Una guerra de Cuarta Generación para adueñarse del petróleo libio

Credito: AFP

Caracas, 01 Marzo de 2011.- Los tanques, fusiles y cañones que disparan los “pacíficos manifestantes” en Libia, no son las únicas armas que utiliza EE UU y demás potencias occidentales para derrocar a Muanmar Gadafi y apoderarse de su inmensa riqueza petrolera, ya que además usan el arma de destrucción masiva de la guerra de Cuarta generación, mas letal que todas las usadas a lo largo de la historia.

Y es que es que los barcos, submarinos, tanques y misiles han sido sustituidos por las salas de redacción de las cadenas de diarios, radio y televisión de EE UU, Gran Bretaña, Alemania, Francia y demás miembros de la prensa mercenaria del Tercer mundo, desde donde se disparan andanadas de calumnias y mentiras dirigidas a destruir la verdad a través de la desinformación y manipulación de las noticias que demonizan a Gadafi y su régimen.

“Los Aviones de Gadafi bombardean a manifestantes”

“Gadafi desata un baño de sangre en Libia”

“El reinado de terror de Gadafi debe terminar”

“La ONU debe intervenir militarmente en Libia”

“Escenas de terror se vive en las ciudades libias”

Esos algunos de los miles de titulares que a diario “disparan” los agentes mediáticos de las potencias occidentales, que asumen el papel de soldados para satanizar al dirigente árabe y su revolución, en el marco de esa nueva modalidad bélica dirigida a dominar en una primera fase la mente humana para finalmente derrocar a un gobierno enemigo, explotar a su pueblo y adueñarse de sus recursos naturales, como pretenden esos históricos predadores de pueblos.

La mayoría de esas noticias se basan en rumores, en declaraciones de quienes se enfrentan al gobierno, como la referida a los bombardeos aéreos que como la mayoría de las “masacres” atribuidas a las fuerzas leales a Gadafi no han sido confirmadas ni evidenciadas por los miles de videos e imágenes enviadas por los opositores a través de teléfonos celulares, ataques que han sido calificados como “falsos” por el gobierno de Trípoli.

Esa es la razón de ser de la Guerra de Cuarta Generación que dispara a mansalva dardos de la mentira para envenenar la mente de millones de personas en el mundo a través de los medios mercenarios que, bajo la fachada de gastados clichés de tinte ético como la imparcialidad y objetividad difunden como ciertas, noticias basadas en rumores no confirmados, vestidos con el ropaje de la verdad, diciendo que están basadas en “fuentes confiables.”

Porque, si es cierto que las guerras, desde su mismo origen son sinónimo de violencia, destrucción y muerte, la de Cuarta Generación es la más perversa y cruel de todas, pues destruye todo vestigio libertad e independencia del pensamiento, convirtiendo al ser humano en zombies o muertos vivientes, creyentes incondicionales de las mentiras que ven, leen y escuchan.

Entre los estudiosos de ese fenómeno socio-político y cultural y del protagonismo de los medios como actores principales del mismo, figura el periodista y analista Manuel Freytas, quien advierte en su trabajo titulado: Cuidado, su cerebro está siendo bombardeado, que, “mientras Ud. descansa, mientras Ud. consume, mientras Ud. goza de los espectáculos que le ofrece el sistema, un ejército invisible se está apoderando de su mente, de su conducta y de sus emociones.”

“Su voluntad está siendo tomada por las fuerzas de ocupación invisibles sin que Ud. sospeche nada. Las batallas ya no se desarrollan en espacios lejanos, sino en su propia cabeza. Ya no se trata de una guerra por la conquista de territorios, sino de una guerra por conquista de cerebros, donde Ud. es el blanco principal.”

“El objetivo ya no es matar, sino controlar. Las balas ya no apuntan a su cuerpo, sino a sus contradicciones y vulnerabilidades sicológicas. Su conducta está siendo chequeada, monitoreada y controlada por expertos. Su mente y sicología están siendo sometidas a operaciones extremas de Guerra de Cuarta Generación. Una guerra sin frentes ni retaguardias, una guerra sin tanques ni fusiles, donde Ud. es a la vez, la víctima y el victimario.”

Y la guerra de Cuarta Generación que el Imperio y sus secuaces han desatado contra Libia, es el mismo tipo de conflicto bélico que también iniciaron hace varios años y aún continúan desplegando en Venezuela, contra la Revolución Bolivariana y su líder, Hugo Chávez Frías, como lo denunció la periodista y activista Hindú Anderi, coordinadora del Foro Itinerante Popular durante la ponencia presentada el año pasado sobre la GCG.

“Es una guerra perfeccionada con el avance tecnológico, que ataca la conciencia de la humanidad. Es ejecutada (en su primera fase) por los medios de comunicación social que se dedican a segmentar la información, abstraernos de la realidad e impedirnos a ver el contexto. ..A través de la Guerra de Cuarta Generación, el Imperio y el Sionismo logran desarrollar sus planes de expansión. Sus misiles son la desinformación, con la cual trata de generar matrices de opinión hacia determinada tendencia.”…

Y una vez que los medios mercenarios han cumplido la “operación de ablandamiento mental” sobre la opinión pública mundial, aplastando toda resistencia de los “zombies” que crearon con la propaganda subliminal de calumnias y mentiras, se pasa a la segunda fase de la Guerra de Cuarta Generación, y es entonces cuando entran en acción las fuerzas militares del Imperio y sus aliados que invaden y ocupan fácilmente el territorio enemigo.

Esa fase final estaría a punto de empezar en Libia, luego que el Consejo de Seguridad y el Consejo de DD HH de la ONU, acordaran una serie de medidas condenando al gobierno libio y a Gadafi, luego de aceptar como únicas pruebas en su contra, las denuncias de los “pacíficos manifestantes” armados con fusiles, metralletas, tanques y cañones, que hablaron de masacres y bombardeos y los argumentos de los diplomáticos desertores que le dieron la espalda a su líder.

No se aplicó el principio universal del derecho que establece que “que todo individuo acusado de un delito es inocente mientras no se pruebe lo contrario”, sino que ambos organismos emitieron las condenas contra Libia en base a rumores, y es ahora, cuando ya ese aberración jurídica se ha consumado, se anuncia que la ONU enviará una comisión investigadora a ese país a fin de determinar si son ciertas “masacres supuestamente cometidas por el gobierno de Gadaffi.

Mientras tanto, desde Washington, Londres, París y Berlín, los patrocinantes de la Guerra de Cuarta Generación, cuya primera fase han cumplido los medios mercenarios, observan con placer cómo el Caballo de Troya de la oposición interna ocupa los lugares donde se halla oculto bajo la arena del desierto libio, el preciado botín de sus sueños, el petróleo y el gas que tanto ansían para mitigar su sed de adictos al consumismo y el hambre que padece el monstruo de su maquinaria bélica.

Y para asegurarse de que esa riqueza no se les escape de las manos, adelantan simultáneamente un movimiento separatista entre los “pacíficos manifestantes” que de pronto aparecen armados y que han tomado los principales campos petroleros, para que escindan del Estado libio a la “zona liberada” a través de un movimiento separatista.

Es la misma agenda que aplicaron y aún la siguen aplicando en Bolivia y Venezuela, donde, en complicidad traidora y pitiyanqui oligarquías regionales EE UU conspira para separar del país del Altiplano a la región de la Media Luna, y en la Patria de Bolívar al Estado Zulia, bajo cuyo subsuelo existen grandes reservas de gas y de petróleo.

Porque, como lo aseguró ayer el comandante y presidente venezolano Hugo Chávez, “EE UU está loco por adueñarse de petróleo libio, y que sobre Libia se teje una campaña de mentiras” y, al citar lo que sí es una verdad incontestable, preguntó: “Por qué no condenan a Israel cuando bombardea a Palestina. Por qué no se condena a EE UU por matar a millones de inocentes en Irak, en Afganistán, en el mundo entero"

Y es que para nadie es un secreto, que todas las guerras lanzadas en las últimas décadas por EE UU y sus aliados europeos, tienen como única razón el adueñarse de los recursos energéticos que en su inmensa mayoría poseen los pueblos del Tercer mundo, y buena parte de ellos se encuentran en Libia y otras naciones de África que están en la mira codiciosa de las grandes potencias que están a punto de perder los feudos que crearon en el Medio Oriente, azotados hoy por vientos revolucionarios.

Pero no canten victoria todavía, porque la historia muestra, cómo pueblos que han sido devastados por la plaga de las guerras imperiales para robarles sus riquezas, se han levantado tras años de vivir explotados y humillados por los predadores extranjeros y sus secuaces de las oligarquías criollas, quienes reciben como premio a su servilismo, migajas de la riqueza arrebatada al pueblo.

Allí está el ejemplo de Irán cuya Revolución Islámica guiada por los Ayatolás destronó al sanguinario Sha Reza Pavlevi y también el de Venezuela, cuyo pueblo y fuerza arma leal derrotaron un golpe de Estado y restituyeron en el poder al presidente Chávez, líder de la Revolución Bolivariana, y hoy, de la mano de otras naciones y sus gobiernos progresistas latinoamericanos, caribeños, asiáticos y africanos marchan en pos de la Utopia de ese Mundo posible soñado por sus hijos.


Esta nota ha sido leída aproximadamente 8539 veces.



Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter



Notas relacionadas