13 de mayo de 2012.- Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) anunció hoy su disposición de entregar al periodista francés Romeo Langlois
En una declaración pública divulgada en esta capital el Secretariado del Estado Mayor Central de las FARC-EP subraya que en aras de garantizar aún más su vida e integridad, proponen entregarlo en un lugar seguro a una comisión formada por la Cruz Roja Internacional, la senadora Piedad Córdoba y un delegado personal del nuevo presidente de Francia Francois Hollande.
"Aprehender en medio de un combate a quien en una operación militar viste uniforme del enemigo y lo acompaña, en nada lesiona nuestro preciso compromiso. Sólo una visión francamente sesgada puede considerarlo un secuestro", enfatiza el texto.
Recuerda la nota que el pasado 27 de febrero las FARC-EP comunicaron oficialmente que nunca se volvería a realizar retenciones de personas con fines financieros.
Cada vez es mayor el número de personal militar y paramilitar estadounidense o a su servicio que interviene en la guerra civil colombiana, y los mandos militares se ufanan de usar infiltrados y espías para propinarnos golpes severos, señala el texto.
Es evidente -añade el documento- que en casos como este, las FARC-EP tiene pleno derecho a detener e investigar, trátese de un nacional o un extranjero.
El caso de Langlois resulta ideal para develar el papel que desempeñan los grandes medios de comunicación en el orden social impuesto por el gran capital, que antes de informar y promover el pensamiento libre, la gran prensa tergiversa la realidad para convertir en única verdad la versión de sus patrocinadores, indica el texto.
Hace escasos dos años, los periodistas Hollman Morris, Leonardo Acevedo y Camilo Raigoza fueron arbitrariamente detenidos por el Ejército en el Caquetá, cuando de modo independiente cubrían la entrega de dos prisioneros de guerra. Vestían de civil y hasta el presidente de la República los acusó de propagandistas de las FARC-EP. La gran prensa se mostró totalmente indiferente con ellos, puntualiza la nota.
Una vez libre, el periodista Langlois podrá terminar de cumplir con el papel esperado por el gobierno de Colombia, sus fuerzas militares y los grandes medios, expresa el texto.
De lo contrario, podrá permanecer fiel a su conciencia y referir la verdad; si fuere este el caso, pudiera ser que los mismos que hoy exigen su libertad inmediata se ensañen con él hasta destruirlo por completo, concluye el comunicado.