Lunes, 12 de febrero, IAR Noticias / El jefe del Pentágono y sucesor de Donald Rumnsfeld en la secretaría de Defensa, Robert Gates, respondió con humor a las críticas contra Estados Unidos vertidas en la Conferencia de Seguridad de Múnich por el presidente ruso, Vladímir Putin, las que atribuyó a cosas de "ex espías".
El presidente ruso Vladimir Putin advirtió el sábado que el uso intensificado de la fuerza militar por parte de Estados Unidos está provocando una nueva carrera armamentista, pues las naciones más pequeñas han adquirido interés por desarrollar armas nucleares.
Putin también criticó o las acciones "unilaterales" de EEUU y la ampliación de la OTAN al este de Europa, al tiempo que defendió a Irán y pidió paciencia con el el desarrollo de su programa nuclear.
"Como viejo luchador de la Guerra Fría tengo que decir que uno de los oradores de ayer (Putin, ex jefe de la KBG) me hizo sentir cierta nostalgia por una época menos compleja", dijo Robert Gates al dirigirse a la Conferencia como orador de un panel sobre relaciones transatlánticas.
"Muchos de ustedes tienen pasados ligados a la diplomacia y la política, un pasado muy diferente a la carrera en el mundo del espionaje. Y supongo que los viejos espías tienen una forma peculiar de hablar", dijo Gates al auditorio.
"Pero yo, estuve en un campo de reeducación", agregó el jefe del Pentágono, que se desempeñó como director la CIA en los ochenta, provocando las risas de los asistentes a la Conferencia.
"Estuve en un campo de reeducación. Fui cuatro años y medio presidente universitario y ya se sabe que en esa posición sólo hay dos opciones: eres amable y te quedas, o desagradable y te vas", señaló Gates.
La Casa Blanca, por su parte, dijo estar "sorprendida y decepcionada" por el discurso del presidente de Rusia, en el que acusó a Estados Unidos, entre otras cosas, de intentar dominar al resto del mundo.
Putin acusó, el sábado, a Washington de querer imponer un mundo "unipolar", de llevar a cabo acciones unilaterales al margen de la legalidad internacional y de planear una "militarización" del espacio que tendría consecuencias y acciones contrarias a la no proliferación.
"Un estado, Estados Unidos, ha traspasado sus fronteras nacionales en todas las formas", añadió el presidente ruso ante los 250 funcionarios, incluidos más de 40 ministros de defensa y de asuntos exteriores.
"Esto es muy peligroso, nadie se siente ya seguro, porque nadie puede protegerse en el derecho internacional. Esto está alimentando una carrera armamentista, con el deseo de los países por obtener armas nucleares", afirmó.
El presidente ruso hizo extensivas sus críticas a la OTAN, a la que acusó de ampliarse de forma amenazante hasta sus fronteras.
El secretario general de la Alianza Atlántica, Jaap de Hoop Scheffer (un firme aliado de Washington), se declaró "decepcionado" por el discurso de Putin, propio de la confrontación en los años de la Guerra Fría, al que también respondió la Casa Blanca.
Guerra Fría
Favorecido por los altos precios del petróleo, con $200.000 millones en reservas de oro y divisas duras, y con su renovado sistema de armamento nuclear y convencional, el gobierno de Putin comienza a desafiar a la hegemonía imperial estadounidense en relación con Irán, Venezuela, Corea del Norte y el Gobierno palestino de Hamas.
También en ese escenario, el "factor Chávez" en Venezuela comienza a jugar un rol clave y determinante en la relación Washington-Moscú.
En el marco de la Guerra Fría se destaca el choque de intereses geopolíticos entre Rusia y Estados Unidos en los ex enclaves soviéticos de Europa del Este y el Asia Central, a los cuales se vinculan las revueltas en Kirguizistán y Uzbekistán con los últimos cambios políticos en Georgia, Ucrania y Moldavia.
Moscú afirma
que EEUU y sus socios de la Unión Europea, utilizando la fachada de organizaciones no gubernamentales (ONGs), vienen realizando una campaña desestabilizadora contra Rusia y contra el espacio post-soviético, y la frustrada operación en Bielorrusia (cuyos recientes comicios fue ganada por el presidente pro-ruso), conformó la jugada más reciente en ese tablero.
No obstante, y frente a la escalada de críticas que se desató entre Washington y Moscú, Putin negó en varias oportunidades que Rusia deseara una nueva guerra fría. ''No necesitamos esto'', señaló Putin a los periodistas rusos.
El cruce más duro entre Washington y Moscú se dio en mayo del año pasado cuando Dick Cheney, el desprestigiado vicepresidente de EEUU, declaró que ''En muchas áreas de la sociedad civil, desde la religión y los medios de comunicación hasta los grupos independientes y los partidos políticos, el gobierno (ruso) ha restringido injustamente los derechos de su pueblo''. Cheney también criticó la utilización del petróleo y el gas rusos para amedrentar a sus vecinos.
Al hablar en la reunión de los dirigentes de las zonas del mar Negro y del mar Báltico celebrada en Vilnius de Lituania, Cheney acusó a Rusia de apartarse de la democracia, restringir los derechos humanos y aprovechar la superioridad de recursos energéticos para "chantajear" a otros países.
Vladimir Putin (al igual que el sábado pasado) respondió criticando a EEUU por desatar una nueva carrera armamentista que obligará a Rusia a modernizar sus fuerzas armadas.
Para el influyente diario de negocios 'Kommersant" las palabras de Cheney marcaron el "comienzo de la segunda Guerra Fría", y se remontaron al famoso discurso de Churchill en Fulton (Missouri), en el que condenó el expansionismo de la Unión Soviética en la Europa oriental con el rótulo del "Telón de Acero" que durante décadas expresó la división entre el este y el oeste.