España: Casi dos millones de personas reclamaron en la calle la independencia de Catalunya

Casi dos millones de personas manifestaron al mundo que  Catalunya quiere ser independiente
del Imperio Español

Casi dos millones de personas manifestaron al mundo que Catalunya quiere ser independiente del Imperio Español

Credito: Resumen Latinoamericano

12 de Septiembre.- A la tercera va la vencida, reza el refrán. Vencida con V. Esto es lo que piensan cientos de miles de personas -550.000 inscritos, 1.800.000 asistentes, según la Guardia Urbana, que, llegados desde todos los puntos de la geografía catalana, han copado la Avenida Diagonal y la Gran Via de les Corts Catalanes, en Barcelona, para dibujar esta enorme letra, que los organizadores identifican con el voto (V) en una consulta prevista para el próximo 9-N y la victoria (V) de las posiciones independentistas. A la hora H, las 17:14 horas, se ha formado el enorme mosaico de la senyera (bandera catalana) mientras, de forma simbólica, una joven de 15 años depositaba un voto en una urna en la plaza de les Glòries.

A pocos minutos de ese minuto cumbre, las imágenes aéreas servidas por las distintas televisiones que han cubierto el evento ya mostraban una senyera casi completa, una fotografía impresionante y que aspira a dar la vuelta al mundo. Una hora antes, las cabeceras de Diagonal y Gran Via, cerca del vértice que ha unido la enorme V, la plaza de les Glòries Catalanes, presentaban un lleno a rebosar. Ambas, que portaban una pancarta con el lema 9-N votaremos, 9-N ganaremos, se comenzaron a mover hacia las cinco para confluir en el punto dónde se situó el escenario en forma de V en el que han tenido lugar distintas actuaciones y los parlamentos de la organización.

En su intervención, la presidenta de la Assemblea Nacional de Catalunya (ANC), Carme Forcadell, ha pedido al Parlament de Catalunya y al presidente de la Generalitat, Artur Mas, que el 9 de noviembre "ponga las urnas" y ha exigido a "nuestros representantes políticos" que mantengan la unidad interna y que "sean dignos del pueblo que los ha votado". Por su parte, la presidenta de Òmnium Cultural, Muriel Casals, ha celebrado la "victoria" de la convocatira. "Trescientos años después del 1714, hemos dejado de celebrar derrotas militares para ser un país que construye una victoria pacífica", ha proclamado Casals, que ha advertido a la clase política que "la voz del pueblo está por encima de lo que opine un tribunal partidista de Madrid". El canto de Els Segadors, himno catalán, ha cerrado los parlamentos.

En la manifestación, que se ha prolongado por 11 kilómetros y ha ocupado una superficie total de unos 200.000 metros cuadrados, han participado además los principales líderes de los partidos que apoyan el derecho a decidir, unos en la cabecera y otros miembros repartidos a lo largo de varios tramos.

De esta manera, y por tercer año consecutivo, la masa soberanista se ha organizado para reivindicar la posibilidad de votar y también por tercer año consecutivo, la convocatoria ha resultado histórica, como ya lo fueron la manifestación de 2012 y la enorme cadena humana que recorrió Catalunya de norte a sur en 2013. El objetivo de la V de la Diada es de nuevo una imagen que se vea en todo el mundo, y que sirva de acicate para todos los actores, locales, estatales y internacionales, para hacer posible lo que se ha ido llamando proceso soberanista. Ese objetivo de internacionalización del conflicto queda bien reflejada en las pancartas gigantes que se han ido desplegando a lo largo del recorrido y que apelan directamente a líderes del mundo como Barack Obama, Angela Merkel o David Cameron. Algo ya habrán logrado los organizadores cuando ya muchos medios extranjeros se han hecho eco de la reivindicación. A falta de saber las dimensiones reales de la manifestación, la nueva demostración de fuerza del bloque soberanista vuelve a poner la pelota sobre el tejado de los políticos que, a partir del día 12, deberán canalizar este clamor hasta la fecha señalada del 9-N. El mensaje de Forcadell y Casals hacia Mas y el resto de políticos ha sido, no obstante, contundente.

Jornada festiva y cívica, de nuevo

Más allá de la disciplinada senyera gigantesca, formada después de que los asistentes se hayan ido registrando ordenadamente en unos 60 tramos y hayan elegido para la ocasión un color de camiseta, amarillo o rojo; la convocatoria ha contado con otros elementos, como son la construcción de castells (las camisas de las más de 54 colles han supuesto la nota discordante entre el imperante rojo y amarillo), la presencia masiva de senyeres y estelades y múltiples pancartas y mensajes. También algunos homenajes a los héroes de la caída de Barcelona en 1714, precisamente hoy que se cumplen 300 años del trágico evento. De nuevo -como ya ocurrió en las protestas de 2012 y 2013-, el ambiente ha sido festivo y con presencia de personas de todas las edades. Además del escenario principal, la organización ha montado otros en distintos puntos para amenizar una tarde en la que el inmenso gentío ha tenido que soportar un sofocante sol.

Todo ha comenzado unas horas antes. Tras los tradicionales festejos de la Diada por la mañana y declaraciones políticas que no han aportado novedades significativas, el plato fuerte del día ha arrancado cuando se han cortado las dos grandes calles de la capital catalana y los ciudadanos han comenzado a moverse, escalonadamente, hacia sus tramos asignados. Los más de 7.000 voluntarios de la Assemblea Nacional Catalana (ANC) y Òmnium Cultural se esforzaban en ir colocando al gentío que se iba acumulando. Para muchos, la jornada ha comenzado antes -en algunos casos, días antes- cuando se han desplazado desde muchos puntos de Catalunya en autocar y en tren dispuestos a participar de otro día histórico.

Acabado el voto simbólico de la joven nacida el 9 de noviembre de 1998 (por lo que podría votar en la consulta por cumplir entonces los 16 años); en el escenario de Glòries, se han reunido más de mil cantores de la misma edad. El cantautor Lluís Llach los ha acompañado al piano y han interpretado el Cant de la Senyera y una pieza compuesta para la ocasión que adapta un poema de Miquel Martí i Pol.

Como escenografía, Glòries ha mostrado 947 urnas para simbolizar la "voluntad" de votar en la consulta, una urna para cada uno de los de municipios de Catalunya. Tras esta actuación, se organizado una gran ola que ha empezado en Glòries y ha llegado hasta las dos puntas, situadas en la plaza Pius XII y la plaza Idelfons Cerdà, respectivamente. Los manifiestos han cerrado el acto. Por tercera vez, habló la gente. Este viernes volverá a ser el turno de la política.



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