Buscando información en mi biblioteca acerca de este polémico tema, encontré un material muy interesante. Un folleto del Curso de Formación Socio Política de Publicaciones del Centro Gumilla: “Los medios de Comunicación en Venezuela”. Con él refresque mi memoria y decidí extraer pequeños textos para comparar las ideas expuestas por el autor de este material con los sucesos que actualmente están ocurriendo, a propósito de la no renovación de la concesión a RCTV o lo que otras personas llaman cierre de Radio Caracas Televisión.
En este folleto publicado en 1979 en su 3ª edición, su autor Carmelo Vilda expone en un extraordinario trabajo, que en Venezuela los mensajes que emiten la Prensa, la Radio, T.V. y el Cine, son dirigidos por los intereses de consorcios económicos. Agrega además, que quienes controlan y manipulan a las masas no es el gobierno sino anunciantes, propietarios de medios de comunicación, agentes de publicidad y por último los profesionales de la información (periodistas, artistas y trabajadores del medio).
Continúa exponiendo que los medios de comunicación en Venezuela no son agentes de cambio social, sino más bien escuelas de mal gusto. Cita aspectos considerados por la Asamblea Episcopal Venezolana (1973) que evidencian la preocupación que sentían las autoridades de la iglesia, porque medios tan poderosos en lugar de contribuir de manera eficaz a la promoción de la cultura eran utilizados para generar una competencia desenfrenada de carácter comercial creando de esta manera una sociedad moralmente empobrecida. Donde también predominan, según opinión, para ese entonces de Ovidio Pérez Morales (1974) el sensacionalismo, la dependencia foránea, el debilitamiento de la institución familiar y la utilización de la mujer como carnada publicitaria para vender más.
Afirma de igual manera que el gobierno no tiene poder para racionalizar la anárquica soberanía de los consorcios que controlan los Medios de Comunicación, que con los mitos de la SIP, de la libertad de expresión y el rating, se justifica la incultura, las aberraciones y falta de lealtad patriótica. Continúa en su exposición que el gobierno lucía débil ante el libertinaje institucional y cuando se elaboró un Reglamento de Comunicación, las cámaras de Prensa Radio y T.V. se declararon en emergencia bélica acusaron al gobierno de totalitarismo estatal y el proyecto fue congelado. Se les acusó de querer implantar una dictadura intelectual comunista. Reconoce igualmente que el problema de los Medios de Comunicación no se solucionaba con el traspaso de dueño porque el Estado no tenía la capacidad organizadora y creativa y además se corría el peligro de la injerencia del partidismo político. Según lo expuesto por este investigador la calidad de los Medios de Comunicación en una sociedad, determinan la calidad de esa sociedad.
En esta publicación la cual era ampliamente recomendada en la Escuela de Comunicación Social de la UCAB se citan autores como Mujica Héctor quien lamentaba el desdibujamiento de la identidad nacional como consecuencia de la mala programación de los servicios privados y públicos de la radiodifusión; a Pascuali quien sostiene que el estado a través de los gobiernos adoptaron una política manchesteriana ultraliberal de concesiones, con el resultado de haber implantado en el país una radio-televisión culturalmente desastrosa, antinacionalista, de espaldas a las prioridades nacionales y en contra de las grandes metas del desarrollo. Todo esto que aquí he descrito textualmente, nos lleva a reflexionar, más aún cuando este autor exponía que los dueños de los Medios de Comunicación y los empresarios patrocinantes constituyen un terrible poder sobre los valores sociales, y las conciencias de quienes carecen de criterio que son muchos. En una cita más que hace Vilda se expone que grandes negocios financian la producción y distribución de los Medios de Comunicación y en una muy acertada metáfora se nos dice que la tonada la escoge el que paga el flautista. (a propósito de recordar como el flautista de la fábula de Hamelin encantó a los ratones y a los niños de la comarca con el tono de la flauta que tocaba)
Transcurridas casi cuatro décadas de la historia venezolana, podemos ver que la realidad de hoy no difiere mucho de la realidad de ayer y de siempre. Que nos enfrentamos a una situación realmente dramática porque estemos o no de acuerdo con el gobierno de turno, seguimos observando que los Medios de Comunicación son un poder que puede ser utilizado para construir, pero también para destruir. No sabemos como ha evolucionado el pensamiento del autor de este trabajo, pero sí estamos seguros que nos sirve de referencia para evaluar lo que hoy acontece por el encanto de la pantalla o el mago de la cara de vidrio como también se le ha llamado. Por esta son muchas las personas que actuando como niños se dejan manipular por un mensaje de encanto que les lleva a manifestar, según ellos por la libertad de expresión, pero no por algo sobre lo que realmente tengan plena conciencia, tal y como ocurrió en otro momento de nuestra historia en las protestas que se dieron por uno de los capítulos de la guerra en Vietnam, cuando los invasores tomaron a Camboya. Los estudiantes protestaban en la calles de Caracas y mi profesor de historia, de ese entonces, le pregunto a uno, casi un niño: por qué protestan y él le respondió: profesor porque ¡mataron a Camboya!
La ignorancia como la inocencia nos hace vulnerables a la manipulación y nos condena a actuar como títeres o como instrumentos para que otros consigan aquello que por sí mismos no han podido lograr.
villegastere@yahoo.es