En otras circunstancias no me habría atrevido a escribir nada para enviarlo a medio alguno, porque estos estaban reservados solo para las elites, pero afianzándome en la democratización de la comunicación emprendida por nuestro proceso revolucionario, el cual promueve e incentiva a todos los venezolanos a dejar oír su voz acerca de todos aquellos temas que sean de su interés, no dude en expresar mi indignación por las opiniones emitidas en contra de los venezolanos en el programa balance, conducido por la señora Beatriz de Majo.
La “Internacionalista,” y lo coloco entre comillas porque considero que le queda muy grande ese título a alguien que trata con tanta ligereza un tema tan delicado, calificó a los venezolanos de flojos, ladrones, borrachos y maltratadores, sin ningún argumento que respaldara tan insólitas afirmaciones.
La conductora del programa se apoyó en el narcisismo e ingenuidad del venezolano que tenía sentado allí y en la ignorancia de la señora Fernández para insultarnos como le dio la gana. Denigró de nuestro gentilicio y reivindicó su ascendencia Alemana Francesa para no dejar dudas de que, a pesar de haber nacido en Venezuela, nada tenía que ver con nosotros.
Ni falta hacía que lo dijera, basta oírla para darse cuenta que es extranjera de alma, corazón y vida. Y como ella muchos. Por allí los vemos, deseando ser lo que no son. Con el cuento del abuelo Italiano, Español, Norteamericano o no se que cosa, tratan de ocultar su incapacidad para asumirse como clase y de asumir la patria con respeto y dignidad.
Con la bandera de un país extranjero sobre sus cabezas y con la su país al revés, claman por la intervención: ¡que vengan los marines a salvarlos del monstruo de Barinas que quiere comérselos vivos! ¡En inglés son sus consignas!
Allí se hizo gala del discurso colonialista-imperialista de atribuirle a la flojera la situación de pobreza en la que viven sectores importantes de la población, producto de la explotación a que ha sido sometido históricamente nuestro pueblo, pero del que ya comenzamos a salir gracias al proceso revolucionario que lidera el comandante Chávez.
Y no es pasión, allí están los hechos: Venezuela es hoy un país libre de analfabetismo, tarea que solo pudo ser acometida por un pueblo dispuesto, después de largas horas de trabajo, a entrar aun aula de clase; millones de venezolanos están incorporados a actividades productivas, educativas, culturales, políticas y de trabajo voluntario, que ya están teniendo como resultado mejoras significativas en los niveles de vida de la población. Y en ese contexto, señora Majo, el pueblo ha ido mejorando su autoestima y percepción de si mismo.
¿No será, entonces, señora Majo, que el asunto no estaba en los genes de los venezolanos, sino en la falta de oportunidades, en la explotación que nos impedía emprender un mejor destino?
Así que, muy a pesar suyo, este pueblo cree en si mismo y en su capacidad de construir la PATRIA BUENA que soñó Alí Primera, ¡y no renunciaremos!
No se porqué, pero me dio la impresión que los planteamientos hechos por la señora Majo algo tienen que ver con el surgimiento del nuevo liderazgo estudiantil, surgido al calor de los últimos acontecimientos. Frente a Héctor Rodríguez, de Curiepe; Libertad mucho mejor un Goicoechea o cualquier otro de ellos que tenga en sus venas sangre extranjera
Hablan de la grandeza de los países que tienen como modelo de democracia y libertad, pero nada dicen de cómo lograron su desarrollo
Se dice que el país que domina económicamente a otro lo domina también culturalmente, es decir se le impone al dominado creencias, costumbre, estilos de vida, su concepción del mundo y de las cosas.
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