la de la guerra. El triunfo de los sectores más fascistas y guerreristas en las recién pasadas elecciones del Congreso norteamericano empujan en esa vía.
La IV Flota norteamericana que se ha instalado en el Caribe bajo el pretexto de la lucha contra el narcotráfico, que de por sí sigue activo, es la continuidad del fallido golpe que propiciaron en Ecuador pero que en Honduras les resultó y del que antes tuvieron en la intentona contra Venezuela que fracasó. Estamos ante una evidente provocación ante el grupo de países, que dirigidos por burguesías nacionalistas aglutinadas en el proyecto ALBA, se oponen a las políticas del imperialismo, impulsadas por un movimiento de masas que se resiste a la barbarie.
El sector de la burguesía teleceista costarricense que está en el gobierno, vil vasalla de la política del imperialismo yanqui, ha asumido su papel en esta política bélica. Ha decidido poner el territorio nacional al servicio de los intereses estratégicos de la guerra imperialista contra las revoluciones bolivarianas, permitiendo el tránsito de la Cuarta Flota del ejército yanqui por cualquier parte del país.
A esta provocación, el gobierno de Daniel Ortega le responde con una política igual, de provocación. Salir con las declaraciones sobre el supuesto "expansionismo costarricense" que les quitó Guanacaste y que ahora les quiere seguir quitando, es darle pie a la intentona del imperialismo de propiciar avanzadas militares y diplomáticas contra su gobierno, y desde el a los otros gobiernos ligados al "bolivarianismo". Desde este punto de vista DanielOrtega también contribuye a la política de guerra del imperialismo.
Pero
no cabe duda que el principal peón en la política de hostilidades es el
gobierno de Laura Chinchilla, que ya levanta la voz junto a otros
sectores de la burguesía contra el papel de Insulza y de la OEA y aboga
por llevar el conflicto a la ONU, más precisamente al Consejo de
Seguridad que ha demostrado su verdadera cara al ser incapaz de detener
la guerra de agresión-invasión-ocupación contra Irak, que es incapaz de
detener a Israel en sus agresiones a los palestinos o de condenar a los
EEUU por ignorar sistemáticamente las votaciones de la Asamblea General
contra el bloqueo yanqui a Cuba. Pero que ha sido bueno para
militarizar Haití y enviar sus cascos azules a cuanto lugar requiere el
imperialismo para poner en caja al movimiento de masas.
La provocación que se hace hoy entre Costa Rica y Nicaragua, calza en medio de este panorama mundial, como una justificación a la política de guerra en estas perspectivas:
1. Crear roces y justificar un posible ataque contra el gobierno de Daniel Ortega, que adscribe al ALBA y al “Campo Bolivariano”.
2. Justificar la necesidad de apostar tropas yanquis en Costa Rica, como lo permitió la Asamblea Legislativa en meses pasados.
3. Desviar la atención del pueblo, estimulando el nacionalismo, que les sirve de manto para cubrir los grandes negociados que hizo la administración anterior y que quieren seguir haciendo con la concesión de obra pública mientras el país sigue un curso en picada, en el deterioro y desmantelamiento de la salud, la educación, el empleo, los salarios, la producción agrícola y la mediana y pequeña actividad productiva y comercial y el colapso de las carreteras y caminos producto de una política irresponsable respecto de la utilización de la tierra para la construcción de carreteras, puentes, asentamientos habitacionales que como henos visto con la tormenta “Tomás” ha desencadenado la muerte y destrucción.
Por eso desde el Partido Obrero Socialista, estamos completamente en contra de la provocación del gobierno de Costa Rica respecto a este tema, donde exige intervención de la OEA, en una clara política justificadora de agresiones, apelando a la supuesta “indefensión” del Estado costarricense y lo guerrerista del gobierno pro ALBA de Daniel Ortega.
Si el problema es limítrofe no vemos justificada la magnificación que ha hecho el Gobierno de Laura Chinchilla de la acción de dragado del Río San Juan y de las operaciones de una patrulla del Ejército nicaragüense que la acompaña en una isla en la desembocadura del río, como si fuera una flagrante invasión militar del vecino país a territorio claramente costarricense. Para tal problema ya hubo una resolución internacional de un Tribunal al que ambos países libremente se sometieron y que en todo caso se puede aclarar sobre la base de la relación como países que se tienen y de comisiones ya establecidas para los diferendos limítrofes, que inclusive para finales de noviembre estaba programada realizarse.
Rechazamos
la campaña de provocación y de ambiente de confrontación que ha creado el
Gobierno de Laura Chinchilla. Junto a las poblaciones de ambos lados del río
San Juan que manifiestan que ellos se llevan bien y no tienen ningún problema
levantamos la bandera de la confraternidad entre los pueblos hermanos y la paz.
Rechazamos las maniobras del Gobierno de Laura Chinchilla de convertir la zona
en una zona de confrontación y guerra para solicitar el establecimiento de una
fuerza de cascos azules o de OEA que no tiene otra finalidad que presionar y
amenazar a una Nicaragua que se ha declarado afín a los países del ALBA y de
las revoluciones bolivarianas, en el marco de un ambiente guerrerista que el
imperialismo norteamericano atiza.
Partido
Obrero Socialista (POS) Costa Rica."