Tokio, 6 ago (PL) Con un minuto de silencio, ulular de sirenas y el vuelo de palomas, Hiroshima recordó hoy los horrores vividos por sus habitantes hace 62 años, después del ataque nuclear por Estados Unidos, a esa ciudad mártir japonesa.
Más de 45 mil personas se reunieron en el Parque de la Paz para rendir homenaje a los centenares de miles de víctimas que el 6 de agosto de 1945 sufrieron los efectos radioactivos del chantaje atómico de Washington al mundo.
En esa fatídica mañana, un bombardero B-29 lanzó la bomba de tres metros de largo, cuatro toneladas de peso y con un simple kilo de uranio-235, que explotó a unos 600 metros de altura.
Más de 65 mil edificios, viviendas y hospitales y 70 mil personas se volatilizaron instantáneamente. Había 300 médicos, de los cuales 60 murieron y otros 210 resultaron lesionados. Los puestos sanitarios y de urgencias, así como los 18 hospitales desaparecieron.
Otras 110 mil mujeres, hombres y niños fallecían pocos después carbonizadas o mutiladas. Hiroshima quedaba borrada del mapa.
No satisfecho aún con la barbarie, el Pentágono lanzó un segundo artefacto nuclear sobre la ciudad de Nagasaki el 9 de agoto, que causó otras 70 mil víctimas mortales.
En su intervención, el alcalde de Hiroshima, Tadatoshi Akiba, instó al gobierno japonés a trabajar por conseguir el desmantelamiento de todos los arsenales nucleares del mundo, de acuerdo con la agencia de noticias Kyodo.
Esto, aseguró, representa una obligación de Japón por ser el único país que sufrió el ataque de una bomba atómica y "para que nadie más sufra como nosotros" y afirmó que "Hiroshima era un infierno donde los que consiguieron sobrevivir envidiaban a los muertos".
Akiba, denunció a Estados Unidos tras cuando subrayó que "los seres humanos están todavía bajo la amenaza de la destrucción porque un pequeño número de dirigentes retrógrados sigue dándole la espalda a la realidad de la bomba atómica y los mensajes de los sobrevivientes".
"El gobierno de Japón debe decir no a la política de Estados Unidos, que es obsoleta y errónea", puntualizó.
Por su parte, el primer ministro Shinzo Abe ratificó su determinación para combatir la proliferación nuclear y apostó por mantener los principios anti nucleares que Japón abrazó tras la II Guerra Mundial.