Debo comenzar diciendo que el país esta siendo víctima, de una de las estrategias más sucias, llamada clínica del rumor. Experto en esta estrategia tenemos al venezolano pero no Bolivariano J.J Rendón, personaje que viste de negro, hacedor de 27 campañas y 3 perdidas (dos de ellas el referéndum revocatorio del 2004 y las presidenciales del 14A). J.J Rendón trabajó en Colombia con Uribe y en Honduras con Porfirio Lobo y ha trabajado en 15 Ministerios de Defensa. J.J se enfoca en 12 puntos de acción en los que destaca, crisis de opinión publica y la llamada clínica del rumor. Sus estrategias sucias, como su ética, lo han llevado a recibir 40 demandas por crear falsos rumores y montajes. Este hombre de alma del color de su camisa declaró para Globovisión en el 2010: “Nunca me he desconectado ni un solo día de Venezuela desde el 2000. Sin fines de lucro, son miles de horas dedicadas al intercambio de información, mandan encuestas yo mando opiniones.”
Días antes del 14A, da una entrevista al repugnante Bayly, dejando entender que hizo gratis la campaña a CAPRI, donde lo daba ganador. Ya se entiende la usurpación de símbolos, colores, gestos y promesas para el cambio de una deslastrada imagen. En su sitio web me llamó la atención lo siguiente: “Nuestras efectivas gestiones se basan en el dominio de los medios de comunicación y la concepción de estos como elementos fundamentales en el funcionamiento de los sistemas políticos.” Más claro no canta un gallo. Ahora las preguntas de siempre: ¿En manos de quiénes están la mayor cantidad de medios de comunicación? ¿Hay equidad entre medios privados y públicos? ¿Qué sistema defienden los medios privados?
Volviendo al manejo de crisis de opinión pública, J.J dice: “Poseemos la experiencia necesaria para controlar y encausar la crisis de opinión pública que puedan desestabilizar la legitimación de un ente gubernamental o la imagen de una personalidad pública.” ¡Vaya que lo intentan! con nuestro Presidente Nicolás Maduro y con el ente gubernamental favorito el CNE. Sobre el otro punto, la clínica del rumor, él agrega: “Previendo medios críticos adversos a una personalidad pública o a un ente gubernamental, creamos un sistema preventivo para la desactivación de rumores que permite corregir situaciones desestabilizadoras.” Se trata de distorsión de la información donde se siembra rumores para modificar tendencias. ¿Pero cuales son los rumores? Por ejemplo que las fuerzas chavistas están divididas entre Diosdado y Maduro, que ya no tenemos el apoyo del pueblo, que regalamos el petróleo, que los militares se dividen, etc.
No deja de llamarme la atención lo que ocurrió en Colombia, donde acusan a J.J de hacerle una grabación a Ana María Convers (que dirigía el programa presidencial Colombia Joven) en la cual ella hacia comentarios en contra del gobierno del vicepresidente Francisco Santos. Es mucha coincidencia para ser pura casualidad, si lo comparamos con lo de Mario Silva, pero tocando el tema del audio, me quedan preguntas como, en el andado caso de dos agentes dando un informe de semejante magnitud ¿Por que lo hacen por teléfono? ¿Con tantas interrupciones en la llamada? ¿Ningún tipo de objetividad ni nada puntual en lo dicho? ¡Se parecen más a María Chepa con María Candela dándole a la sin hueso! En fin, después del despelote de los chismes que vienen y van, se reúnen los dueños de los medios con el gobierno. De aquí comienzan cambios en las programaciones. Casualidad o chismes, lo cierto es que a nadie se le ha aclarado las decisiones de sacar a la Hojilla del aire, con otros programas de radio (por montajes, chismes o acuerdos). Nuestro Comandante nos acostumbró a explicarnos todo de una forma clara, así aniquilaba los rumores y nos preparaba par el debate, por eso su programa los domingos. Creo que no es suficiente darle las gracias a la Hojilla, porque este más que un programa fue una trinchera de luchas en los momentos difíciles, un espacio que nos apropiamos muchos de nosotros, para el desmontaje de la basura y chismes de la oposición, para lograr comprender lo que sucedía y no ser un objeto manipulado. En esta guerra de rumores y chismes, en la que no han descansado ni un día e insisten como una gota de agua al tallado de una piedra, sin estos programas, hemos quedado medio desarmados.
¡Hasta la victoria siempre!¡Viviremos y venceremos!
