Eva llevaba su nombre con redundancia: generaba vida a cada paso que daba, creía en el otro cuando los demás lo negaban, leía en los ojos la oscuridad o el resplandor de las almas, sembraba amor en medio del más grande infortunio y hacía brotar la esperanza cuando todo parecía perdido. Eva era humanidad.
A Alfonso Sastre, a Juan, a Evita y a todos sus amores hechos carne, nuestro amor, nuestra solidaridad y nuestro cada vez más profundo compromiso de lucha por el fin de toda forma de sujeción y por la construcción de ese mundo necesario de hombres y mujeres libres y dignos en una sociedad de paz y justicia. Lucha en la que Eva siempre será luz y referencia.
“Los que mueren por la vida no pueden llamarse muertos....”
Alí Primera
Desde la Oficina Coordinadora de la Red de Intelectuales y Artistas en defensa de la Humanidad, en Caracas, a los 19 días del mes de mayo de 2007.
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Fuente: Humanidad en Red