Respuesta a Bocagrande, Poleo, Guerra y Dólar Today: el hipotético “swap” de oro del BCV es legal

La noticia no confirmada de que el Banco Central de Venezuela (BCV) está por realizar un “swap” de oro por dólares estadounidenses, se ha convertido en el novel fetiche discursivo del sector oposicionista para expresar que nuestro país está en “bancarrota” y que estamos “enajenando” nuestros lingotes. Nelson “Bocagrande”, Rafael Poleo (El Nuevo País), José Guerra y Dólar “Narco” Today, han opinado –a través de sus diversas plataformas panfletarias- acerca del procedimiento de marras y no han perdido oportunidad de vociferar la aparente situación calamitosa de la economía de Venezuela. No nos extraña… ¡para eso les pagan! Ahora bien, ¿los “swap” de oro son una venta del metal en cuestión? ¿En qué consisten?
 
Los “gold swaps” o permutas de oro son operaciones en las que se obtienen préstamos usando como garantía lingotes áureos y a una tasa de interés determinada. Verbigracia, el año pasado los índices de este mecanismo tocaron terreno negativo (-0.2%) debido a la escasez de oro en los mercados financieros; en realidad se trata de las “manos fuertes” que no desean desprenderse del metal precioso debido a la creciente desconfianza en el billete verde y los instrumentos fiduciarios. Por lo tanto, estas personas que acumulan el rey de los metales, no con propósitos especulativos sino como inversión a largo plazo, rechazan vender sus lingotes y por ello estos se “esconden” de los compradores. Ante esto, el ya extinto GOFO (Gold Forward Offered Rates) o interés a futuro del oro, se colocaba en tipos negativos como una especie de “incentivo” para las “manos fuertes”: das tus barras como aval de un préstamo en dólares y al final tendrás que devolver menos de lo que te abonaron. Voilà! ¡Se lograba dinero gratis! Sin embargo, lo pretérito puso nerviosos a los banqueros y, en especial, a la Reserva Federal yanqui, porque el interés negativo del GOFO era una pésima señal para los “Benjamines”: si la gente está dispuesta a pagar más con la intención de adquirir el oro de inmediato es porque la credulidad en el dólar se está evaporando (*). Es por ello que la London Bullion Marketing Association (Asociación del Mercado de Lingotes de Londres) decidió dejar de publicar el GOFO desde el pasado 30 de enero. A pesar de esto, ha persistido en la cotización del oro el fenómeno de “backwardation” o retroceso: cuando el precio vigente del metal es más alto que el del contrato a futuro más cercano. Ello es algo anormal, ya que lo habitual es que los futuros se ubiquen a un mayor precio que el “spot” (actual). C’est-à-dire, elementos como el “backwardation” y el interés negativo del fenecido GOFO son análogos; así se haya suprimido este último, el mercado capitalista continúa desvelando una exigüidad de la aleación amarilla sin precedentes.
 
El supuesto acuerdo de “swap” del BCV con el Citigroup habría sido por la cantidad de mil millones de dólares, lo cual serían unas 833.300 onzas troy. Dicha cuantía representa menos del 9% de nuestras reservas de oro monetario que se sitúan en 15 mil millones de dólares (367 toneladas). La permuta en cuestión involucraría una mínima porción de nuestros lingotes áureos y ésta no sería desincorporada de los balances del máximo ente emisor; al término de la transacción, Venezuela debería devolver el monto más los intereses y no habría ningún riesgo de perder las onzas. Al parecer, el convenio regiría por cuatro años y la tasa oscilaría entre el 6 y 7%. Dicho cálculo, a pesar de no ser negativo, es manejable y totalmente asumible por nuestras arcas; habrá que recordar que en los mercados foráneos se cobra a Venezuela un guarismo de hasta 35% por préstamos, mientras que a otros territorios sólo les exigen 6 ó 9%. ¿La razón? El agresivo bloqueo financiero orquestado por Washington y sus lacayos para destruir nuestra economía a como dé lugar. Los “swap” de oro se han ejecutado desde 1989 en la Asociación del Mercado de Lingotes de Londres (LBMA, en inglés) y, durante la Cuarta República, eran muy comunes en nuestras latitudes. La diferencia es que antes nuestras barras gualdas estaban en el exterior, no en Venezuela, y tales canjes no eran decisiones soberanas sino mandatos del Fondo Monetario Internacional con el objetivo de amortizar servicios de obligaciones. Utilizar una fracción de nuestros lingotes para hacerse de efectivo es una acción que no puede catalogarse de ilegal; el BCV emprendería una actividad que forma parte de la cotidianidad de los bancos centrales en el ámbito global. No se trata de una venta de nuestro oro, como lo tergiversan los opinadores “sin oficio” de la derecha vernácula.  
 
 
LA OH-POSICIÓN MITÓMANA, EL COLAPSO DEL DÓLAR Y EL FUTURO DE LOS “SWAP” DE ORO    
 
 
La oh-posición falaz espeta que Venezuela está “rematando” su oro ya que está “quebrada”. Pero escuálidos, ¿no y que nuestro metal áureo estaba en Cuba, Rusia y el Planeta Rojo? ¿No fueron ustedes los que afirmaron que Chávez había “negociado” nuestro oro después de la repatriación de 2011? ¿Cómo es eso que ahora, de la nada, ustedes reconocen tácitamente que las 367 toneladas están en las bóvedas del BCV? Claro, desde que Francisco Rodríguez, analista financiero del Bank of America, constató que los lingotes dorados se hallaban en las coordenadas subterráneas de Altagracia, la MUD y sus seguidores han sido protagonistas de otro hazmerreír galáctico (**). ¡No es para menos!
 
Rubricar acuerdos de “swap” con bancos yanquis es una estrategia muy astuta, tomando en cuenta que al dólar se le acaba su cuarto de hora. En este contexto, lo recomendable sería disponer del empréstito de manera veloz y sin perder tiempo; así se evitaría el riesgo de asir billetes que después no valdrían nada. El probable escenario de un “crack” en Wall Street -y el colapso del papel esmeralda- sepultaría a instituciones como el Citigroup y nos brindaría la ventaja de negociar el reajuste de la tasa de interés del préstamo, incluso en arenas negativas, por lo que deberíamos reembolsar una suma muy inferior a la del millardo de verdes (***). De cara a este panorama, los “swap” de oro por dólares desaparecerían y veríamos erigirse en el horizonte otras alternativas de transferencia de liquidez a escala planetaria. Sin duda, los metales preciosos serán la piedra angular de la era posterior al dólar estadounidense y un seguro 100% fiable para enfrentar las turbulencias económicas derivadas de ésta.
 
 
ADÁN GONZÁLEZ LIENDO
@rpkampuchea
 
 
P.D. El “swap” antes descrito podría hacerse hasta por el 20% de nuestro oro monetario y sería una opción viable de efectivo a bajo interés. Entidades como el Citigroup están ávidas de respaldo áureo para emitir los ETF o certificados basados en oro.     
 
(*) Por lo general, es muy raro que el precio a futuro del oro sea menor que el “spot” (actual). Debido a los costos de almacenaje y a la inflación, los importes a futuro siempre serán más altos. El “backwardation” (retroceso) es una rareza que se haría cada vez más frecuente por las razones antes esgrimidas.
 
 
(***) La quiebra masiva de bancos en EEUU obligaría a Washington a estatizarlos. En última instancia, la negociación de nuevas condiciones sobre el “swap” se realizaría de gobierno a gobierno.


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Adán González Liendo

Traductor, corrector de estilo y locutor

 elinodoro@yahoo.com      @rpkampuchea

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