Soy Yajaira González, escritora y humorista de medios audiovisuales desde hace unos cuantos años.
Fui escritora de RADIO ROCHELA, de HUMOR A PRIMERA VISTA, y MUÑECOTES, transmitidos por RCTV.
Fui la creadora de Queridas amigas, Los Wapero, Los Jordan. Rafucho el maracucho, y otros muchos personajes y parodias que marcaron una época en el humor venezolano. Llevé a ese programa LOS COLOMBIANOS, que si bien no fueron creación mía sino de Francisco Martínez, fui yo quien les dio vida en la televisión y creó muchas de las situaciones y características que junto a la extraordinaria interpretación de sus actores los llevaron a la cúspide que los hicieron inolvidables, y fui yo quien una vez gastadas todas las situaciones con las que empezaron, inventó la máquina del tiempo.
A partir de un scketch que parodiaba en Humor a Primera vista un comercial de detergente, yo tomé la caracterización que hiciera Emilio Lovera y cree a Chepina Viloria, a Chacón y demás personajes que aparecían en ese scketch.
No sabía en aquellos tiempos que los escritores debíamos permanecer en el anonimato mientras los actores debían ser los dueños y señores del reconocimiento público. No sabía demasiadas cosas.
Me fui de RCTV por razones políticas, al igual que lo hicieron muchos compañeros, como el Gato, Pedro Soto, cuya partida dejó un vacío en las pantallas que nada ni nadie podrá llenar, como Nelson Paredes, por sólo nombrar a quienes fueran mis más entrañables amigos.
Con el triunfo de la revolución muchas cosas cambiaron para los humoristas. Algunos abandonamos por verdadera convicción política la seguridad que por años nos había brindado un canal de televisión, porque ya no nos sentíamos representados por el mismo. El tiempo fue pasando y ninguna puerta se abrió para nosotros, no porque esperásemos ningún reconocimiento, pues nunca consideré que el legítimo derecho al trabajo lo fuera. Agotados todos mis recursos ante un muro cada vez más infranqueable, me fui a México, país que me acogió y me brindó la oportunidad de aprender un nuevo oficio; el de convertirme en docente, profesión que hoy todavía ejerzo con inmenso placer.
Regresé a Venezuela después de casi tres años porque la nostalgia le ganó a la incertidumbre. Recomencé una nueva vida sin nada de lo que había dejado. Empecé a dar modestos talleres en instituciones privadas, después en Conatel, Cnac, hasta que por obra y gracia de la providencia fui llamada por el Minci para que hiciera un programa de humor para TVES, canal que saldría al aire en menos de quince días en el momento en el que fui llamada, por el mismo canal que fuera RCTV. No pude negarme – a pesar de estar consciente del rotundo fracaso que semejante locura me acarrearía – porque no pude darle la espalda a la revolución y, a pesar de que la funcionaria con quien me entrevisté me dijo que no había dinero del Minci para tan descabellada hazaña, me aseguró que ella tenía unos inversionistas que pondrían el dinero. Acometí mi labor de improvisar acompañada de tres alumnos, los libretos. Juro por la experiencia de mis años en este oficio, que los mismos tenían la misma calidad de los que escribí para Radio Rochela, pero a pesar de tener buenos libretos, el humor no sólo depende de los mismos; se necesita una impecable producción, dirección, escenografía, maquillaje y extraordinarios y experimentados comediantes. Conozco a los “inversionistas”; un italiano de quien lo único que supe era que manejaba el dinero, un cubano muy simpático pero documentalista, un argentino que era la primera vez que venía a Venezuela, y un español al que nunca tuve la oportunidad de ver sobrio. El escenógrafo jamás había hecho televisión, venía del teatro. Nunca tuvimos un estudio; el lugar de grabación era un misterio hasta la noche anterior a la misma, de tal forma que perdí la cuenta de los lugares donde grabamos 8 programas, sin ensayo, si bien con actores de gran trayectoria, como Malena, Perucho Conde, El Gato y Nelson Paredes, la mayoría sin ninguna experiencia. Los años fuera de la pantalla de Gato y Nelson dejaron una secuela insalvable. El predecible resultado no se hizo esperar; apenas salieron dos programas y fuimos retirados del aire; lo más sorprendente fue que las razones argumentadas por Lil Rodríguez fueron las más inverosímiles, absurdas y carentes del más remoto conocimiento del oficio: que dos hombres habían salido vestidos de mujer. ¡Con las carencias mencionadas, y sin la “larga historia en pantalla” de Radio Rochela, que permitía la introducción de nuevos personajes hasta cuatro salidas, a fin de familiarizar al espectador con el scketch hasta posesionarlo, SONRISAS Y CARCAJADAS resultó un fracaso total! Pero no lo quitaron por eso, sino porque dos hombres habían salido vestidos de mujer. Todavía hoy me cuesta creer semejante estupidez. Lo que no sabía en aquel momento era QUE ESOS NUEVOS GERENTES Y PRESIDENTES DE CANALES DE TELEVISION, NO SABIAN NADA DE TELEVISION, Y POR LO VISTO, SIGUEN SIN SABERLO.
Por supuesto que los “inversionistas” si cobraron 800.000 mil Bs, (800 millones de los viejos) de los que solo se me cancelaron 10.000 Bs, no sin haber tenido que perseguir al inversionista. Mi nombre fue arrastrado hasta lo indecible. Gracias a ello y a la impotencia que me causó no poder defenderme públicamente, mi salud se vio gravemente afectada.
Pasaron algunos meses y esperanzada por aquello de la producción nacional independiente, escribo LAS CRONICAS DE REPOLLO, micros y cápsulas de 5 y 2 minutos, actuadas por Perucho Conde, en las que contaríamos la historia de las esquinas de Caracas, comidas, costumbres, origen de algunos juegos infantiles, inicios de la radio, y los cientos de temas del pasado y sus protagonistas con el genuino afán de dar a conocer aquellos eventos que merecían conocimiento, reconocimiento y un merecido homenaje. La producción fue extremadamente cuidada, impecable, ni que decir de la interpretación de Perucho Conde. Grabamos 586 micros de los cuales sólo transmitieron 10. Fueron retirados del aire sin ninguna explicación. Supe por alguien con quien había logrado cultivar una amistad, que Lil tomó la decisión porque los mismos tenían contenido político. Eso fue en el año 2008. Otra afección no menos grave que la anterior. Tiré la toalla. No hay manera de luchar contra la ignorancia. Todavía hoy, y solo por fastidiar, llamo todos los meses a Tves para preguntarle al señor William X, y al señor Daybis X gerente de programación, el motivo que les impide su transmisión y pedir que me liberen los derechos para donárselos a VIVE. Nunca he conseguido una respuesta. Alguien me dijo que los habían extraviado. Nadie de ninguna directiva se tomó la molestia de verlos nunca.
La gran mayoría de los escritores de televisión se han ido del país. Creo que la única escritora de humor afecta al proceso que queda soy yo. Sigo dando clases y, para mayor ironía, de Humor Audiovisual. Ya no me atrevo a llamarme ni escritora ni humorista, aunque sigo escribiendo sin parar ahora cine, pero sin la menor esperanza de ver en la pantalla ninguna de mis obras. Lo se, porque aparte de haber rechazado sistemáticamente todos y cada uno de mis proyectos en todas las Instituciones que financian tanto el cine como la televisión, hace apenas unos meses fui solicitada como lectora en el laboratorio del Cnac para analizar un guión de una escritora. El mismo era del más puro humor negro que haya leído. Era la segunda vez que la escritora lo llevaba. Nadie lo entendió. Recibió comentarios de consagrados cineastas, tales como: eso parece un guión para los tres chiflados, o bien; mija ¿tú alguna vez tomaste un taller de guión? La autora estudió la carrera completa de cine en una prestigiosa escuela canadiense. ¿Qué esperanza tenemos los humoristas si nuestra obra cae en manos de jurados tan absolutamente ignorantes, obtusos, de mentalidad tan cerrada, soberbios e imbéciles? Ninguna.
A través del portal de ABC guionistas me llega la noticia de que Robert Mckee dictará en Madrid un seminario de guión de comedia; muevo cielo y tierra para asistir y lo logro – con mis propios recursos – el seminario fue genial en todos los sentidos. Apenas llego a Venezuela voy al Laboratorio del CNAC a decir que tenía mi taller de Humor audiovisal “repotenciado”. Entro a la oficina de la gerente, esta me recibe con un balde de agua fría: LOS TALLERES DE HUMOR NO SE DICTARÁN MÁS PORQUE EL HUMOR (NI NINGÚN GENERO) SON PRIORIDAD, esto unido a que estuve vetada por un año no se por quien en el laboratorio, motivan la presente, pues afecta como he sido al sistema político que hoy nos rige, (que me cerró las puertas de otros canales de tv) y que pregona a los cuatro vientos la democratización de los medios, no pasa de ser una farsa más de este sistema, y que no pienso - pues su análisis no es de mi competencia - exponer, pues me parece una imbecilidad más.
A nadie le resultan ajenos los enormes desatinos de este erróneo afán de inventar una nueva televisión. Está bien conocer nuestra cultura, pero nueve años viendo lo mismo colmó la paciencia de los espectadores, prueba de ello es que hasta en los lugares más pobres tienen antenas de Directv, o al menos un dvd para ver películas quemadas ¿Es que “los funcionarillos” que hoy fungen de gerentes de los canales del estado, la villa del cine, cnac y quienes nombran a sus jurados para rechazar todo aquel guión que no exalte la revolución y sus logros, todavía no se han dado cuenta? Pero por si fuera poco, el HUMOR se lleva la peor parte; ¿En qué canal del estado hay siquiera un atisbo de humor? ¿Por qué no hay humor en nuestras pantallas? La revolución desdeña lo que muy bien sabe aprovechar la oposición; no conozco a ningún revolucionario que no haya visto por you tube ISLA PRESIDENCIAL (felicito y me quito el sombrero ante tan magistral manifestación de inteligencia y humor de sus creadores y realizadores) Entre dientes y a escondidas lo comentan quienes ven en la inteligencia una amenaza, aquellos que le temen porque su pobre y limitada capacidad les impide entender el enorme potencial del humor, los cobardes de turno, los soberbios y serviles que se aterrorizan ante la paranoica posibilidad de perder su estatus y su miserable bozal de arepa, los ignorantes cabeza cuadrada (incapaces de un criterio propio) que se limitan a repetir al caletre frases desgastadas dichas por algún notable personaje de no importa que historia.
Nos estamos volviendo alemanes, legendarios por su falta de humor.
Una sociedad que reprime el humor está gravemente enferma.
Una sociedad que no es capaz de reírse de si misma es porque vive aterrorizada por sus instituciones.
A quienes se tomaron la molestia de leer este artículo, busquen la película EL NOMBRE DE LA ROSA
EL HUMOR HA
MUERTO, LARGA VIDA AL OSCURANTISMO