Deficiente distribución de ayuda humanitaria acrecienta crisis en Perú

Los cuerpos de seguridad peruanos supervisan que los alimentos y el agua potable sean distribuidos a los afectado

Los cuerpos de seguridad peruanos supervisan que los alimentos y el agua potable sean distribuidos a los afectado

Credito: efe

TeleSUR _ 21/08/07 - La dificultad en las tareas de distribución de la ayuda acrecienta la crisis en Perú, donde los afectados por el terremoto además de enfrentarse a la carencia de alimentos y medicamentos viven las consecuencias de la inseguridad.
A cinco días de sentirse el terremoto de 7,9 en la escala de Richter que cobró la vida de más de 500 personas y dejó otras 1039 heridas, la situación en Perú aún sigue siendo crítica, debido a las dificultades registradas en la distribución de la ayuda humanitaria enviada por diferentes naciones del mundo.

En Pisco, una de las localidades más afectadas hay 9 centros de distribución de comida, medicamentos y agua a los cuales se accede a través de un sistema de padrones, sin embargo, muchas personas no están registradas por lo que el sistema resulta poco efectivo.

Las entidades humanitarias catalogan de caótica la situación. Según varias agencias de la Organización de Naciones Unidas (ONU) que asisten al gobierno peruano, el estado de la infraestructura que presenta actualmente ese país dificulta las tareas de distribución.

La Coordinación de los Asuntos Humanitarios (OCHA), Elisabeth Byrs, señaló que "la logística es un problema ahora y lo será mayor en el futuro a causa del penoso estado en que ha quedado la infraestructura".

Un ejemplo de ello es el estado de devastación en que se encuentra la carretera que comunica a la ciudad capital de Lima con Pisco.

En su informe, Virginia González, colaboradora de TeleSur muestra algunos testimonios de las víctimas del sismo y la problemática a la que se han enfrentado para tener acceso a los alimentos y la ayuda en general que es enviada.

José Manuel Muñoz, afectado por el terremoto dijo que "tu no sabes como la gente se muere de hambre acá, (...) ni siquiera un poquito de agua, porque el momento que empezó el temblor se rompieron todas las cañerías y se han juntando con el desagüe y esa agua nosotros no podemos tomarla".

De igual forma, Jessica Luque dijo que la ayuda que llega es concentrada en el centro de Pisco y no se está llevando a las zonas aledañas "allí no está llegando la ayuda".

La inseguridad crece

Además de los problemas de logística en la distribución de la ayuda, la inseguridad es otro factor que enfrentan las víctimas del terremoto.

Pese a que están dispuestos más de 2 mil policías para las laboreas de distribución y seguridad, la población debe defenderse con machetes y palos para disuadir a los malhechores, especialmente en horas de la noche.

Esta crisis se agudiza con la continua fuga de presos de diferentes cárceles, lo que eleva la cifra a medio millar de reclusos que han logrado escaparse.

Las escenas de saqueos a camiones y fábricas se hacen constantes, motivo por lo que el Ejército ha intervenido para frenar la inseguridad.

Entre tanto los movimientos telúricos continúan, el Instituto Geofísico de Perú ha registrado más de 458 réplicas que no han provocado daños personales ni materiales.

Por su parte, los socorristas continúan con las labores de búsqueda y rescate de cadáveres, mientras el presidente Alan García anunció el inicio de las fumigaciones para evitar la propagación de epidemias.

Asimismo, el mandatario peruano después de recorrer las zonas afectadas anunció el inicio de las labores de reconstrucción y limpieza, para ello García propuso la creación de un organismo autónomo que esté a su cargo y tendrá también la tarea de hacer más eficiente la distribución de la ayuda humanitaria.


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