Ferguson, noviembre 22 - Un ambiente tenso reina hoy en la localidad estadounidense de Ferguson, Missouri, en espera de la decisión judicial sobre el procesamiento del policía Darrel Wilson, acusado de matar al joven afroamericano Michael Brown en agosto pasado.
Existe ansiedad ante el temor de que se imponga el peor de los escenarios en este caso, y las protestas pudieran extenderse al menos a un centenar de ciudades del país, desde Seattle, en el occidental estado de Washington, hasta la sureña Tampa, en Florida, señala este sábado el diario local Saint Louis Post-Dispatch.
Si el gran jurado decide no enjuiciar al oficial Wilson por el supuesto asesinato del adolescente de 18 años sería un error de la justicia que pudiera resultar en manifestaciones masivas en todo el país, advirtió el congresista demócrata y veterano activista por los derechos civiles John Lewis.
El gobernador de Missouri, Jay Nixon, declaró el estado de emergencia esta semana y activó la Guardia Nacional en espera de las posibles reacciones ante la decisión respecto al supuesto asesino de Brown, mientras el Buró Federal de Investigaciones (FBI) advirtió sobre probables disturbios en Ferguson y otras ciudades.
Autoridades de un distrito escolar que incluye parte de esa localidad ordenaron la suspensión de las clases la semana próxima, como medida de precaución.
Por su parte, el presidente Barack Obama trató de calmar los ánimos y pidió que las protestas mantengan un carácter pacífico en espera de la decisión del gran jurado.
"Pienso primero que todo que el uso de cualquier excusa para desatar actos de fuerza va en contra del estado de derecho", señaló el mandatario en una entrevista con la cadena ABC News.
En sentido similar se expresó el Fiscal General de Estados Unidos, Eric Holder, quien llamó a los activistas a manifestarse pacíficamente y evitar acciones de fuerza cuando se conozca la decisión final sobre el caso, posiblemente a finales del presente mes.
La respuesta policial y de la Guardia Nacional a las manifestaciones que tuvieron lugar el verano pasado fueron criticadas por el excesivo uso de la fuerza, que incluyó el empleo de gases lacrimógenos, disparos con balas de goma, el despliegue de fuerzas y tácticas militares.
La vocera de la Unión Americana para las Libertades Civiles (ACLU), Kara Dansky, señaló recientemente que "lo que vemos hoy en Ferguson es un relejo de la excesiva militarización de la policía que tiene lugar en Estados Unidos desde hace varias décadas".
La ACLU coincide con la posición del senador Rand Paul y otros legisladores que llamaron a poner fin a un polémico programa del Pentágono mediante el cual los departamentos de policía del país reciben equipos militares como fusiles de asalto, ametralladoras, vehículos blindados y otros medios.
Según fuentes oficiales, desde la década de los años 90 el Departamento de Defensa ha suministrado más de cuatro mil millones de dólares a las fuerzas policiales en todos los Estados de la Unión en equipos sobrantes de los inventarios castrenses.
