"Chávez, por favor, un espacito para nuestros animales..."

(AFICHES - VIDEOS): Valparaíso, o escribo esta nota para aporrea, o me pongo a llorar a gritos..! El Tano

Chile Pancho Puerto no estás solo

Chile Pancho Puerto no estás solo

Credito: El Tano / Abrebrecha-UCV

Queman perro

Queman perro

Credito: El Tano / Abrebrecha-UCV

Ellos asesinan árboles. Este dibujo fue publicado originalmente en el Correo del Orinoco

Ellos asesinan árboles. Este dibujo fue publicado originalmente en el Correo del Orinoco

Credito: El Tano / Abrebrecha-UCV

Valparaiso: o escribo esta nota para aporrea o me pongo a llorar a gritos.

Ahora que he visto esta pasantía que Valparaíso ha hecho por el infierno, .
ahora sí que me da miedo que el diablo me lleve para allá
por no portarme bien en la vida. Me impresionaron burda los fusilazos
en el cielo de las selvas vietnamitas en Apocalipsis Now, pero las tomas
de Valparaíso son superiores, son más dramáticas y para peor, verdaderas,
no son un truco de Hollywood, son las casas de los pobres chilenos
del Puerto achicharrándose en medio de la noche sin luz eléctrica y poca agua.
Valparaíso, Puerto Principal, “Pancho Gancho” “Pancho Puerto”,
como le llama el pueblo, arde con unos lengüetazos de fuego que me queman
las entrañas.

Pasa la dramática noche y con la luz del nuevo día, parece que la tragedia
llega a su fin. Todo lo que viene ahora sucedió en el espacio entre el primer
y el segundo incendio. En una humeante zona que recuerda a Berlín
después de los bombardeos en la Segunda Guerra Mundial, algunos se aventuran
a buscar una lata, una jarra, un lavatorio, cualquier cosa por donde recomenzar
el inventario de la vida. El de más allá, solo encuentra un par de planchas de zinc
que todavía insinúan una pared y tres hierros parados aún: en el más alto de ellos
clava lo único que parece haber encontrado de lo que era de su casa,
una bandera chilena que ahora flamea como el más común símbolo de la decisión
del pueblo para ponerle el pecho a las adversidades, sea incendio, terremoto,
maremoto, inundaciones o un gobernante de derecha apropiándose del Colo-Colo.

( De paso, capten que digo MAREMOTO, que es nuestra palabra, nuestra
costumbre, qué es ese snobismo de escuchar “tsunami” y ahora le llaman
todos así al mar cuando se desboca por sismo. Tsunami le llaman los
amigos kaponeses, allá ellos, personas de otra cultura, de otro idioma,
de otro color de piel, de ojos rajados y de mujeres con la cosa atravesada:
aquí se llama ma-re-mo-to, mis queridos desenraizados..! )

Volviendo a Valparaíso, en ese plan de echar pa´lante, tras poner la banderita,
las cuadrillas de voluntarios remueven escombros, y la televisión,
a punto de incendiar las pantallas de tanto retratar el fuego
durante toda una noche, ahora que las llamas parecen haber bajado,
buscan imágenes diferentes, hospitales, cuarteles de bomberos,
testimonios de familias. También reproducen listas de lo que las autoridades
recomiendan enviar a los centros de acopio de ayuda: ropa en buen estado,
si es interior, que sea nueva, alimentos no perecederos, que por favorcito
no aprovechen la oportunidad para deshacerse de cachureos,
y ahí salta el primer alerta: en esa lista oficial, piden comida
para mascotas, en lo posible “de la húmeda”, esa que parece paté…

En lo que viene, ya en los centros asistenciales y refugios, se destaca
que muchas familias están con sus perros y gatos sobre la colchoneta.
Sólo alguno reclama que en su refugio no les dejan ingresar a sus perros…
Un niño dispara el tema: le preguntan por su casa, que se perdió totalmente,
y él habla pero sobre su perro, que por favor le ayuden a encontrarlo.
Entonces llega a los periodistas la noticia de que ya hay equipos ubicando
animales, concentrándolos, para luego buscar a sus dueños
(lo que me trajo emocionantes recuerdos del tema mascotas cuando aquí
se hizo lo mismo para la vaguada de Vargas…)
En otro lado, los estudiantes de veterinaria del puerto, han organizado
un dispensario donde uniformados, enmascarillados y full equipo están
curando, vendando o enyesando, y los perros miran a la cámara con cara
de agradecimiento y yo no fui.

Pasa un muchacho altote con un perro rintintín sobre su cuello, mientras
con sus manos le sujeta las patas contra su pecho, al estilo de como
los campesinos cargan a las ovejas… La periodista suspende la entrevista
que adelanta y lo llama, que si es su perrito, que qué le pasó,
que para donde lo lleva… El joven le explica que no, que no es su perro,
que lo encontró herido y lo llevó al dispensario de veterinaria, que allí
lo curaron pero lo refirieron a otro lugar para que le hagan una radiografía…
Y el pastor alemán tranquilo, disfrutando del calorcito del cogote
del muchacho.

Recordé entonces que en el Histérico Chanel, creo, vi un día un documental
sobre el “Contrato Animal”, donde terminaban con un mensaje que me caló
hondísimo: Que pronto, dentro de algunas décadas, el hombre mirará
para atrás y sentirá vergüenza de cómo trató durante tanto tiempo a los
animales, en un símil de cómo ahora la historia nos refriega
la manera como “compartimos” el espacio con los hermanos negros
en tiempos de la esclavitud.

Y no pude dejar de hacer relaciones con la vida de hoy por hoy en Venezuela,
y este proceso político que tantas semejanzas tiene con la Revolución Chilena
de Salvador Allende. Aunque el primer golpe de vista no fue por parecidos,
precisamente.

En este Chile que según los versos de Violeta, “limita al centro de la injusticia”,
donde hay tanto camino por recorrer para la igualdad y la equidad
entre sus connacionales, sin dudas la base de la nueva propuesta electoral
de Michelle Bachelet, el detalle de los animales, a toda vista, nos muestra raíces
de humanidad y sentimiento que si son largas, habrán de servir para dar
otras batallas, ahora en beneficio de los animales que caminan parados,
en dos patas… así como en Venezuela, el que la Revolución creara
la Misión Nevado, para atender a las mascotas bajo el nombre del perro
de Simón Bolívar, o la Misión Árbol, para sembrarlos y para cuidarlos,
es una evidente señal de buena voluntad, de Patria Buena que sin dudas
nos llevará a estratos más altos aún de humanidad y solidaridad.

Este es un detalle que no pudimos esquivar, porque mientras allá los estudiantes,
verdaderamente estudiantes-voluntarios, ayudaban a la gente y sus animales
apenas medio apagado el fuego, y los instructivos de las autoridades,
y las entrevistas con la gente, todo hacía ver, por allá, un sentimiento a nivel
de San Francisco de Asís, un sentimiento como para crear esos ejemplos que relato,
de allá, o un sentimiento para inventar, acá, la Misión Nevado y la Misión Arbolito.

Muy distinto por cierto a las escenas güarimberas de perros amarrados
y lanzados vivos a las llamas de las barricadas, o el caso de un destacado
maestro de la música, de la LUZ, que tenía un perro lazarillo, y se lo quitaron
y lanzaron al fuego. Hay perros degollados y quizá también gatos.
Degollaron perros como quien degüella un motorizado…
Le quitaron cruelmente la vida a mascotas o perritos de la calle,
con la misma alevosía que interrumpieron la vida de más de cinco mil
hermanos árboles, árboles con cédula de ciudadanos venezolanos, compatriotas
nuestros, ni más ni menos. Todo para poner a arder la güarimba ,
para que la “luz” del fascismo iluminara las noches de municipios derechistas
de la República Bolivariana. Sólo falta que quemen libros en la vía pública,
para que terminen de “iluminarnos” acerca de quiénes son y para dónde van…
Les falta en la vía pública, porque a diferencia de los nazis de Hitler,
que seleccionaban y quemaban sólo los libros progresistas, nuestros criollos
y fascinerosos mezclados con fascistoides, para no perder tiempo, han quemado
universidades enteras, completas, lo cual recalco por si alguien lee esto
en el extranjero y cree que estamos usando una licencia de exageración,
una no muy feliz metáfora.

Pero para muestra un botón, como diría don Pedro Grullo: Vean la actitud
de algunos “seres humanos” frente a los animales, a propósito de la tragedia
de Valparaíso, y a propósito de la tragedia de Venezuela, donde el imperio
y sus tontos útiles manifiestan sus mejores esfuerzos para ver cómo hacen
para que los gringos se vuelvan a robar el petróleo venezolano,
con el consabido método de “hundan el barco, para fregar al capitán…”,
es decir, frieguen a Maduro. Pero el pueblo ahí, sin cogerles el guante,
en histórica demostración de disciplina, de no caer en la provocación,
a pesar de tanta porquería.

Haciendo paralelos, comparando, sumando, por aquí y por allá,
por aquí un niño de un refugio diciendo “Chávez, por favor, un espacito
para nuestros animales…” y Chávez que da la orden, que se busque,
en el Palacio Blanco, o en Fuerte Tiuna, de por ahí era el refugio,
un “espacito” para que los niños tuvieran sus mascotas a buen resguardo
y cercanía… todo un antecedente de la Misión Nevado.
O el perro de la calle, el que se vino detrás del féretro del Comandante,
toda la autopista, hasta el mismísimo Cuartel de la Montaña
donde ahora descansan sus restos… hoy ese perro desfila uniformado,
en Los Próceres, con los Guardias Nacionales…
O por allá, la señora del Puerto, que dijo en cámara que la casa no importa,
lo material se recupera, que ellos se esforzaron fue para salvar a sus perros,
que eran diez, y que está llorando porque dos de ellos, buscando su lugar
de resguardo de costumbre, se metieron debajo de la casa,
de donde no los pudieron sacar, y allí el fuego no los perdonó…
Otra señora dijo llevamos cien años en esta calle, aquí se quemó
mi abuelo, aquí se quemó mi padre, ahora me quemé yo…

Haciendo paralelos, comparando, sumando, buscando desesperadamente
algo que sirva para darle sentido a tanto dolor, más de cuarenta muertos
por acá, a manos de los alzaditos porque se sienten apoyados
por la bestia parda que hoy campea por los Estados Unidos,
y por allá, más de dos mil casas achicharradas, incineradas,
con quince personas fallecidas… sin contar el terremoto del norte,
sólo estamos hablando de Pancho Puerto, por ahora…
mientras aquí hacemos una oración en Semana Santa
para que la PAZ alcance para detener la matanza y la locura,
para que la paz le amarre las manos al imperio y deje en paz este Proceso
que es pacífico en cuanto a que vamos a votar cada tanto, pacíficamente,
para sacar las injusticias del Poder, pero nuestro accionar es lo único
que tiene de pacífico este Proceso, porque en lo demás, el pueblo
sigue poniendo la sangre, el dolor y las lágrimas:

Vamos ya por los trescientos dirigentes campesinos asesinados.
Más de cuarenta asesinados por el golpe del 11 de Abril…
Doce son los muertos después que Capriles los mandó a “arrecharse”…
Más de cuarenta como herencia de la guarimba de Leopoldo
y la Maricori…

Hasta cuándo.

Si hasta el océano, ese que llamamos Pacífico, de tanto en tanto inunda
y mata como se le da la gana, como queriéndonos decir que la PAZ
no ha sido suficiente para que el pobre pueblo chileno deje de enterrar
a sus muertos.

Porque pareciera que la cosa es que mueran los pobres, a como dé lugar,
¿cómo va a ser, las tragedias naturales y las tragedias humanas,
--es decir, los fascistas--, unidos en la matanza de pobres..?
Pobres pobres.

Es decir, no basta con los curas del Vaticano,
hay que incluir a Dios en la mesa de diálogo
y que los acuerdos alcancen las guarimbas, los incendios, lo telúrico.
lo maremótico, las inundaciones y las mascotas y los árboles.
Y que Dios asuma su responsabilidad, que no le pare a ruegos por asuntos menores,
una casa , por ejemplo, que las casas ya las está construyendo y asignando
el gobierno... que se preocupe de lo grande, de lo estratégico, ¿o va a seguir
sentado en su trono bien gracias y usté, mientras por angas o por mangas
le siguen matando a su pueblo..?

Por eso en Semana Santa, con la pantalla inundada por el fuego
de los incendios de Valparaíso y por el recuerdo reciente del fuego
de las güarimbas, sufriendo allá y acá los pobres,
como si ser pobre fuera pecado, hemos elevado una oración
para que por fin la PAZ alcance, por favor, allá y acá.

Es la nota que quería escribir para aporrea.org.

Porque, convencido por Alí de que “ya no basta con rezar”,
predico que a pesar de tanto dolor, hay que seguir haciendo,
que no hay que dejar de hacer, y siguiendo el ejemplo de tantos que hacen,
de tantos que construyen a diario, trato de hacer algo yo también,
escribo o dibujo, no dejo de hacer mi modesto aporte,
mi modesto esfuerzo, mi trabajo, mi penitencia de porfiada fe,
de inquebrantable esperanza de que seguiremos luchando por defender
los mejores días que hemos conquistado y que insistiremos
en días aún mejores.

Pero esta victoria hay que trabajarla. Hay que hacer que la paz
salga vencedora, y con ello mantengamos la propiedad de nuestro petróleo,
pero además evitemos que algún imperio de por ahí encuentre la oportunidad
de destruir el país, hay que evitar que la victoria sea a costa de un número
inimaginable de víctimas. Hay que ganar pero tratando de evitar que los pobres
sufran más que lo que ya han sufrido, que ya es bastante,
que ya es demasiado.

Por eso hice esta nota para aporrea.org.

Pero ahora, igualito, me pongo a llorar a gritos.


El Tano
abrebrechaucv@gmail.com
24 de abril de 2014











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