A ver si responde el Cardenal....

Carta abierta a su excelencia Mons. Dr. Don Jorge Urosa Savino

Reciba un caluroso saludo Bolivariano, porque le guste o no, esta es la República Bolivariana de Venezuela. Tuve la oportunidad de conocerle de cerca porque soy músico y docente de profesión, aunque actualmente trabajo en una función meramente administrativa, eso es lo que soy, un músico y un docente de arte. Tuve la oportunidad de conocerle en mi ciudad de origen, Puerto Cabello, pues desde niño, participé, primero como coralista, luego como músico ejecutante y más adelante como director coral en el ritual famoso que llamamos “La bendición del mar” en la época en que usted fue obispo de Valencia y Puerto Cabello dependía de la diócesis valenciana. Allí le conocí con un coro que año tras años trabajaba meses y de lunes a domingo porque les entusiasmaba participar en este internacional evento religioso y cantar en la gabarra para Dios, para la Virgen del Valle y por supuesto, para el pueblo. Recuerdo que usted año tras año llegaba el domingo de resurrección con una actitud incalable, que ni las Agustinas recoletas soportaban, porque se quejaba del calor, se quejaba de la gente y, al igual que su amigo personal el Dr. Salas Rômer (el papá del pollo) portaba debajo de la manga derecha un pañuelo blanco escondido que estaba bañado con alcohol y con el que se limpiaba las manos y la cara cuando las viejitas de la legión de María o los negritos del camino neo catecumenal lo besaban o le daban la mano; desde niño noté con extrañeza el pañuelo y también noté que usted pedía que la misa fuese en una gabarra donde estaba el coro, la orquesta y “las fuerzas vivas ”integradas por el comandante de la base naval, el gobernador y su familia, el alcalde y algunos miembros de la cámara de Puerto Cabello algunos invitados especiales –empresarios navieros casi todos- y dos monjas de las Agustinas recoletas con dos Monjas de la legión de Lourdes. El resto, veía la misa desde el malecón pues “por razones logísticas” era mejor así incluso, como la gente en un acto de fe se lanzaba al mar y nadaba hasta la gabarra, recuerdo que un año, Salas y usted colocaron unos buzos para que la gente no se acercara nadando. Por supuesto, en esa época usted le ministraba la eucaristía, alias EL CUERPO DE CRISTO solo a los invitados y algunas veces a los niños del coro, por cierto yo nunca comulgué con usted en esa misa porque siempre se escogían dos o tres niños que podían comulgar, claro por razones logísticas y pues por azares del destino, nunca me seleccionaron. Sin embargo, una vez comulgué, cuando hice mi confirmación en la iglesia Nuestra señora de la Caridad, en pleno centro de Puerto Cabello, recuerdo que la orden era que los santos oleos del sacramento de la confirmación, los daría el obispo y las catecúmenas nos prepararon un mes antes para que nos “comportáramos delante del obispo” que era usted y no hiciéramos “preguntas necias” como: ¿Qué vendían los mercaderes del templo? –que años, añales después averigüé por mi cuenta que eran sacerdotes que hacían negocios dentro de los templos vendiendo talismanes y corderos para sacrificios en la pascua judía,- O ¿Por qué si el matrimonio es un sacramento, los sacerdotes no lo practican? Y una por la que me mandaron a rezar una vez ¿Quién elige al papa? Y cuando me dijeron que eran los cardenales inspirados por Dios, dije “No me jodas” y me mandaron ayuno y oración. Recuerdo entonces que una vez preparados se pautó la fecha y usted nunca llegó, mandó al vicario general, porque hacía mucho calor y como el vicario viajaba mucho para allá usted le encargó la tarea de confirmar a los que vivíamos en el barrio, pero semanas después si fue a confirmar a las niñas del colegio “La Coromoto” por cierto, usted no fue a mi acto de confirmación y yo tampoco, porque mi señora madre (que en paz descanse) se arrechó muchísimo con el hecho de que usted su excelencia no fuera y ya lo del pañuelito la tenía molesta, y me dijo, “ni una humillación le aguantamos mas a ese obispo, te confirmas cuando tengamos uno aquí”. Ya yo era un zagaletón, pero igual hice caso y no fui. Estos detalles autobiográficos los explico para dejar claro que soy católico y que lo conozco; es decir, que hablo con propiedad y no en base a suposiciones.

Le escribo para aprovechar que se ha vuelto un gran opinador y analista de los asuntos políticos sociales y teológicos de la nación, y, hecho todo un politólogo –sin abandonar el hábito del pañuelo con alcohol debajo de la manga de la sotana y no me diga que no porque le muestro videos- opina sobre Marx sobre un supuesto Chávez dictador y un supuesto ataque injusto contra la iglesia apoyado en una corriente diabólica de Santería; por eso, me llegan a la mente algunas preguntas que están pendientes con usted y que nunca se las ha respondido a los venezolanos, a los carabobeños y al mundo.


En los años 90, apareció muerto en Puerto Cabello con una bolsa en la cabeza mi amigo Monseñor William Guerra, luego de unos comentarios que hizo en su programa radial “caminos de luz” donde habló y denunció un caso de narcotráfico. El parte policial afirmó que se trataba de un delito común, que lo mataron para robarlo y otras cosas, pero, el tenía un vehículo Daewoo cielo (de los primeros que llegaron al país) que no se lo quitaron, además también se afirma que lo interceptaron al entrar al edificio, pero parece que no cargaba la misma camisa que cargaba cuando lo vimos antes de irse a su casa ese día porque era un cura fiestero –también se dice que homosexual pero eso no viene al caso- todo esto lo digo bajo el término PRESUNTAMENTE que es una palabra mágica que usan los periodistas para salirse de un peo si los demandan, eso es lo que se dice en mi pueblo, y además los malandros ni antes ni ahora le ponen bolsas plásticas a la gente en la cabeza para robarlos. En ese momento hicimos un concierto –ya yo era director del mismo coro al que nunca saludaba usted en la Bendición del mar- exigiendo que se aceleraran las investigaciones y salió ese mamotreto de informe policial y metieron preso creo que a un huele pega o un malandrín que no sé de dónde lo sacaron. Usted era obispo de Valencia y no dijo nada N-A-D-A ni en ese momento ni después, con el argumento de que ya Puerto Cabello era una diócesis y no se pronunció. Tampoco se pronunció ante la renuncia reciente del Obispo de Puerto Cabello “por razones de salud” le renunció al papa y el papa aceptó la renuncia de un obispo joven ¿Por razones de salud? Usted y yo sabemos cuáles son las razones, ¿Por qué no las debatimos? Llévese el pañuelo y yo busco un espacio con aire acondicionado y agua Perrier que es la que a usted le gusta, para que grabemos ese debate. Por qué no aprovecha el momento de gloria que le dan los medios cada vez que hay elecciones para que hablemos de ese asunto públicamente. Otro tema interesante y que es de su competencia un poco más directa que el asunto de la Santería, Marx y Chávez, ¿Por qué casi nadie llama a Ratzinger Benedicto? ¿Por qué nos cuesta tanto decirle su santidad a ese ser que ni la legión de María se atreve a decirle Benedicto? Monseñor ¿Sabía usted que la pedofilia es una práctica sexual donde un adulto de mente retorcida tiene gusto o inclinación por tener sexo con niños? ¿Sabía usted que tener sexo con un niño –aunque se haga en nombre de Dios- es un delito muy grave? ¿Sabía usted que hay cientos de miles de casos de denuncias de pedofilia (curas que se cogen a los niños y los ponen a hacer sexo oral) dentro de la iglesia a la que yo pertenezco pero que usted dirige y no nos permite hablar? Y ya que está hablando democracia por la prensa ¿Podemos los católicos escoger a nuestros obispos, cardenales y vicarios generales? Y algo más ¿Podemos interpretar lo que quiso decir Jesús el Cristo cuando dijo “miras la paja en el ojo ajeno pero no ves la viga que hay en el tuyo? Digo, para hacer un poquito de labor pastoral en su tiempo libre.


Monseñor, nosotros, los revolucionarios y los no revolucionarios venezolanos somos MESTIZOS y creemos en Cristo, creemos en la virgen, pero nuestras abuelas le rezaban a las ánimas benditas del purgatorio y al ánima de la pica pica, cuando los curas no les daba la gana de ir a bautizar en los asentamientos, los pobres para respetar la fe cristiana, le “echábamos el agua” a los carajitos para tratar de cumplir con el sacramento a pesar de la flojera de los curas. Aquí la gente cree en Changó Ochún y Obbí porque es un legado legítimo y un sincretismo que se heredó de los esclavos que los invasores españoles trajeron con la anuencia de la jerarquía de la iglesia católica a la que usted pertenece, a trabajar para la corona española durante trescientos años de saqueo permanente; además, antes de la iglesia católica, nuestros ancestros adoraban al sol y la luna porque eran salvajes pero ahora que “evolucionamos” adoramos a un carpintero que vivió hace dos mil años y nos bebemos una representación de su sangre en un ritual… Es un asunto de fe y en democracia ESO SE RESPETA.


Monseñor, Manuela Sáez no está en el Panteón porque se acostó con Bolívar ni por un ritual, si fuese por acostarse con Bolívar, habría que hacer otro panteón solo para esa lista porque Bolívar no cogía niños, cogía mujeres adultas - además de fundar un periódico y dirigir la rebelión de cinco naciones contra un poderoso imperio que le esclavizaba- Manuela Sáez está allí porque fue una militar de alto rango del ejército libertador de la América Latina, porque le salvó la vida a Bolívar y porque cuando Páez y la oligarquía valenciana lo decide expulsar del país, fue la única que salió a la calle a protestar gritando “Viva Bolívar” y enloqueció prácticamente rayando las paredes con su nombre para que no se olvidaran de él. Por eso está allí simbólicamente y no por un capricho de nuestro comandante presidente y si le da escalofríos que paseen a los muertos, haga los trámites para que saquen a la madre María de San José del santuario, que también está muerta y la exhiben como si fuese un dulce de leche en una panadería y para que dejen descansar en paz a San Juan Bosco que cargan sus restos como si fuese una reina de carnaval. Es un asunto de fe y en democracia eso debe respetarse, si no lo hacemos cometemos un acto tan fascista como hacer la misa en una gabarra y seleccionar a los comulgantes o cargar un pañuelo con alcohol. Deje que los testigos de Jehová repartan su atalaya, que los evangélicos se tiren en el piso y que los santeros adores a elegguá, eso se llama libertad de culto y está consagrado en nuestra constitución, usted encárguese de ser un “pescador de hombres” como dijo Cristo, pero no para pescarlos y comérselos desnudos, sino para ganarlos para la fe cristiana, usted me entiende.


Aproveche los minutos de gloria que le dan cada vez que hay elecciones y debatamos sobre la necesidad de un nuevo concilio Vaticano que les permita a los sacerdotes casarse y dejar la ociosidad, como lo dijo San Pablo en sus cartas, dejen que se dé el debate sobre la importancia de que los sacerdotes pedófilos sean juzgados como los delincuentes que son, demostrando así que la pedofilia no es una política suya ni de la jerarquía católica, apoyen el allanamiento policial de los arzobispados que escondan o filtren información sobre las denuncias de pedofilia y ya que se está rasgando las vestiduras en contra del autoritarismo, dígale a Ratzinger que se lance ese concilio y mire la viga que tiene en su ojo, dígale que no sea autoritario y que deje que el párroco de San francisco de Macaira, el de san Blas y todos los que dirigen la iglesia tengan voto en la elección del papa y en la elección del cardenal. Si no, quítese la careta, cuelgue la sotana, inscríbase en el PPT en AD o en PODEMOS, láncese a diputado –porque tendría más chance que los de la mesa de la unidad- y proponga ante la asamblea nacional una legislación a favor del sexo entre adultos y niños a ver si el pueblo lo acompaña.
Dios y Revolución,


Lic. Marcos Meléndez.
marcosleonardove@yahoo.com



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