Viernes 01 de diciembre, IAR Noticias. - Posiblemente el conservador Felipe Calderón será recordado por los libros de historia como el presidente de la "mitad de Mexico", ya que mientras asumía este viernes la otra mitad del país estaba representada por la multitud en las calles que coreaba el nombre de Manuel López Obrador como el "presidente legitimo" y rechazaba al nuevo mandatario considerado como "espurio e ilegitimo".
Luego de que el Tribunal Electoral, manipulado por el oficialismo, resolviera ratificar el fraudulento triunfo de Calderón en las elecciones presidenciales de agosto pasado en México por apenas 243.934 votos (0,58 puntos porcentuales), el candidato Manuel López Obrador rechazó el fallo y anunció la creación de un "gobierno de resistencia".
Andrés Manuel López Obrador, desconoció la decisión del máximo Tribunal Electoral del país que ratificó la victoria del derechista Felipe Calderón y convocó a discutir la creación de un gobierno paralelo o a seguir impulsando la resistencia civil pacífica con sus seguidores.
El ex alcalde de la capital señaló que la sumisión de los jueces a "un grupo de privilegiados y de extremistas de derecha (...) representa no sólo una vergüenza a la historia nacional, sino una violación al orden constitucional y un verdadero golpe de estado".
Tras su acto de asunción como "presidente legitimo", el lunes 20 de noviembre, el líder de izquierda, Andrés Manuel López Obrador, encabezó en el Zócalo una Convención Nacional Democrática para delinear las bases de una "nueva república" y las futuras acciones de "resistencia civil pacífica" y de oposición a Calderón, cuyo triunfo electoral no reconoce y a quien considera un "presidente espurio".
Después de cuatro meses de masivas movilizaciones de los partidarios del PRD de López Obrador que semiparalizaron la capital mexicana y pusieron en jaque al gobierno de Fox, se llegó al día de la asunción de Calderón con el recinto parlamentario tomado por los legisladores del PRD, que mantuvieron una guerra campal a puñetazos y sillazos con los legisladores oficialistas trasmitida en vivo por la TV del Congreso.
Finalmente, entre silbidos y abucheos, de apuro, el conservador Felipe Calderón juró el viernes ante el Congreso como presidente de México en una ceremonia tensa y rápida, con gritos de apoyo de sus diputados y la repulsa de los legisladores izquierdistas que le acusaban de haber ganado las elecciones con fraude.
Mientras tanto, Andrés Manuel López Obrador, encabezaba afuera una marcha de miles de sus seguidores en rechazo a la asunción de Calderón.
"Protesto (juro) guardar y hacer guardar la Constitución política de los Estados Unidos Mexicanos y las leyes que de ella emanen y desempeñar leal y patrióticamente el cargo de presidente de la república que el pueblo me ha conferido mirando en todo por el bien y la prosperidad de la unión y si así no lo hiciere que la nación me lo demande", dijo Calderón tapado por el infernal griterío.
El flamante presidente había llegado minutos antes a la tribuna a través de uno de los accesos traseros del Palacio de San Lázaro. A su lado estaba el ya ex presidente Vicente Fox, quien había ingresado con la banda presidencial en la mano, y luego se la entregó al presidente de la Mesa Directiva, Jorge Zermeño.
Luego, en medio de un visible nerviosismo, el nuevo mandatario se colocó él mismo la banda presidencial y, tras entonar el himno nacional, huyó junto al mandatario saliente, Vicente Fox, por una puerta ubicada detrás de la tribuna del recinto parlamentario.
El acto -coinciden las agencias y cadenas internacionales- duró sólo cuatro minutos y transcurrió en medio de gritos, con los puños en alto, de "Va a caer, va a caer, Felipe va a caer" de los diputados del izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD), segunda fuerza del Congreso.
Por su parte, diputados y senadores del derechista Partido Acción Nacional (PAN), de Calderón, gritaban "Sí se pudo", todo frente a la mirada de invitados especiales como el príncipe de Asturias, Felipe de Borbón, y el gobernador de California, Arnold Schwarzenegger.
"Es buena la acción", dijo a Reuters bromeando el forzudo (ex Terminator) gobernador estadounidense, al ser preguntado sobre qué opinaba sobre el desorden.
Calderón ya había recibido la presidencia de manos de Fox poco después de la medianoche, en una inusual ceremonia en la residencia presidencial, tras la cual llamó a la reconciliación.
"No ignoro la complejidad del momento político que vivimos (...), pero estoy convencido de que hoy debemos poner punto final a nuestros desencuentros", dijo en un mensaje televisado.
Mientras Calderón asumía de apuro en el Congreso, afuera una multitud coreaba "Es un honor estar con Obrador", portando fotos de Calderón vestido de payaso y con la leyenda "pelele", como el izquierdista acostumbra llamarle.
Manuel Lopez Obrador, , que fue declarado hace poco por sus partidarios como "presidente legítimo" marchaba entre gritos de apoyo de seguidores que portaban pancartas con su foto con la banda presidencial puesta y la leyenda "presidente".
Después de este comienzo y jura del nuevo mandatario, Todo indica que López Obrador y su movimiento van a profundizar y recrear sus tácticas de lucha y resistencia popular, cuyo objetivo central parece ser el de recordarle permanentemente al pueblo de México que Calderón es un "presidente ilegitimo".