¡Sin Control Mediático no hay Revolución!

Ya van diez y siete años tratando de hacer una revolución y a pesar de haber pasado por infinidad de situaciones y haber vivido tantas experiencias, sacrificios y esperanzas, hoy nos encontramos en una incertidumbre que pareciera que estamos peor que cuando comenzamos. En los últimos tres años, se han perdido, o se han ido perdiendo, muchos logros alcanzados por la revolución, entre los cuales sobresalen: los sentimientos de solidaridad, patriotismo, el orgullo de ser venezolano, la ética revolucionaria, la unión cívico-militar, la colaboración, el espíritu de sacrificio por los más débiles. Todo lo que fue sembrado y estimulados pacientemente por nuestro Comandante y que hoy casi ha desaparecido, ha sido desplazado por la corrupción, los privilegios, el amiguismo, la ganancia fácil, el individualismo, el egoísmo, el bachaqueo, en fin, el sálvese quien pueda.

Gran parte de ese fracaso se debe a la falta de información, desinformación y en general a una pésima comunicación, (o información bidireccional), que ha padecido el pueblo desde la partida del Gigante Chávez, puesto que ha tenido enorme dificultad para que sus ideas sean divulgadas, sus denuncias sean conocidas y sus inquietudes sean discutidas por el resto de sus compatriotas y del gobierno. "El canal de todos los venezolanos" y todo el sistema de medios públicos en general, ha estado al servicio exclusivamente de la cúpula del gobierno y del partido.

El golpe de estado de Abril de 2002 y el paro petrolero de Diciembre de ese mismo año, pusieron de manifiesto, que la oposición logró su objetivo de hacer tambalear el proceso revolucionario, pero justamente la adecuada respuesta por medio de Radio Bemba, el uso de los pocos teléfonos fijos y celulares disponibles, se convirtieron en las herramientas más poderosas para contrarrestar el fiero ataque de la derecha nacional e internacional. Guillermo García Ponce manifestaba el 11 de Abril de 2002 que a Chávez lo derrocaron fácilmente por carecer la revolución de unos medios de información y comunicación suficientes y eficientes, además de la falta de una política comunicacional que contrarrestara la avalancha informativa de la contrarrevolución, liderada por Globovisión, Venevision, RCTV, Televen, El Nacional, El Universal, Unión Radio, en coordinación con los otros medios privados del país y del exterior. Fue en efecto, el primer golpe de estado esencialmente mediático que en algún país se ha dado. Fue un golpe inédito.

Ocho meses más tarde, se volvería a intentar derrocar el gobierno aumentando la coordinación e intensidad de la fuerza mediática. Sólo la fortaleza, la estrategia y persistencia de Chávez, esta vez con una VTV mejor preparada para el combate informativo y RNV comenzando a consolidarse, lograron vencer aquel ataque despiadado y derrotar la coalición de las fuerzas opositoras, a pesar de que éstas se habían unificado e intensificado aún más que en Abril.

Aunque en la actualidad, la tecnología nos permite una comunicación inmediata y de excelente calidad, con el uso de Internet y las redes sociales, no hemos logrado aprovecharla en nuestro beneficio, pues más bien, estamos secuestrados por una élite mundial que con tanta información que genera, nos tiene desinformados, e incluso, hasta estupidizados. Somos víctimas de una sobredosis de información de eventos comerciales, sociales, políticos, económicos, deportivos, culturales, atmosféricos, etc. que al final nos conducen a vivir para el consumo de lo que dicha élite desea que consumamos.

Si no logramos liberarnos de ese yugo al que estamos siendo sometidos, pronto seremos unos autómatas, sin control sobre nuestras mentes y en consecuencia, sin poder controlar nuestras vidas.

¡Esto significa , ni más ni menos, la destrucción de la humanidad!

¿Vale la pena vivir así?

¡Aún tenemos la solución en nuestras manos!

La comunicación es una actividad fundamental en la sociedad actual, de ella depende en buena parte nuestra conciencia político-social, de ella depende la opinión publica, de ella depende el consenso y el disenso, de ella depende la cultura, las costumbres, la alimentación, el consumo, la libertad, todo.

En gran medida, el enorme poder que tiene la clase dominante a nivel mundial se debe a la apropiación de los medios de comunicación e información, junto con el control actual de las redes sociales, para el beneficio de las minorías dominantes, en la explotación de las grandes mayorías, ya que por medio de la manipulación de la verdad controlan la opinión pública con fines perversos.

A nivel local sucede algo similar, las elites tanto del gobierno como de la oposición, se reparten el poder mediático, el gobierno controla los medios públicos y la oposición los medios privados, quedando la mayoría de la población sin capacidad de manifestar sus inquietudes y defender sus intereses, realizar denuncias de funcionarios corruptos o ineptos, o la ineficiencia de las instituciones. El pueblo está sometido a la dictadura de las minorías poderosas, a pesar de que casi todo el personal técnico de los medios: periodistas, artistas, publicistas, etc. pertenecen al sector mayoritario y explotado de la población.

¿De qué le sirve a la mayoría de la población la libertad de expresión si no tiene dónde expresarse?

Bien lo advertía el Libertador: "Un pueblo ignorante es instrumento ciego de su propia destrucción".

Es por esta razón que nuestros dirigentes se han empeñado en mantenernos sumidos en la ignorancia y en los últimos tiempos los medios de comunicación e información han sido sus principales aliados para tenernos incomunicados, desinformados y distraídos, para lo cual nos atosigan con información de farándula, deportes, modas, crimen, consumismo, conciertos, insultos y mentiras de todo tipo, mientras ellos roban, atropellan, violan leyes y abusan del poder que el pueblo les ha confiado. Es por eso, que el pueblo tiene que aprender a contrarrestar esos efectos, pues mientras no lo haga, estará sufriendo las consecuencias de la opresión y abuso por parte de sus dirigentes.

El SIBCI, Sistema Bolivariano de Comunicación e Información, fue creado a pedido de Chávez para que estuviera al servicio del pueblo, para informar y ser informado, crear conciencia revolucionaria y cultura socialista. Pero el Comandante no pudo apreciar, ni prever los resultados y consecuencias de la aplicación y el uso que le iban a dar y hoy sucede, que está siendo utilizado únicamente para el servicio de las élites del partido y del gobierno. Para alabarlo, aplaudirlo y ocultar su ineficiencia y todos sus errores, pero para nada que se relacione con la posibilidad de hacer denuncias de funcionarios corruptos o reclamos al gobierno, para la discusión y la crítica, o para generar conciencia socialista. El Poder Popular está obligado a reclamar su participación protagónica real en este sistema de comunicación e información, en lo que se refiere a la administración y a la política informativa, pues se trata de un sistema público y debe ser manejado por el pueblo organizado.

Por otra parte, los medios alternativos del país, los medios comunitarios, junto con las redes sociales, tienen el deber de trabajar coordinadamente con el SIBCI, para mantener al pueblo bien informado, consciente y organizado, pues la revolución es un proceso en permanente evolución y formación.

¡Esta es la primera prioridad de la revolución!

¡Si no se logra controlar el Poder Mediático, la revolución no tiene vida!

Si no se logra este objetivo, la revolución no dispone de medios para crear y formar la conciencia socialista. La formación del hombre nuevo, del ciudadano nuevo, es imprescindible en un proceso revolucionario, donde el debate permanente, la crítica y la autocritica deben estar siempre presentes. Podemos asegurar, sin temor a equivocarnos, que la Auditoría Pública y Ciudadana que tanto hemos reclamado, ya se hubiera logrado y la revolución tendría un alto grado de irreversibilidad, si los revolucionarios verdaderamente chavistas hubiéramos tenido el control del Poder Mediático en Venezuela y por tanto, la corrupción que estamos padeciendo no tendría las dimensiones que actualmente tiene, pues es justamente la falta de información la que permite que la gran mayoría de la población permanezca indiferente ante este reclamo tan vital para asegurar la buena marcha del país. Existe mucha gente que ni siquiera sabe lo que significa la palabra "auditoría" y por esta razón, no tiene sentido que esté solicitando una. Recordemos al Libertador: "Un pueblo ignorante es instrumento ciego de su propia destrucción".

El Poder Popular debe organizarse en movimientos sociales para exigir del gobierno y reclamar el derecho soberano que le corresponde de administrar el SIBCI.

Es evidente que el control del Poder Mediático es la primera prioridad de la revolución.

¡El Poder Popular debe procurar, primero que todo y como sea, tener el control total de este poderoso sistema de comunicación e información e incluso ampliarlo y perfeccionarlo, para tener cobertura en todos los rincones del país!

¡De otra manera no será posible hacer una revolución!

¡O el pueblo se organiza y toma el poder, o la revolución se pierde!

¡Y el Primer Poder es la información y la comunicación!

¡Ya basta de traiciones!

¡Solo el pueblo salva al pueblo!

20 /02 / 2016



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Gilberto Hernández Ortíz

Graduado en la universidad Nacional de Colombia en Licenciado en Ciencias de la educación especializado en el área de Física y Matemáticas Postgrado en Educational Media en la Universidad de North Carolina A&T State University año 1984 - Greensboro, N.C Prof. Jubilado de la Univ. de Oriente (Núcleo Anzoátegui)

 gilnandez@hotmail.com

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