Manoteando tras las cámaras

Los mensajes que me enviaste idolatrando a personas generadoras de la mayor tragedia que haya vivido nuestro hermoso país en muchos años, me llevaron a elaborar algunas hipótesis que me explicaran la razón de tu ciego compromiso con esos actores de pantalla chica y de paso meterte en ese berenjenal terrorífico llamado guarimba. Lanzo al vuelo las siguientes: 1. Has seguido a esas personas porque encajan en tus prototipos o modelos de “chéveres… unos mangazos”, 2. Porque tus amiguitos los siguen y no quieres quedar aparte, es decir, ser discriminado o víctima de bullying. 3. Porque pagan muy bien, 4. Sus mensajes de arrechera y libertad te enervan… “Esas palabras me enloquecen” decía una joven en pleno furor guarimbero, 5. Para que el profesor te suba la nota, 6. Sentías que eras una mezcla de Conan el Bárbaro con Rambo, 6. Todo lo anterior.

Hablando de Hollywood, todo este revoltillo me trajo el recuerdo de lo que Andy Warhol artista plástico y cineasta norteamericano pronosticaba a mediados de los 80: «En el futuro todo el mundo será famoso durante quince minutos” (Wikiquote). Al respecto, Humberto Eco hace un comentario imperdible: “Se trata de la misma pulsión que lleva a uno que está detrás de alguien que sale en la tele a agitar el brazo para estar seguro de que lo van a ver bien. Parece de cretinos, pero es su momento de gloria” 1

Amigo, piensa bien si no eres tú uno de los que manotean detrás de una de estas figuras patéticas de la oposición en busca de unos minutos de gloria sin imaginar, que estás haciendo el papel de tonto útil, algo así como del joven que saltó por arriba de unos guardias nacionales para hacerse mundialmente famoso, sin saber que detrás de ese gesto de arrojo se escondía un inmenso esperpento internacional llamado Imperio que quiere engullirse a nuestro país. Entendámoslo con otros dos ejemplos: El primero: Una fotógrafa del NY Times que arma en los Andes de Venezuela un simulacro de playa al lado de una guarimba; su propósito era el de erotizar y banalizar para los lectores norteamericanos los eventos violentos que en aquel momento se suscitaban en nuestro país… así lo hemos visto en las revoluciones de colores en otros lugares del mundo, Libia, Siria, Ucrania. Pero el propósito de este trabajo periodístico iba más allá: generar la simpatía de la juventud mundial por una aviesa causa fomentada igualmente desde el Norte. En este caso no debemos olvidar que las extravagancias, rarezas, excentricidad, disparates, bufonadas, erotismo, esnobismo, fantasía y aturdimiento, constituyen los factores que mueven los niveles de sintonía (rating) de todos los medios de comunicación a nivel mundial, incluidos las llamadas redes sociales. Estos elementos como ellos lo saben muy bien, constituyen el más poderoso atractivo para este target (en mercadotecnia, el público a cautivar) llamado juventud.

El segundo evento casi termina en un caso de histerismo colectivo. Lo propició CNN una vez que se hace presente en los malolientes territorios de los guarimberos… todos los personajes secundarios y terciarios de esta farsa, ellas y ellos, luchaban a empellones por tomarse una foto con su atorrante periodista. Salir al lado de este sujeto - dicho sea de paso, afamado por pegarle a las mujeres - representaba para todos el tan esperado “minuto de gloria”. ¿Análisis, crítica razonada, razonamiento, argumento, dialéctica, discurso, juicio? Nada de eso… acá solo se vieron reacciones básicas o viscerales, conductas movidas desde lo límbico y lo reptiliano como dirían los expertos en neurociencia. Una vez más se probaba la teoría del condicionamiento clásico de Pavlov aquella que dice: “A través del proceso del condicionamiento clásico es posible capacitar a animales y a humanos para reaccionar de manera involuntaria a un estímulo que antes no tenía ningún efecto. El estímulo llega a producir o generar la respuesta en forma automática.” 2

Recuerda amigo, que los shows de esos babosos aun cuando pudieran tener aspecto efímero y banal, obedecen a un plan cuasi perfecto para tumbar y poner gobiernos. Ese plan se desarrolla como obra teatral con actos y escenas. Se inicia con el ablandamiento del gran público con contenidos de apariencia inofensiva y superficial, hasta alcanzar un climax en el que ya no ocultan sus siniestras intenciones. El libreto consiste en la difusión de mensajes en el que se falsean los hechos, se descalifican países y personajes y se siembra el racismo la discriminación y toda suerte de odios. En el acto final estos fantoches se transforman en reporteros del dolor y del llanto. Ellos levantan el telón de la última escena, “la apoteósica entrada de la muerte.” He allí la gran tragedia mediática que hoy viven los pueblos mundo, en especial, aquella que decidieron ser libres.

Finalmente lo que sí quedó clarísimo es que el pueblo venezolano, hace tiempo -cual Ulises y los Argonautas- dejó de creer en cantos de sirena y por ello no bajó a apoyarles, como tampoco tuvieron el apoyo de la auténtica juventud venezolana que verdaderamente ama a su país, la que ha llenado de glorias su historia, la juventud campesina y obrera que hoy se forma en el pensamiento libre robinsoniano, y también aquella que nos representa en el Arte, la Ciencia y el Deporte en el ámbito internacional. La que construye en lugar de destruir, la que ama en lugar de odiar. Todos ellos se mueven como el torrente inmenso del Orinoco y siendo así, ese caudal majestuoso nunca retrocederá, siempre avanzará, téngalo por seguro, no habrá fuerza alguna que pueda detenerle.

Luego me respondes. Saludos.


1 Umberto Eco / Jean-Claude Carrière. Nadie acabará con los libros. Random, Barcelona p.210

2 http://teoriadaprendizaje.blogspot.com/p/pavlov_03.html


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Rubén Rivas

Merideño, Profesor de Música, con estudios en la Escuela de Música de la ULA. Egresado de la U. de Chile. Magister de la U. de Cincinnati. Autor de los proyectos de Carrera de Licenciatura en Música de la Universidad del Zulia y Universidad del Táchira.

 alcidesrivas@gmail.com      @alcidesrivas0

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