Arguye, Veroes; que en aquella referida transmisión de cada domingo por la noche, nunca había sido entrevistado un “marginal” y que él, deseaba tener esa oportunidad. Era justo el momento cuando en el programa participaban entrevistados “magníficos”, caracterizados por inflados records personales, académicos y afamados currículos.
En aquella época entrabamos en la era del derrumbe AD-Copei, y los empresarios de las comunicaciones como Granier, empezaban a irrumpir con los candidatos independientes, “apartados” de los tradicionales partidos políticos venezolanos.
Granier, junto a otros empresarios, iniciaban la era del desprecio a los partidos políticos (AD-Copei). Ahora, junto a grupos de empresarios confeccionaban su nuevo momento. Carlos Andrés Pérez, iniciaba el fracasa de su segundo gobierno, abrían las envejecidas puertas a los IESA-Boys.
A estos IESA-Boys, el programa Primer Plano les ofreció proyección, incluido, Luis Giusti, colocándolo como el próximo candidato a la presidencia de la república. Estos, inmediatamente empezaron a centrar todos sus discursos en contra del sumado desprestigio de los partidos del status quo.
La entonces estrategia, no dudo en estimular un escenario que llevo por nombre: “Dictadura Modernizante”, el cual consistía en un neoliberal crecimiento económico.
Para esto, Luis Giusti, consigue presidir PDVSA, y crea una oficina que llevo por nombre “Análisis estratégico” conformada por expertos en márquetin electoral. Así, comenzaban a diseñar su campaña electoral.
Bajo aquel escenario político a inicios de los años noventa, Marcel Granier le responde a Juan Veroes, le señala que las entrevistas de sus programas van dirigidas exclusivamente a la nueva clase dirigente que se está formando en el país, y que la misma tiene el privilegio de tener el ochenta por ciento de los votos de los electores, por tanto su voz, estaba representada en aquellos.
Marcel Granier y su grupo de “destacados gerentes empresarios de la corporación petrolera”, aprovechan la caída de los tradicionales AD y COPEI, comenzando a promocionar su apoyo a un candidato joven, exitoso, gerente y blanco: Luis Giusti.
Inmediatamente, apuestan por el desplome anticipado de AD y Copei, quienes en los años anteriores les habían financiado todas sus empresas, entre esas la de Granier: Radio Caracas y el grupo 1BC, entre otras.
Como lo ambicionado era grande y tenía nombre: El Palacio de Miraflores, ya Granier venía de habérselas jugado por Carlos Andrés Pérez, quien cediendo ante sus discursos y opiniones, introdujo en su equipo de gobierno la voracidad neoliberal de los IESA-Boys, encabezados por Miguel “paquetico” Rodríguez, formados todos en el extranjero con las becas Fundayacucho.
Mientras este segundo gobierno de Pérez hacia aguas y ante la incertidumbre de los sables bolivarianos, la estrategia Giusti se aguanto y soporto el derrumbe de una clase dirigente representada en CAP.
Esperaron las nuevas elecciones y con más firmeza el grupo Giusti trata de imponer el consenso definitivo de su candidatura. Caldera aprovecho el derrumbe de la hegemonía AD-Copei y lanzando el chiripero se apodera de la nueva magistratura.
Pero el grupo Giusti con su elaborado programa de Dictadura Modernizante, creado por su Oficina de Análisis Estratégico, no queda fuera del alcance de la nueva magistratura. Rafael Caldera cede y mantiene en PDVSA a Giusti y este no duda en montar la hoy fenecida: Apertura Petrolera, traducida en el poder de PDVSA Vs. El poder del Estado.
Desde aquellas intenciones venían confeccionándose lo que se expresa posteriormente en el paro petrolero (2002-2003) y el golpe de Estado en contra del gobierno del Presidente Hugo Chávez.
Granier, Giusti y su grupo no abandonarían sus ansias de poder, aún cuando los dos principales partidos (AD-Copei) salen derrotados, apoyan una tercera vía: Rafael Caldera.
Con Caldera en el poder las nuevas metas de Giusti se concentraron en inundar el mercado petrolero, logrando junto a otros países, disminuir hasta siete (7) dólares el barril de crudo, conformado por ciento cincuenta y nueve litros.
Todo se daba mientras Caldera privatizaba y vendía las principales empresas del Estado, donde ni los hoteles propiedad de la nación se salvaron, intervino y salvo el más horrendo desequilibrio financiero: financio el rescate de la quebrada banca privada.
Pero, como el objetivo de Granier-Giusti era ahogar la industria petrolera, desde Radio Caracas Televisión, se desprendió una intensa campaña para intentar “salvar” a la “gallinita de los huevos de oro”: PDVSA. Lo primero que promovieron con sus representantes al entonces Congreso de La República, fue una significativa disminución de las ganancias petroleras al fisco nacional.
Así, para el año mil novecientos noventa y cinco la industria petrolera declaraba haber tenido ganancias superiores a treinta y cinco mil millones de dólares, pero solo aportó al fisco nacional, cinco mil millones de dólares.
El resto del dinero de las ganancias de PDVSA, seguían siendo invertidas en el extranjero, por esto, Venezuela llego a adquirir refinerías y plataformas petroleras económicamente inviables, insalvables operativa y financieramente. PDVSA, incluso compraba petróleo a México para enviarlo a estas quebradas instalaciones.
Granier, sin perder tiempo, sigue organizando los nuevos tiempos de los independientes neoliberales.
Sin
dudas, Juan Veroes, nunca tendría entrada en aquella fortaleza neoliberal.
Veroes, nunca sabrá la suerte al negársele la invitación a aquel
programa, ni y de lo que se escapo.
Para: www.aporrea.org
02 de julio
de 2011