Palabras a las organizaciones populares
y al compañero Presidente Hugo Chávez Frías
La mayor parte de los que suscribimos estas palabras fuimos a votar si dos veces este dos de diciembre en nombre de la unidad del pueblo, otros menos decidimos no ir a votar, no por que nadie nos convenciera de ello sino por que nadie nos convenció de ir a votar. Ambos fueron hecho concientes, ninguno de los dos actos fueron parte en nuestro caso, de conspiración o mediación proselitista alguna.
La razón de nuestra palabra y de nuestros nombres:
Hablamos desde nuestras luchas, muy locales, muy concretas por que desde ellas en los últimos años hemos intentado integrar el proyecto bolivariano, haciendo todo lo posible por aumentar la voz de los silenciados y de los que nunca tuvieron rostro público, haciendo todo lo posible por que todas nuestras luchas sean una sola.
Convencidos por nuestros más viejos, de que la unidad de las luchas hace que los cambios sean definitivos y que las metas mas elevadas de nuestro pueblo puedan ser alcanzados.
Para esta tarea nos coordinamos y apostamos a unirnos cada vez más en la rica diversidad que constituye la base social de nuestra revolución. Y escogimos la herramienta de la comunicación popular como la principal para hacer nuestra humilde contribución desde el seno del movimiento popular y bolivariano.
El momento histórico actual nos encontró resistiendo desde nuestras comunidades y colectivos, nos encontró en los portones de las fábricas impidiendo la flexibilización del empleo, nos encontró exigiendo el derecho a los servicios públicos, a la educación y a la vida, todos estos en plan de desmantelamiento por el estado neoliberal que parecía una condena definitiva en el destino de toda Nuestra América.
La hora actual nos encontró resistiendo culturalmente a la alienación de los medios de información masiva y reivindicando nuestra identidad histórica y ancestral. Nos encontró resistiendo el desalojo, de nuestras casas en los barrios y de nuestros territorios ancestrales. La hora actual nos encontró plantados en el camino diciéndole a los intereses privados y trasnacionales que no, con nuestra humanidad como única defensa. Muchos se quedaron en el camino, no los olvidamos, intentamos cumplir aún el mandato que nos dejaron con su sacrificio.
Muchos nos han dicho seriamente que nosotros hemos fabricado esta hora actual, no creemos que sea tanto, tal vez cuando nos conozcamos y nos juntemos como pueblo realmente sea así, ojala nuestra contribución, tan llena de desaciertos sea digna de continuar en la vida de los hijos, hijas, nietos y nietas que nos están naciendo y están creciendo bajo el árbol que sembramos.
Vemos en esta hora actual las limitaciones que el movimiento popular tuvo y tiene, vemos lo que no hemos podido lograr y concretar, vemos un tejido débil e incompleto aún, sabemos que los liderazgos que logramos lanzar a la arena están cometiendo grandes errores, vemos con preocupación que no hemos logrado sostener en la boca del propio pueblo la palabra política y por eso hemos tendido que delegar demasiado la palabra, pero aún así, seguimos viendo con suma esperanza.
Nos vemos divididos y listados (es decir, convertidos en simples listas, numerados y renombrados) por los intereses expresados a través del acceso a los recursos o migajas que el estado petrolero reserva para nosotros, los dineros para las políticas sociales han aumentado, estamos mas organizados, pero ahora la división entre nosotros es mayor, el estado bolivariano no nos transfiere lo que es nuestro, sino que nos contrata para su agenda y utiliza intermediarios que eliminan nuestra autonomía.
Un ejemplo de lo que decimos: Nosotros no tenemos vivienda, nosotros queremos casa, ellos necesitan demostrar que las están haciendo. No construimos la vida juntos, no revisamos los procesos, no cambiamos los proveedores o los materiales, el hábitat sigue siendo un negocio ajeno de los intermediarios, existe desarraigado de la identidad y de la cultura, solo nos organizamos para aceptar las condiciones de un banco. Y así seguimos en la vieja historia del estado clientelar.
Tenemos nuestras propias emisoras y periódicos, nuestras propias dinámicas culturales para dar la pelea de siempre, muchos aún solo tenemos el consuelo de la reunión después de las 5 p.m . y somos muchos más de los que seguramente lleguen a firmar este manifiesto. Somos un tejido disparejo pero orgulloso, que resiste y pelea con la familia al lado, con los dolores juntos, sin dejar el cobijo, la tierra y la labor.
Tal vez no logren vernos algunos hermanos que han podido estar en el gobierno, o en otras organizaciones hermanas, tal vez no logren vernos muchos hermanos y hermanas en la América Latina, desde la opinión pública nadie aún nos ve realmente, por eso es bueno nombrarnos con los nombres que nos han puesto, para acercarnos a cierto reconocimiento, a cierta visibilidad negociada.
Por eso también somos los primeros alfabetizadores de Robinsón, los vencedores de la Misión Rivas, los estudiantes inesperados de la Universidad Bolivariana, los trabajadores clasistas agrupados en la Unión Nacional de Trabajadores, los de los comités de tierra urbana, los de los comités de salud, los buhoneros y motorizados, los indígenas de Perijá que luchan contra la burocracia minera aliada de las trasnacionales, somos los voceros de cientos de concejos comunales, somos los de Puente Llaguno, somos los pescadores margariteños que derrotan con sus propias iniciativas y fuerzas al desarrollismo salvaje en Nueva Esparta, somos los viejos cimarrones de la Sierra de San Luís, somos los cantores de salves, somos los que construimos con tierra y paja las casas de la dignidad, somos los anónimos de las pequeñas cámaras de video, los que hicimos sin empleo de por medio los murales del sí, como tarea de los batallones socialistas, somos los que levantan la voz crítica en las reuniones, somos los que ya estábamos organizados antes del PSUV y somos también los que acudimos al llamado del PSUV.
Somos los que luchamos contra las roscas en los mercados mayoristas, somos las madres del barrio, los lanceros sin tierra, los que pelean contra las mafias en la cola del Mercal. Somos los que seguimos en batalla convencidos de que cada paso que avanzamos es una conquista, un viejo sueño que avanza y no una dádiva, no un obsequio fácil. Somos semilla y memoria y lo sostenemos con orgullo.
Si no pueden vernos y reconocernos es por que aún la unidad del pueblo no está ganada. Si no pueden vernos es por que nos pusieron un nombre nuevo, (vencedores, propulsores, luchadores sociales, activadores, mesas técnicas, bata-so y gran-bata-so). Pero no nacimos ese día del nombre como piensa el dirigente funcionario, nacimos antes y con otros nombres, no somos hijos de esta hora, aunque lo olvidamos, somos padres, abuelos y familiares de esta hora de la patria, fuimos la comadrona de este cuento y fuimos la parturienta que bregó y pujó.
La razón de la fiesta, es decir de la organización.
Desde la razón que nos obliga a aprender de nuestra experiencia y de las experiencias de los pueblos, exigimos un proyecto de unidad política y organizativa que sea reflejo de la unidad de nuestras luchas y de nuestras experiencias de organización en la revolución bolivariana y no una tumba de la diversidad, no un cenáculo ampliado, no con la lápida sembrada de un dogma aprendido en un curso de 30 días, no en la reducción del movimiento bolivariano y revolucionario a un convenio de burócratas camaleones y de repetidores de arengas tarifadas. El PSUV fue secuestrado por los malandrines que se han instalado como intermediarios en la administración y está naciendo raquítico y enfermo de 4ta república.
No podemos construir una "rosa metálica" concentrada en su propia dinámica y en sus listas y en sus números, sino una organización que refleje en su hacer los cambios que anunciamos, una organización que sea continuidad y reflejo de nuestras experiencias y de nuestras autonomías de base. Esa organización no puede ser construida desde el gobierno porque cambiarlo y desmantelar las madrigueras del viejo poder es su principal y urgente tarea.
Para organizar la diversidad popular que apoya la revolución bolivariana hay que valorarla y respetarla, hay que subordinarse a esa multitud, aprender de ella, acompañar sus luchas claramente, no desde el gobierno, sino desde el movimiento. Nadie que no pelee con nosotros nos dirigirá realmente, excepto al barranco. Para dirigir a los pobres hay que compartir sus condiciones de vida y de lucha, su fiesta y su velorio y sin permitirse tomar el control de nuestra palabra y nuestra acción con arrogancia ajena.
La razón del Poder Popular
Desde la razón bolivariana, artiguista y martiana que te ha llevado a vos, compañero Hugo Chávez, a levantar la voz en los pulpitos del imperio por toda Nuestra América te pedimos que nos acompañes a construir un poder popular que no se subordine ni a vos, que se defienda a si mismo y que no tenga que acudir a la vieja taquilla a asomar la mano para pedir los recursos a nadie, que reasuma integralmente las tareas que hoy tiene secuestradas el viejo estado, que garantice al hegemonía y movilización popular, la defensa de la revolución y que le abra caminos nuevos a la revolución en nuestro continente.
El compañero Presidente dice que mientras esté ahí tendremos poder. Nosotros le pedimos que aprovechemos ese tiempo para construir un poder que no se subordine y que la PATRIA popular trascienda de nuestros nombres y a las edades venideras, más allá del 2021.
Desde la razón crítica decimos que no se discutió con nosotros suficientemente el proyecto de reforma, que no lo sentimos nuestro sino tuyo, que eres nuestro querido compañero y presidente, que los que lo leímos encontramos justicia en el, encontramos cosas que cambiar y nos quedamos esperando el ejercicio democrático y protagónico que pregonamos a diario.
Y así muchos hermanos tan entusiastas y respetables como los que la leyeron y defendieron, no la leyeron, no la entendieron, pero votaron que si el dos de diciembre, y muchos otros no fueron teniendo también su buenas y justas razones. Sin darnos cuenta llegamos al 2 de diciembre con las razones del pueblo divididas.
Nuestro pueblo no es malagradecido, ni inmaduro, pero es que un hijo no puede ser mas sabio de la madre y que la abuela, nuestro pueblo sabe lo que es suyo y lo que aún no recupera.
No es la madurez del pueblo lo que está en cuestión, sino la capacidad de los dirigentes, muchos de ellos intermediarios incapaces de entender sus ritmos y sus señales, la lengua del pueblo y su canción. Estamos aquí para servir al pueblo no para subordinarlo a nuestro parecer. En particular nuestro pueblo ha avanzado en un camino inédito en el que en vez de construir grandes organizaciones, las ha destruido, en vez de replegarse en la derrota, se ha lanzado al ruedo en busca de la victoria. Nuestro pueblo lleva en su fuero un calor y un programa escrito en miles de voces, un programa que viene haciéndose desde Tiuna, desde Zamora, un programa asediado por la traición y que ya no podemos traicionar mas.
Hagamos un proyecto más radical que el del 2 de diciembre, un documento que tenga la ventaja de estar escrito con el lápiz en el papel, con la quilla en la mar y con el arado en la tierra.
Desde la razón del nuevo estado social, socialista, de derecho y de justicia:
Desde la razón crítica le decimos la resto de nuestro pueblo y al Compañero presidente, que sin negar los grandes avances en la política social, los viejos vicios de la clase política y de la burocracia se mantienen intactos en el seno del poderoso estado petrolero venezolano y son un lastre mortal, tal vez el principal enemigo de la gestión pública bolivariana. Deformadores del mensaje y factor que aísla al pueblo.
Que la corrupción en alcaldías, gobiernos regionales y ministerios tiene un origen estructural. Es producto del viejo estado clientelar, hijo de la renta petrolera que no ha sido reformado ni desmantelado por la constituyente del 99 (que no hizo esa tarea). Tampoco la reforma lo tocaba, solo lo agrandaba y ampliaba un poco a ver si entrábamos nosotros. Una tarea más para el relanzamiento de la reforma.
Desde la razón bolivariana de la unidad y la solidaridad pedimos que la política militarista y simplista de fronteras sea cambiada radicalmente, porque el paramilitarismo hace negocios legales e ilegales en el país impunemente y cierne su amenaza sobre dirigentes campesinos e indígenas en lucha y sobre todo el pueblo bolivariano.
Definir un nuevo proyecto de país pasa por definir un nuevo modelo de desarrollo y un nuevo concepto de soberanía, Nuestros planes de desarrollo e infraestructura siguen complaciendo los dictados del Banco Mundial, del BID y de los demás organismos multilaterales del imperio. Pero lo mas grave es que mas allá de dos consignas y tres frases hechas en la boca de testaferros del imperio enquistados en las instituciones, ese modelo y esa política es diseñada de espaldas al conjunto del pueblo y de las comunidades que son y serán afectadas por dichos planes.
Nuestra constitución corre el riesgo de ser aplastada por la supraconstitución comercial que impulsa el imperio.
No podemos construir un estado socialista que no sea continuidad del sueño federal y de la diversidad de corrientes que componen nuestra rebelión. Proponemos si una federación de comunidades protagónicas, no una federación de gobiernos representativos, El país con dueño, contra el que insurgimos como patria popular, tiene su gobierno en caracas, una nueva geometría del poder debe cambiar esto definitivamente.
No podemos por copiar con torpeza los planes imperiales, sacrificar el territorio eco diverso en el que crecimos, el que aún tenemos por suerte histórica, la humanidad requiere que los bolivarianos reafirmen el compromiso de un mundo sostenible para todos sus habitantes con suficiente vida para repartir con justicia a favor de las mayorías humanas. La ecología siempre es socialista e inclusiva.
Estamos convencidos que las confrontaciones para desalojar a los lacayos y corruptos que se han encaramado en el poder serán necesarias e inevitables desde dentro y desde afuera del gobierno, pero con el pueblo unido venceremos.
Compañero Presidente usted es el conductor del carro de la historia en el que vamos todos, nosotros vamos en el pedaleando y haciendo fuerzas. No le enviaremos una carta a Miraflores, le gritaremos duro, haremos tanto ruido como el 27 de febrero, como en 1992 y como el 12 y 13 de abril, voltee a escuchar y grite con nosotros.
Solo la unidad de las luchas del pueblo construye camino revolucionario. La revolución bolivariana es un hecho constituyente y popular, no es retórica del poder.
Contra las trasnacionales, las multilaterales, el imperio y sus lacayos!
¡Patria o Patria, vencer o vencer!
¡SÍ por el Socialismo indoafroamericano y bolivariano!
¡SÍ por el socialismo de comunidades!.
¡Sí por la unidad de las luchas!
¡Viva la revolución bolivariana!
Somos un tejido sin nombre
y nuestro camino es el de las comunidades.
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