En un giro de la política de asistencia externa de Estados Unidos, el Secretario de Estado, Marco Rubio, ha confirmado el cese de las operaciones de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) en la implementación de programas de ayuda.
Esta decisión entrará en vigor el 1ero de julio, marca el fin de una era.
Asimismo, la transición hacia un enfoque renovado en la gestión de la asistencia exterior.
En una columna publicada en el sitio web del Departamento de Estado, Rubio declaró el fin de las acciones.
“A partir de hoy, la era de ineficiencia ha llegado a su fin”, aseguró.
Esta afirmación se produce tras la orden del presidente Donald Trump en febrero pasado, que llevó a una reevaluación crítica del desempeño de USAID en la promoción de los intereses estratégicos de Estados Unidos a nivel global.
Fin de la USAID
Rubio subrayó que, a pesar de contar con décadas de experiencia y un presupuesto significativo financiado por los contribuyentes, USAID falló en garantizar que sus iniciativas realmente sirvieran a los intereses de la nación.
“USAID tiene la responsabilidad de impulsar la influencia estadounidense y promover el desarrollo económico global, pero, lamentablemente, su enfoque se ha desviado hacia la comercialización de sus programas como si fueran meras iniciativas benéficas”, explicó el Secretario de Estado.
Con este cambio radical, el Departamento de Estado tomará las riendas de la gestión de programas de asistencia exterior, transformando la política de ayuda estadounidense en una herramienta más coherente con los objetivos de política exterior del país.
Rubio afirmó que esta decisión no solo revitaliza el enfoque de asistencia, sino que también garantiza que los recursos se utilicen de manera más efectiva en la promoción de los intereses nacionales.
“Hoy, sellamos el compromiso de que cualquier asistencia que brindemos sea un reflejo de nuestros valores como nación y un refuerzo de nuestra estrategia global. Estamos redefiniendo la manera en que Estados Unidos se involucra en el mundo”, concluyó el Secretario.
Este cambio representa un momento crítico para la diplomacia estadounidense y su papel en el desarrollo internacional.
El Departamento de Estado está preparado para implementar estrategias que prioricen la seguridad y el interés nacional.