Siempre pienso en lo enriquecedor que podría ser para la humanidad dar lugar a la batalla de ideas que promoviera el comandante Fidel Castro.
Claro que para dar esa batalla hay que contar con la materia prima indispensable, obviamente las ideas. Cuando tenemos que enfrentarnos a ideas y no podemos hacerlo porque simplemente no las tenemos, se nos presentan dos opciones, o hacemos silencio -y el que calla otorga-, o ingresamos en el terreno de las descalificaciones personales.
Este último camino fue el elegido por el ciudadano Manuel Pérez Iturbe en su contestación a Aram Aharonian, quien formalmente todavía es vicepresidente de Telesur (aunque desde hace un año fue expulsado del canal).
Vamos a contraponer ideas.
Me gusta pensar que los periodistas tenemos una forma muy simple de definir quiénes somos, nuestro trabajo nos impide mentir, podemos tener incoherencias porque en general para un periodista revolucionario, en la historia de nuestro continente, no ha sido posible trabajar siempre del bando correcto. A veces el estómago nos obliga.
Parece que para Pérez Iturbe es un pecado mortal que Aharonian haya trabajado durante la Cuarta República, pero si nos vamos a inmiscuir en el pasado de Izarra, tenemos que decir que trabajó durante toda la planificación y la ejecución del golpe de estado contra el presidente Chávez con la crema y nata de la conspiración. Tenía un cargo de responsabilidad de RCTV.
Llegué a pensar que a lo mejor se trataba de un infiltrado de las filas revolucionarias en el corazón del enemigo, algo así como el caso de los 5 cubanos que se infiltraron en organizaciones terroristas de Estados Unidos. ¿Por qué no?
Otra posibilidad es que trabajara en RCTV por una cuestión de necesidad, también me parece respetable, cuando yo empecé mi carrera trabajé en un medio de derecha reaccionario, no me gustó, me generó contradicciones internas, pero necesitaba el trabajo.
Pero cuando Izarra llegó a Telesur lo primero que hizo fue traer a todo un grupo de profesionales de RCTV para que lo acompañen, y les otorgó todo el poder necesario para que limpien el camino de los molestos profesionales de izquierda que habían iniciado el canal. A eso se dedicaron estos buenos muchachos, no me lo contaron, yo estaba allí.
Realmente el accionar de Izarra fue bizarro, evidentemente no era un infiltrado en RCTV, era un convencido, si no, no hubiera plagado a Telesur de escuálidos en puestos clave, es algo básico, ¿no le parece Iturbe?
Usted es o era Coordinador Nacional de Cultura e Información de los Círculos Bolivarianos. Si designara como su segundo a Alejandro Sanz estoy seguro de que me permitiría dudar de su voluntad revolucionaria, y si además encomendara a Sanz explícita o implícitamente la limpieza o la marginación paulatina de los elementos contrarios a su doctrina las conclusiones serían evidentes. Eso es lo que ocurrió en Telesur.
Son hechos, no descalificaciones. Cuando el reconocido periodista colombiano Jorge Botero fue separado de su cargo en la dirección de noticias, Izarra designó en su lugar a la periodista que se encargaba de la farándula en RCTV, lo único que pudo hacer esta buena muchacha es ver en todo el plantel de periodistas a potenciales enemigos. Ni siquiera era su culpa, no estaba ni remotalmente preparada para el cargo, eso sumado a su prepotencia y ambición desmedida le produjeron mucho daño al canal.
Con el correr de los años Izarra pudo separarse un poco de este entorno que de tan escuálido e ignorante, ni siquiera le servía a sus ambiciones personales, pero el daño ya estaba hecho, de Telesur fueron barridos o simplemente marginados todos aquellos que molestaban; muchos renunciaron.
Usted dice que Aharonian era un inflitrado en Telesur.
Me gustaría que nos explicara a todos cómo puede una persona infiltrarse en un proyecto que nació de su propia iniciativa.
Si hay que hablar de infiltrados en Telesur me parece más realista hablar de ex trabajadores de RCTV y/o de Izarra, en cuyo curriculum podemos apreciar una considerable trayectoria en medios de prensa estadounidenses, que según sabemos de revolucionarios no tienen nada.
Establecer un medio latinoamericano que nos represente es un sueño que se remonta a las épocas guerrilleras del Che Guevara, incluso Perón hizo algún intento durante su primer mandato.
Creo que Aharonian cometió muchos errores durante su gestión en Telesur, es mi opinión, así él como yo y tantos otros camaradas. Pero puedo estar seguro de que un proyecto como ese, deber haber sido su sueño desde que empezó a hacer periodismo con organizaciones revolucionarias en Argentina. De igual manera, porque sé cómo trabaja y actúa políticamente (lo que en gran parte define su forma de ser), porqué conozco a quienes lo rodean (y eso también nos define) puedo estar seguro de que un proyecto como Telesur nunca estuvo en la cabeza de Izarra. Sus intereses son otros, eso me parece respetable, pero a los efectos de lo que fue Telesur, el daño es irreparable. De tal manera que sí vamos a hablar de infiltrados hay que hacerlo con más rigurosidad para no caer en el ridículo absoluto.
¿Telesur es un canal grandioso porque traspasa fronteras por Internet?
Tamaña argumentación. Entonces deberíamos declarar Patrimonio Cultural de la Humanidad a los reality shows o a la CNN, que no necesita del Internet para que la podamos ver en todo el mundo.
Un medio no es revolucionario porque lo vea mucha gente, en todo caso será exitoso, que no es lo mismo. Y que Telesur sea exitoso tampoco puede ser una afirmación seria.
¿Ud también se va a sumar a esa estrategia ridícula de pretender que a Telesur lo ven cientos de millones de personas simplemente porque son usuarios potenciales?
Yo tengo una página web, ¡entonces llego a cientos de millones de hogares!
¡Qué felicidad!
Todos deben recordar la enorme ilusión que generó Telesur cuando fue creado. Era la expectativa de pueblos enteros.
Si quiere, estimado Iturbe, podemos felicitar a Izarra porque Telesur se ve bien, a mí me gusta a veces. Me parece una alternativa informativa, un canal de noticias más. Es válido.
Ahora, si hacemos un análisis político comunicacional de lo que es Telesur, yo concluiría que no es más que una CNN con edulcorante. Es respetable, pero para eso no se creó Telesur.
Hoy Telesur es un canal más, no genera ilusión, no cambió nada, ni lo ve tanta gente, y encima si lo analizamos en detalle, podemos encontrar (desde los contenidos y mucho más desde lo estructural) aspectos más progresistas en la CNN que en Telesur.
La síntesis de lo que ocurrió con ese gran proyecto la ví en julio de este año cuando se conmemoró el tercer aniversario y se armaron varias promos, en una de ellas, una de las empleadas cerraba el spot diciendo "es integración, pero también es Venezuela, Telesur es nuestra".
Me pareció una definición política interesante, esa declaración al terminar el spot como diciendo, no nos vengan a joder, esto es nuestro (casi que con un nacionalismo de los malos).
Para eso no nació Telesur compañero.
Telesur no nació para tener un presidente (Izarra) que dijera por sus pasillos que no quería ver indios en la pantalla. Si por Izarra fuera, ni el presidente de Bolivia podría salir en sus pantallas. Esos fueron los conceptos que nos quisieron imponer cuando vinieron de RCTV, y yo creo que hay que ser muy cuidados en no hacer una television aburrida, pero otra cosa es el racismo de las clases dominantes de siempre, profundamente contrarrevolucionarias y evidenciadas en comentarios de ese estilo. ¿Fascismo que le llamábamos no?
Por supuesto que el presidente de Bolivia y otros movimientos sociales salen en la pantalla de Telesur, pero porque las condiciones políticas lo imponen, nada más que por eso.
¿Usted de verdad cree que Aharonian fue echado por sus irregularidades?
¿Algún otro chiste para contar?
Como suele suceder en estos casos, usted afirma que Aharonian es un tarifado de la CIA, dice que engañó a franceses y sureños, yo soy argentino así que debo ser una de esas víctimas.
Permítame contarle una anécdota para que entienda con un poco más de exactitud el terreno en el que está pisando (aunque estoy seguro que sí lo entiende).
A mediados de 2007 fui expulsado de Telesur por Izarra y denuncié públicamente lo que allí ocurría. A fin de ese año volví a pronunciarme sobre el caso porque una señora muy maleducada y prepotente llamada May Graterol, cometió el mismo error de usted, al no tener ideas, agredió verbalmente a un periodista que había hecho algunos cuestionamientos a Telesur.
Por supuesto que a mis dos denuncias bien fundamentadas no hubo ninguna respuesta, ya sabemos que el que calla otorga.
En enero de 2008 publiqué una investigación en la que denunciaba la intromisión de la CIA en el caso Antonini Wilson, un material creo que bien documentado en un momento político en el que era fundamental desenmascarar el caso.
Cuando el material fue publicado en la Agencia Bolivariana de Noticias, Izarra no tuvo mejor idea que mandar a uno de sus secuaces y mediocres viceministros para que censuren el material. Digo que hay que ser mediocre porque para someterse a una situación así no se me ocurre nada más ajustado. Cobarde, indigno y sometido podría agregar, nada que rime con revolución. No doy su nombre sólo por respeto a su mujer.
Para estas personas es más importante vetar a una persona, que desenmascarar el papel de la CIA contra el gobierno bolivariano. Por suerte existen otros profesionales con mayor criterio que entienden que una revolución está por encima de una disputa personal, el artículo no fue censurado.
¿Para quién juega Izarra?
¿Para la revolución, para sus caprichos, o para su proyecto político personal?
El artículo sobre la CIA lo publicó Aharonian en su revista Question. Si lo está financiando la CIA habría que avisarles que están financiando a un enemigo, si ud conoce la revista Question debe tener en claro su trayectoria, es muy fácil saber de qué lado está la revista Question, simplemente hay que leerla, y lo más claro es que nos conozcamos por nuestro trabajo,¿no es asi?
En resumen. Uno quiso censurarla, el otro quiso difundirla.
Ya en marzo de este año el portal Aporrea difundió unos programas que yo hacía en YVKE Mundial por denuncias que formulé acerca de operaciones mediáticas que estaba montando el gobierno colombiano en la semana posterior al asesinato de Raúl Reyes, ¿se acuerda?
Los colombianos llegaron a decir que Chávez le había vendido uranio a las Farc y yo trabajé activamente en el desmontaje de esas matrices de opinión.
Pero en medio de esa semana en la que se estuvo al borde de una guerra, el ministro Izarra se hizo su tiempo para ordenar que se me prohiba trabajar en los medios venezolanos, en primer lugar porque tenía un problema personal conmigo, y en segundo evidentemente porque no soportaba que mi trabajo de alguna manera trascendiera. Si trascendía porque lo que yo hacía de alguna manera era útil para la revolución, eso no tenía la menor importancia.
Fíjese otra vez la mezquindad, la mediocridad y lo intrísecamente contrarrevolucionario del hecho. No me censuró por criticar a Chávez de manera reiterada desde un medio oficial, o por manejar contenidos con los que el gobierno no estaba de acuerdo de manera estructural, me prohibió trabajar porque denuncié con éxito planes de la CIA y del gobierno paramilitar colombiano aliado de Estados Unidos y porque le molestó que mi nombre apareciera en Aporrea. Hasta sus asistentes más cercanos aceptan que Izarra es un caprichoso, les pediría que le recomienden unas sesiones de terapia, a lo mejor así puede aprender a comportarse como un hombre.
¿Para quién juega Izarra?
Creo que si yo ocupara un cargo de responsabilidad y tuviera una diferencia o un conflicto público con una persona, creo que si tuviera claro que esa persona puede ser útil a mi causa, mandaría a cualquiera de mis funcionarios a sentarme con esa persona para ver qué ocurre y llegar a algún acuerdo, porque antes que los caprichos o los rencores personales está el proyecto colectivo, siempre y cuando seamos camaradas, como diría Fidel, dentro de la Revolución todo, fuera de la Revolución nada. Con Izarra nada, está fuera de la Revolución, ocupe el cargo que ocupe.
La prepotencia, la cobardía y la falta de ideas llevan a Izarra a cerrarse a cualquier tipo de diálogo, nunca se animó a discutir ningún tema con los trabajadores de Telesur, parece que no estábamos a su nivel, me parece otro buen síntoma contrarrevolucionario.
Es que no le interesa el proceso bolivariano, le interesa construir su poder, y eso lo ha hecho muy bien. Todo el que le moleste o le genere cierta amenaza va para afuera. Aharonian fue uno, desde el principio de Telesur.
Y para seguir con cuestiones contrarrevolucionarias sí hay que reconocerle un mérito, el establecer un sistema de terror que provoca que nadie abra la boca, es que si lo hacen corren el riesgo de ser censurados, como yo. Claro que para mí no fue un mayor problema, simplemente me fui de Venezuela, podría haberme quedado, pero no quise, yo fui a su país para ayudar a su ministro de comunicación (que es mi área de trabajo) y al proceso en general, a pelearme con ministros supuestamente revolucionarios me dedicaré cuando esté en mi país, mientras esté afuera no, llega cierto punto en que hay que aprender a no violentar la soberanía externa.
Pero también somos seres individuales, con derechos y deberes, y somos seres humanos estemos donde estemos, tenemos derecho a expresarnos.
Ud. finaliza su carta asegurando que Aharonian no conoce hacia donde va el canal ni cuales son los avances.
¡Caramba!
¿Y ud que nunca trajinó los pasillos del canal sí que lo sabe?
Debe ser un iluminado pues conoce mejor lo que pasa en esos pasillos que el mismísimo vicepresidente.
O más probable sea acaso que crea que conoce algo por su contacto con Izarra y sus secuaces.
Todavía me llegan los cuentos sobre lo que pasa en Telesur, cuando pasan estas cosas como la entrevista a Aharonian y surgen algunas verdades prohibidas, entonces comienzan a llegar las noticias del miedo, del miedo de los trabajadores al leer la entrevista, del miedo a hacer algo, del miedo a la represión pues, del miedo al fascismo.
A propósito de los avances, siempre que surge un cuestionamiento sale el tema de proyectos y avances del canal.
¿En qué quedó la famosa escuela de formación Jhonn Reed que ya la estaban mencionando para tapar agujeros con promesas de proyectos inexistentes desde el año pasado?
En vez de contarnos cuentos chinos sobre las relaciones de Aharonian y la CIA, porque no responde cómo se justifica que en vez de la escuela de formación John Reed, los periodistas de Telesur reciban la influencia de multimedios españoles a los que imagino que John Reed estaría combatiendo con pluma y tal vez con fusil.
Deberían tener un poco más de respeto, al menos por los que dieron la vida por una causa que no debería ser bastardeada impunemente como uds lo hacen (me refiero a Izarra y sus secuaces, entre los que me permito la osadía de sumarlo a partir de este momento).
Estimado Iturbe, honestamente me aburre tener que estar volviendo una y otra vez sobre el tema Telesur, pero todavía soy joven y muy intolerante, no soporto leer mentiras y estupideces que apuntan a desacreditar a una persona sin responder con mediano respeto a ningún argumento.
Además está la responsabilidad de dejar testimonio, no vaya a ser que otros, con todo derecho piensen que si callamos otorgamos, es parte de la vida de los periodistas no, contar lo que pasa, con una visión, con una postura, pero sustentada en datos, en hechos, esto es lo que pasó.
Tal vez cuando pasen los años consiga más templanza, creame que no es agradable conectarse con estas cuestiones. A mí me gusta conectarme con la vida, y lo referente a este grupo de mafiosos me conecta con la muerte, creo que eso es lo más profundamente contrarrevolucionario.
Si tiene algún argumento para contraponer lo invito a hacerlo, si alguien le sopla por ahí algún antecedente mío para intentar desacreditarme entonces lo invito a que se llame a silencio, creo que ya tendrá suficiente con haber hecho el ridículo una vez, a lo mejor pueden mandar a otro si el descaro les alcanza para tanto.
A ver si entienden que esto no se trata de personas, sino de un proyecto colectivo mucho más grande. Yo no tengo nada contra Izarra como individuo, como ser político sí, no sólo contra él, sino contra todos los que representan su forma de actuar, que no calificaría ya como contrarrevolucionario sino contrario a cualquier idea de cambio, de progreso social y cultural. Con funcionarios como Izarra no avanzaremos nunca, retrocederemos.
En cuanto a mi trabajo puede verlo en mi blog, tengo una línea clara y bien definida como podrá observar, y no me he dedicado a criticar al gobierno venezolano por tener una diferencia con uno de sus ministros, afortunadamente puedo entender que una cosa es una persona y otra un proceso.
Pero creo que eso no implica que tenga que quedarme callado cuando quienes supuestamente están de nuestro bando resultan ser un peor remedio que la enfermedad.
Telesur era un proyecto latinoamericano, así que creo que nos pertenecía a todos. Si le sirve de consuelo ya aprendí que no es así.
Me agrada saber que ni ud. ni ninguno de los integrantes del entorno mafioso de Izarra (aclaro que no son todos) me han respondido ni me responderán, eso sólo fortalece mis argumentos, no pueden por algo muy simple y elemental, porque lo que escribo es verdad.
No me considero ningún santo ni nada, pero sí sé que en este caso siempre hice lo que sentí que tenía que hacer, y eso se siente bien chévere (como dirían uds).
Tengo muchos camaradas con quienes experimentamos serias diferencias acerca de cómo accionar políticamente en determinadas oportunidades, muchas veces no comparto sus posturas pero sé que son camaradas, que en el fondo buscamos lo mismo, aún pese a todas las diferencias, y eso lo respeto.
Eso no me pasa con Izarra y su entorno.
Víctor Jara cantaba hace casi 40 años "Que se vayan a Miami con sus tías".
Que se vayan pues, hay mucho trabajo por hacer y no hacen más que entorpecer.
Izarra y sus secuaces callan y otorgan, en el peor de los casos -como el suyo-, descalifican sin argumentos, lo que no hace más que evidenciar su carencia absoluta de ideas.
Y sí, son unos contrarrevolucionarios en el amplio sentido de la palabra.
Claritos como el agua, agregaría.
gringosallari@gmail.com