La interdicción de salir del país presentada al director del Instituto Republicano Internacional (IRI) y a media docena de cuadros de ONGs norteamericanas por las autoridades egipcias, ha proyectado a la luz pública el papel de injerencia, de infiltración y de espionaje de esta organización cuya fachada de “promotora de la democracia” ya se derrumbó.
2 de Febrero.- Tan asustado quedó el Departamento de Estado por la decisión de
Egipto, que se atrevió a tocar su personal de inteligencia, que ordenó a
los interesados, refugiarse en su Embajada y amenazó de inmediato con
reconsiderar la aportación anual de 1.300 millones de dólares (990
millones de euros) en ayuda militar a este país.
Las autoridades egipcias acusan a los “sospechosos” de haber financiado protestas antigubernamentales de grupos buscando provocar los cambios que le convienen a Washington.
Tienen prohibido salir del país mientras se
desarrolla la investigación que empezó con una reveladora ‘redada’ en
las oficinas del IRI en diciembre.
El periodista e investigador Mark Weisbrot acaba de resumir en The
Guardian Unlimited, de Londres, las características del IRI,
oficialmente la agencia de ayuda internacional del derechista Partido
Republicano estadounidense. Una organización encabezada por nada menos
que John McCain, ex candidato presidencial. Este mismo que, siendo
oficial de la US Navy, vivió frente a las costas de Cuba, la Crisis de
los Misiles, listo para abrir el fuego.
En su análisis Weisbrot señala que cualquiera con la paciencia de
tragarse frente al televisor un discurso de un candidato republicano
se convence rapidamente que el IRI puede tener cualquier objetivo menos
promover la democracia.
“¿Quién sabe lo que está haciendo el IRI en Egipto?”, se pregunta el
periodista, antes de señalar: “Pero sí sabemos lo que el Gobierno de
EEUU hacía ahí” cuando apoyó el gobierno Mubarak hasta que su caída se
hizo inevitable.
UN SUBPRODUCTO DEL APARATO DE INTELIGENCIA
Inspirada por Ronald Reagan quién reclamaba en 1982 la creación de un
instituto que desarrollaría una “cruzada para la libertad”, el IRI fue
fundado en 1983 por ideólogos republicanos y recibió de entrada un
financiamiento abundante.
Como su contraparte del Partido Demócrata, el Instituto Nacional
Demócrata (NDI), el IRI es uno de los mayores beneficiados de los
subsidios de la USAID y de la National Endowment for Democracy (NED),
una organización creada para desarrollar “públicamente” actividades que
la CIA realizaba de manera oculta.
En América Latina, son numerosas las muestras de su actividad injerencista.
En 2002, en Venezuela, el IRI se dedicaba a engrasar descaradamente a
distintos grupos antichavistas. El IRI participó activamente a
operaciones de apoyo al golpe de abril de 2002 contra el presidente Hugo
Chávez.
En los meses anteriores al secuestro del líder bolivariano, el IRI
mantuvo un puente aéreo entre Caracas, Miami y Washington, enviando
politiqueros, líderes sindicales y comunitarios corruptos a Estados
Unidos para reunirse con organizaciones de la extrema derecha y
establecer contactos con oficiales del Departamento de Estado.
Financió a Primero Justicia, el actual partido del delincuente Capriles
Rodonski, cómplice del asalto a la Embajada de Cuba, y luego denunciado e
inculpado por el Fiscal Danilo Anderson, cobardemente asesinado.
Hasta finales del 2010, cuando se prohibió por ley este tipo de
actividad, la USAID mantuvo oficinas del IRI y del NDI en Caracas.
Recorre desde entonces a la Oficina de Iniciativas hacia una Transición
(OTI) para sustituir clandestinamente a estas seudo ONGs
El presidente ejecutivo del IRI, George Folsom, con toda su arrogancia
imperialista, fue hasta celebrar el golpe en un comunicado emitido el
propio 12 de abril donde se jactaba de que su organización había
“servido de puente” para estimular a los partidos políticos y a los
demás grupos implicados en esa acción profundamente antidemocrática.
En 2004, en Haiti, el representante del IRI, Caleb McCarry dirigió el
complot golpista contra el presidente Aristide. Lo hizo con el
intermediario de Stanley Lucas, un delincuente político vinculado a la
dictadura de los Duvalier, cuya familia se ilustró con la masacre de 200
campesinos.
El IRI arregló entonces la operación, montada con una tropa de
mercenarios y supervisada por la CIA, que terminó por la expulsión del
presidente haitiano de su propio país.
Ex funcionario de la oficina de Jesse Helms, McCarry, fue luego designado para administrar el Plan Bush de anexión de Cuba.
En 2005, el IRI due denunciado en Brasil por su implicación en una
operación para cambiar las leyes electorales y así debilitar el Partido
de los Trabajadores del PresidenteLula da Silva.
En el 2009, un golpe encabezado por Roberto Micheletti expulsa
brutalmente del país el Presidente Zelaya y promueve elecciones
supuestamente democráticas cuya organización es de inmediato apoyada por
el IRI que actuará de “observador” en el momento de los comicios.
La conocida investigadora venezolana-estadounidense Eva Golinger señala
que el IRI recibió más de 1,2 millones para trabajar grupos políticos en
Honduras en el 2009. Su tarea se definía en dar apoyo a “think tanks” y
grupos de presión para influir con los partidos políticos y sostener
“iniciativas destinadas a promover posiciones políticas durante la
campaña electoral”
“Un ejemplo claro de intervención en la política interna de Honduras y
una prueba del financiamiento de estos grupos involucrado en el golpe
por la NED y el IRI”, concluye Golinger.
En Cuba, la trayectoria del IRI es interminable. Año tras año, se ha
garantizado una buena ración de los millones con los cuales Washington
cree llegar a destruir la Revolución cubana.
De los cerca de nueve millones que se regalaron en septiembre último a
nueve “contratistas”, el IRI recibió 693 069 dólares, para enseñar su
versión edulcorada de la “democracia” a los cubanos.
A través del IRI, el gobierno norteamericano paga su mano de obra
contrarrevolucionaria, entre otras cosas otorgando “premios” a las
figuras de la “disidencia” encargada de dañar la imagen de Cuba en la
prensa extranjera. El IRI apadrinó a organizaciones tales como
Reporteros sin Fronteras y People in Need en sus campañas anticubanas.
En la Isla, el IRI financió y sigue apoyando groseras operaciones de
injerencia y sirve de pantalla a la CIA en su búsqueda de información
estratégica.
EL DINERO DEL CONTRIBUYENTE Y DE LOS TIBURONES
La lista de los países víctimas de las conspiraciones del IRI, tanto en
América Latina como en el resto del mundo, es enorme. Lo que se revela
en Egipto no es más que una muestra del mecanismo desarrollado en todas
las regiones del mundo donde los intereses imperiales los necesitan.
Son decenas de millones de dólares, provenientes en gran parte del
contribuyente norteamericano – sofocado por la crisis – que el IRI riega
anualmente entre las organizaciones subversivas que genera,
alentándolas a desestabilizar gobiernos legítimos. En nombre del
desarrollo económico, de la ayuda humanitaria y de los derechos humanos.
Además de los fondos del Departamento de Estado, de la USAID, de la NED,
el IRI recibe generosas contribuciones de grandes corporaciones, entre
las cuales multinacionales tan famosas como las petroleras Chevron,
ExxonMobil y BP, las transnacionales de las comunicaciones AT&T y
Bell-South, el holding de cervecerías Anheuser-Busch (vinculado con la
esposa de McCain), el gigante de la aeronáutica Lockheed Martin.
Y de la proveedora de mercenarios Blackwater, alias “Xe Services LLC”, por cierto mejor conocida por sus crímenes que por la “promoción de la democracia”.