El cholo Vargas Llosa, mercenario fascista

El chino cholo peruano Jorge Mario Pedro Vargas Llosa, nacido en Arequipa de una humilde familia de ascendencia indígena, rompió, ya lo sabemos, con ese entronque genealógico cuando adquirió, en un como rito de limpieza de sangre, la nacionalidad española. Lo que le permitió la monarquía hispana, dada la labrada estatura intelectual y física del novelista y boxeador peruano. Después de esa purificación sanguínea el chino cholo hispano salta como alegre canguro en los salones y rincones de la oligarquía suramericana. Recientemente fue acunado y perfumado por lo más reaccionario de la élite más “pupú” de la burguesía caraqueña. Allí, después de palpar en sus bolsillos y monederos, la presencia alineada de numerosos dólares, regurgitó opiniones y doctrinas sobre aspectos políticos y económicos, objetivamente pensados para auditores con atraso mental.

Lo cierto, a Jorge Mario Pedro Vargas, además del dinero, sólo le preocupa la limpieza absoluta de sus venas y arterias: demostrar que es blanco y puede aspirar al quehacer cortesano en el mundo monárquico español. Esa paranoia que domina y distorsiona la personalidad del excelente narrador, lo condujo, apenas de diecinueve años, a casarse con su tía Tula, que lo superaba en trece. Divorciado de ésta, se enganchó con su prima Patricia, a la que cela con desmedida angustia. Esa desviación del afecto lo llevó a golpear salvajemente el rostro del creador universal Gabriel García Márquez, quien lo estimaba como amigo entrañable. Son los efectos de la esquizofrenia, de la paranoia.

El laberinto mental que disloca la conducta del engendro de Arequipa lo hizo enterrar su cacareado izquierdismo, su ardoroso marxismo, y cedularse, conducido por los Legionarios de Cristo, y ahora por Aznar, en las filas más negras del fascismo, como lo es el franquismo español. Sin duda, Vargas es un disidente de la causa popular. En eso parece seguir cierta tradición oligárquica peruana; no olvidemos que en plena guerra de la independencia del Perú, el Marqués de Torre Tagle y José de la Riva Agûero, traicionaron a ese pueblo, al Libertador Bolívar, y se unieron a los ejércitos españoles. Piénsese que tanto Torre Tagle como La Riva habían sido presidentes de dicho país, lo que abulta la gravedad de la traición. Le dieron la espalda a la causa de la libertad y se unieron al tirano. En lo mismo incurre, muy recientemente, otro chino cholo, expresidente peruano, Alejandro Celestino Toledo Manrique, a quien la circunstancia de su ascendencia afro indígena, lo deprimió tanto y a tal grado de paranoia, que lo forzó a solicitar como esposa a una europea, blanquísima, de ojos verdes: la antropóloga belga Eliane Karp, con la que mantiene una relación casi ancilar. Toledo, al día siguiente de haber sido electo por el pueblo, comenzó a ensayar el abanico de genuflexiones que debía exhibir en su obligada visita a la Casa Blanca. Se dice que Eliane, portando una batuta, dirigía el ensayo.

La crisis genética que acogota al escritor chino cholo hispano ha tratado de inocularla a sus descendientes, al decir de alguien que le es muy cercano. Con Patricia, Vargas ha procreado tres vástagos: Alvaro, militante del fascismo e intelectual por ósmosis; Gonzalo, comerciante; y la fotógrafa Morgana, a quien puso ese nombre como un homenaje a la bruja Morgana, personificación del mal, el odio y la venganza. Extraña paternidad.

De manera que el predicador Jorge Mario Pedro Vargas, líder de la fauna más elitesca de la oposición venezolana; portador de un arsenal doctrinario en el que se mezclan las experiencias del Duce con las exaltaciones del Fuhrer y las enseñanzas del Caudillo; emisario de lo más pútrido del conservadurismo español, especialmente de las aberraciones de Aznar; emana de muy raras concepciones endogámicas; de negaciones continuadas de la propia estirpe; con una fuerte vocación mercenaria y alquiladiza de la palabra, específicamente de la palabra que distrae, miente, empequeñece y equivoca. No por otra cosa fue arrendado, durante un par de días, por un grupúsculo de seudoempresarios venezolanos trocados en intelectuales quienes, al igual que el conferencista Vargas, el chino cholo Toledo, Torre Tagle y La Riva son traidores a la causa de la nacionalidad y del pueblo.


salvacampos35@hotmail.com



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