A continuación la transcripción de una charla realizada el pasado 28 de junio de 2007 en el Museo de Arte Contemporáneo de Caracas por Fernando Buen Abad Domínguez, investigador de la comunicación, mexicano y moderada por Armando Carrieri.
Aporrea.org agradece el trabajo desinteresado y laborioso de esta transcripción libre a Mariela Sánchez Urdaneta.
Es importante señalar que el texto ha sido revisado por el Profesor Buen Abad.
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Fernando Buen Abad Domínguez: Agradezco desde todos los flancos posibles esta invitación porque soy consciente para saber que yo en mi vida no hice nada para merecerme tantos halagos y tan buen trato de parte de los camaradas de Radio Nacional de Venezuela. Y tampoco hice tanto como para merecerme el afecto de los amigos venezolanos que he venido conociendo a lo largo de estos últimos años en los que la Revolución ha florecido como han florecido tantas otras cosas tan significativas, tan prometedoras, tan complejas, tan profundas, tan interesantes.
Así es que venir a Venezuela para mí es siempre un regalo que se me convierte en una responsabilidad. Y trato de darle a esta responsabilidad una definición práctica porque soy de los que siente con indignación y rabia casi todos los días el peso del cerco mediático que se construye hoy por hoy contra Venezuela. Intento seguir de la manera más observadora que puedo cómo se construye todos los días este cerco de información para que el mundo no sepa, para que el mundo desconozca la riqueza del debate que ustedes están librando aquí, la riqueza de las ideas, la amplitud de los enfoques, la agudización de las contradicciones que acá se respiran en el aire cotidianamente.
El cerco que se ha creado es criminal porque asesina la verdad, asesina la información, cierra los caminos, cierra las salidas y hay muchas buenas personas en el planeta que quieren saber, que quieren enterarse y seguir el pulso cotidiano de Venezuela y que, simplemente, no pueden. Y el cerco mediático se relaciona con dos tareas que hay que denunciar permanentemente. Por un lado la tarea del encierro, de aislar a Venezuela y, por otro, la tarea de agredirla permanentemente. Uno puede oír las obscenidades y las bajezas más inimaginables provenientes de los sectores que sí podemos imaginar todos los días a toda hora, creándose esas matrices ideológicas en las que un presidente electo por la fuerza democrática de este proceso revolucionario, como el presidente Chávez, es tratado todos los días en muchos medios de comunicación como un dictador; se hacen chistes obscenos, canallas; hay un humor bajo; golpes bajos por todos lados; se dice que en Venezuela no hay Libertad de Expresión; se dice que no hay crecimiento real de la economía; se dice que no hay cambios significativos en la vida del país y mucho más, faltando así a la primera de las condiciones que sería: escuchar lo que dice el Pueblo venezolano a propósito de su propia experiencia. Que, también lo sé, no es una experiencia de pensamiento único. Venezuela tiene sus debates internos, sus acuerdos, sus desacuerdos, un proceso revolucionario que no es perfecto, que no está acabado, al que le faltan muchas cosas pero tienen que ser ustedes los que nos cuenten libre y abiertamente, con la expresión liberada, qué se siente, a qué sabe, a qué huele, cómo perfuman o no, los episodios de lucha a este proceso revolucionario.
Me he comprometido conmigo mismo y con ustedes en la medida en que puedo y veo. Encontrándome fuera de Venezuela, mi trabajo consiste en luchar contra ese cerco mediático y andar por todos lados diciéndole a la gente con la que tengo contacto todo lo que yo puedo y todo lo que yo creo obligatorio decir que está ocurriendo aquí partiendo de la premisa de que soy un enamorado de este proceso revolucionario y que como todos los enamorados vemos las cosas color rosa, aunque yo las veo rojas rojitas... las veo con un tono más subido que el rosa.
Me parece importante hacerlo saber porque también creo que ha habido muchos períodos de muchas revoluciones infestadas de sabihondos, de asesores que salen de todas partes y que a veces unos medran con las revoluciones, a veces otros se sirven de las revoluciones para construirse famas y prestigios, a veces otros para encumbrarse en los circuitos académicos o en los circuitos intelectuales, diciendo: ¡Mira qué progre soy, qué socialista soy que tengo este espacio de asesoría en los países socialistas! Y eso sirve para crear una vanidad vulgar que me parece necesario acusar desde los foros en los que puedo participar. Quería decir esto como antecedente porque también en esto hay que liberar la expresión. También desde esos campos hay que saber decir a qué hora los distintos espacios para la construcción de una sociedad nueva, necesitan en su interior grandes esfuerzos de renovación. Uno de esos es, por supuesto y necesariamente, los medios de comunicación.
Está muy en chino hablar de Libertad de Comunicación, de Libertad de Expresión, si los medios no contienen en su agenda de todos los días el debate sobre sus propias concepciones de la libertad de expresión. Dentro de Radio Nacional de Venezuela ya debería haber un espacio de investigación y autocrítica permanente para saber si ahí dentro se está verificando un desarrollo profundo teórico, práctico, amplio, dinámico, revolucionario, a propósito de cómo se está comprendiendo el proceso de la Libertad de Expresión. Y lo mismo habría que decir, me parece, de todos los medios de comunicación que están floreciendo en Venezuela llamados a cumplir la primera gran tarea: que no son los mismos medios que hemos conocido, que el solo hecho de estar creciendo en un proceso revolucionario los obliga a ser diferentes, que están llamados a romper con el cartabón y el formato administrativo, técnico, operativo, conceptual con que se han venido manejando todos los medios de comunicación y que deberían pasar a ser casas de cultura, pasar a ser espacios vivos de dinámica cultural donde se filosofe, donde se diseñe, donde se puedan desarrollar espacios creativos. Insisto mucho en espacios de experimentación para probar qué pasa, para saber qué ocurre si uno deja de hacer esas mezclas, esas preconcepciones tediosas, casi somnolientas que por definición concibe la televisión mercantil: ¡existen hasta manuales de cómo se hacen las tomas y existen cánones de la composición visual que hoy han dejado de tener vigencia pero que en muchas de nuestras universidades siguen enseñándose!
Necesitamos un proceso dialéctico de transformación de esos cánones, de esos formatos y concepciones .
Pero además tenemos una responsabilidad fenomenal, brutal, para pensar en el interior de nuestros medios florecidos en la revolución: que no nos vayan a salir aburridos, que no nos salgan cuadrados; debemos dar el debate sobre el aburrimiento, el tedio, el oficialismo y el discurso rígido y acartonado; ponerlo claro sobre la mesa de trabajo cotidiano en los medios. De nada servirá tener una televisora nueva (por ejemplo la recién nacida TVes) si ha de volverse una cosa plomo, tediosa, insoportable porque dice puras cosas oficialistas o con los formatos que ya sabemos. Tenemos el desafío cara a cara de ver cómo se construye la nueva Comunicación en el proceso revolucionario.
Llamo la atención a este respecto porque no me canso de insistir en esta pregunta que todavía yo no acabo de contestar. Insisto: si mañana mismo pudiésemos quedarnos con todos los medios, si fuese posible que mañana expropiásemos o terminaran todas las concesiones y no se renovara la concesión de ningún medio, controlando entonces un 80 y tanto por ciento del espectro radioeléctrico en Venezuela, si eso pasara mañana, si fuese posible que esas herramientas de comunicación pasasen a ser de todos, mi pregunta es: ¿Y qué ponemos al día siguiente? ¿qué vamos a construir? ¿qué programas vamos a diseñar? ¿con qué vocabularios, con qué imágenes, con qué dinámicas...?
No digo que no haya mucho para decir pero tenemos pendientes significativos en el trabajo de la capacitación, que todavía no tenemos el gran proyecto nacional y latinoamericano de la formación de los cuadros de la Comunicación revolucionaria y que hace falta, incluso, idear la nueva currícula, los nuevos temas, la nueva agenda de la formación teórico-práctica en los espacios dentro de los medios como necesidad de gestación, de capacitación interna permanente y en las universidades o institutos universitarios, donde me parece que es preciso gestar un proyecto de revolución académica también en materia de Comunicación. Hay temas absolutamente imprescindibles.
Tenemos que comprender hoy por hoy el escenario de América Latina y el escenario de Venezuela -específicamente en su proceso revolucionario- como un escenario de guerra simbólica y es absolutamente indispensable ganar esa guerra simbólica .
Es absolutamente inexcusable que hoy nosotros no tengamos ya pensada la estrategia y las tácticas, la planificación simbólica de los próximos meses y años. ¿Qué pasará dentro de cinco años con TVes? ¿qué pasará en diez o quince años con VIVE? ¿y con Radio Nacional de Venezuela en seis o siete años?
Y tenemos cosas elementales que todavía no estamos produciendo como el esfuerzo de planificación simbólica. Insisto en la más simple que se me ocurre y es que América Latina tiene ya una agenda, una especie de efemérides de las luchas sociales. Nosotros sabemos que cada año se celebra, como ayer acá, el Día del Periodista y que el próximo año se celebrará nuevamente. La pregunta es si tenemos de aquí a entonces capacidad para ir planeando cómo produciremos los programas que estrenaremos durante, en torno y después de ese Día –con ése y con otros muchos temas de las efemérides de luchas importantes de Venezuela-; si eso está siendo objeto de estudio para la construcción de la re-significación de la nueva producción simbólica que hace falta para construir el nuevo imaginario de un proceso revolucionario.
No sigamos articulando con las frases audiovisuales del patrón nuestra propia concepción de la historia y su dinámica .
Este paisaje general de lo que son los pendientes en materia de Comunicación tiene -según yo- una tarea central, aparte de preguntarnos qué pasaría y qué pondríamos en los medios si mañana los tuviésemos todos. Pregunto hasta con malicia: todos los medios que hoy se pueden contabilizar caminando hombro con hombro con el proceso revolucionario, ¿todos han saldado algún esfuerzo de coordinación interna unos con otros para fortalecer la agenda que debe ser construida entre todos? ¿Es posible que esos medios estén pensando en su crecimiento a corto, mediano y largo plazo y que ese crecimiento haya sido capaz de construir esas agendas conjuntas para los tiempos que vienen?
Es importante pensar que no basta con tener muchos medios sino que también es absolutamente necesario construir un proyecto de políticas de Estado en materia de Comunicación, que redefina ese concepto de Estado por un Estado que camina hacia el Socialismo y por un Estado que sea capaz de pensar todas las estrategias de la Comunicación, desde la Comunicación que ejerce el propio Estado hasta la Comunicación que está ejerciéndose en el nivel de los movimientos y luchas sociales desde abajo. No tenemos documentos que hablen del Estado y la Comunicación hoy en este proceso, en estos procesos. Y creo que es una tarea rigurosamente indispensable.
En ese marco genérico de Filosofía Política, como lo defino yo, en ese marco genérico del pensar, del ser y del modo de ser de la Comunicación en acción revolucionaria cotidiana en un país como Venezuela, sucede un fenómeno que es muy complicado de definir y mucho más difícil de definir con los parámetros ordinarios o comunes. Es el fenómeno de la Libertad de la Expresión.
Quiero detenerme unos minutos a convocarlos a ustedes para que lo más pronto posible iniciemos algún intercambio, algún diálogo, porque hay que liberar la expresión de todos en la medida de lo posible para poder charlar estas cosas que, haga uno lo que haga, no dependen de la opinión de una sola persona ni de un grupo de investigación. Es un trabajo permanente y colectivo.
Una premisa interesante es que uno no puede intentar ninguna definición sobre lo que es la Libertad de Expresión si no lo hace en el marco de una teoría de lucha de clases porque la Libertad de la Expresión no es lo mismo para los pueblos oprimidos que para las clases hegemónicas.
La Libertad de Expresión tiene que ser caracterizada en su construcción y para los fines y con los intereses a los que obedece. Es verdad que hay sectores oligárquicos que reivindican la lucha de la libertad de expresión siempre reivindicando la lucha de su libertad de expresión, libertad de expresión de secta, de grupo, en todo caso, de fuerza hegemónica. Ayer vimos la manifestación en la calle de estos grupos que reivindican la “reapertura” de RCTV: se adueñaron de un medio de comunicación llamado Calle para expresar con toda libertad (incluso con vigilancia; anoche el alcalde Juan Barreto me decía que había que ponerles vigilancia para cuidarlos de ellos mismos porque se pueden generan cosas muy complicadas cuando se juntan esos compañeros), que se “reabriera” RCTV.
He ahí un ejemplo de ejercicio de Libertad de Expresión que sirve para mentir respecto de la Libertad de Expresión que se está produciendo en un país .
Esta clase de contradicción es la contradicción de clases puesta sobre la mesa en una práctica (como la de ayer) en la cual se convoca a un grupo para decir que no existe lo que están ejercitando. Semejante contradicción es llamativa y debe ser estudiada a la luz de muchas estrategias y muchos encuadres metodológicos porque he ahí una de las grandes estrategias en la construcción de la mentira.
Una de las grandes formas de secuestrar la realidad es distorsionarla poniendo una palabrería infinita al servicio de esta degeneración de conceptos: ayer escuchábamos en algunos noticieros televisivos desgarrarse las vestiduras por la Libertad de Expresión a quienes por definición, en ese modelo y en ese marco, no aceptan la Libertad de la Expresión.
El capitalismo es un sistema económico, social, cultural, ético, estético, político, poético también que, por definición, es un sistema corrupto. Por definición es un sistema basado en el robo de la riqueza del trabajo. Por definición es un sistema que cancela la justicia. Por definición es un sistema que no permite que la Expresión de los seres humanos sea libre, se libere. Por lo tanto es indispensable en cualquier procedimiento para abordar la comprensión de la Libertad de Expresión hacerlo en un marco de análisis de lucha de clases.
Pero más todavía: con todos los matices correspondientes a las diferentes casuísticas donde se da la cancelación de la Libertad de Expresión. Pongo un ejemplo que me ha llamado siempre poderosamente la atención porque la Comunicación es un escenario complicado. En 1994, cuando México firma el TLC con Estados Unidos y Canadá, el mismo día, primero de enero, en Chiapas tuvimos un levantamiento de corte revolucionario en manos de los indígenas y campesinos del sureste de México, representados en ese levantamiento por el EZLN, Ejército Zapatista de Liberación Nacional. Muy pronto, con el desarrollo de las acciones militares de los primeros días, surge una Ley de Concordia y Pacificación que el Estado se inventó para poder crear un marco de intervención y poder convertir ese enfrentamiento directo en una guerra de baja intensidad.
Y salieron las mesas de diálogo.
En Chiapas, zona del sureste donde concurren distintas lenguas originarias, sus distintas etnias se vieron convocadas de pronto a una mesa de diálogo, diálogo en el que muchos compañeros zapatistas no podían participar porque, para comenzar, no hablan castellano muchos de ellos y muchos otros lo hablaban con dificultades y otros más, incluso aun hablando con dificultad el castellano, no podían comprender ciertas categorías que usamos como si fuese obligatorio que todos las usasen.
Por ejemplo, uno de los funcionarios del PRI, representante a las mesas de diálogo, le dijo a los compañeros zapatistas: Miren compañeros, es mejor que ustedes depongan las armas y que depongan la beligerancia porque todos somos hermanos.
(Fíjense ustedes la cosa de la “reconciliación”. Lo que el funcionario quiso decir fue: ¿Por qué no borramos de un plumazo quinientos años de persecución, de miseria y de muerte? ¿por qué no olvidan? Para ustedes es más fácil cavar un agujero y luego morirse que comprar una aspirina. Ahora bien, no sé si ustedes tengan una idea de lo que es Chiapas para la vida de los grupos indígenas pero si han visto fotos de Biafra o de Bangladesh -condiciones extremas de hambrunas- Chiapas tiene episodios humanos de ese tamaño).
Y dice otro funcionario en la mesa de negociación a los zapatistas: Depongan ustedes su actitud beligerante porque pueden sufrir una derrota. Entonces, uno de los compañeros zapatista que participaba en la mesa dijo que querían reunirse aparte para charlar y dirimir algunas interrogaciones (lo que llaman “cuarto intermedio” en algunos casos, una pausa en la reunión), y se retiraron.
(Porque en el vocabulario de los compañeros de la mesa de diálogo la palabra “derrota” no existía, no existe. Cuando oyeron “derrota” fue como si les hablaran un idioma marciano en el que les pedía construir todo lo que hay que construir semánticamente en la cabeza de alguien para que pueda comprender la palabra derrota en minutos).
Y claro que la respuesta posible ante la amenaza de ser derrotados (porque obviamente eso de que “ustedes pueden sufrir una derrota” era una advertencia que venía a cumplir un trabajo de amedrentamiento, de socavar la confianza de los compañeros, hacerlos sentir débiles, hacerlos sentir estúpidos, hacerlos sentir atrasados, hacerlos sentir menos, minusválidos, disminuidos, opacados, acomplejados. Son indios y ¡cómo se sientan los indios aquí a discutir con nosotros, los Chicago Boys que hemos estudiado en Cambridge y en Harvard la cosa de la política, que hemos manejado el país, que hemos aprendido todas las técnicas más sofisticadas para robar la mano de obra y robar la materia prima y entregársela a papá yanqui!
Estos muchachos administradores del saqueo y de la explotación ahora venían a decirle a los indígenas de Chiapas en pie de guerra que podían sufrir “una derrota”...
Para terminar con los ejemplos en México el analfabetismo es un problema severo, severísimo. Poder leer y escribir a la hora que la gente necesita hacer una carta de protesta o leer pancartas, leer volantes y otras herramientas de construcción y de lucha, pues no se puede, no hay manera de que la Expresión se sienta libre porque está inhibida, cohibida.
(Recuerdo que hace poco le decía a una señora que me pusiera en una cartita algunas de las cosas que quería decirme y me contestó: Es que me agarra la vergüenza porque tengo mala ortografía. Y eso pasa muchas veces, ese “impedimento por vergüenza”, porque me siento tonto, porque me siento ignorante, inhibiendo la Libertad de la Expresión).
Son dispositivos ideológicos creados por el capitalismo, por la burguesía: la distinción de clases ha producido la distinción de inteligencias, ha producido la lucha de los “cultos contra los ignorantes”. Muchas universidades nuestras son escenarios donde se reproduce la relación obrero-patronal en el aula. El profe es el sabelotodo y el alumno es sujeto de los chantajes más obscenos a veces, de los manipuleos. He visto y sé de muchos casos.
¿Qué alumno tiene libertad para expresar sus mejores talentos, su mejor desarrollo, sus mejores posibilidades si vive en una hegemonía de la calificación, como si fuera la compra-venta de conductas, de pleitesías, etc.?
Podemos recorrer el concepto de la Libertad de Expresión en una variedad infinita de sus posibilidades, sus vicios y sus frustraciones.
He escuchado a profesores de periodismo en Argentina (acabo de publicar un artículo sobre eso) que dicen a sus estudiantes el primer día de clases: “Muchachos, ustedes acá no vienen a pensar (¡Licenciatura en Periodismo!). Ustedes vienen a leer primero a los grandes autores importantes del periodismo, se los aprenden, los recitan, los analizan y, de aquí a unos quince o veinte años, cuando hayan terminado un postgrado, en ese momento entonces es que empezarán a pensar por su cuenta ¿no? Ahora lo que hay que hacer es aprenderse el recitado de memoria”. No nos sorprenda entonces que muchos compañeros periodistas entran a trabajar a los medios de comunicación hegemónicos, mercantiles y lo que les dice el Jefe de Prensa es: “Ustedes acá no vienen a pensar, compañeros; ustedes vienen a obedecer lo que dice la agenda del Jefe de Redacción” y los lanzan a la calle a cumplir las tareas que le interesan a ese negocio para convertir en mercancías y en rédito, el trabajo informativo.
Hay cosas absolutamente fantásticas en la experiencia de la Libertad de Expresión que debemos estudiar puntualmente en los escenarios incluso más impensados. El año pasado tuve la oportunidad de venir al canal VIVE a hacer un curso con los compañeros por invitación de Blanca Ekchout y de Thierry Déronne. En el curso hubo una sesión especial con camarógrafos de VIVE y de otros lugares que vinieron a participar en la reunión, reunión en que más que yo enseñar quería aprender de ellos un montón de cosas y les confieso que ese día lamenté que no hubiese las herramientas indispensables para haber registrado todo lo dicho.
Porque los compañeros camarógrafos son carne viva de un ejercicio del manipuleo de la información; ellos saben cómo los jefes de redacción de los distintos medios televisivos -como RCTV y otros- les daban la orden diaria de salir a la calle con la cámara y les decían: “Mira, si es que en esa manifestación no hay mucha gente, te paras acá y les haces así, para que los poquitos se vean muchos; y si hay un muertito, sí que se vea la sangre porque eso es lo que pega, lo que vende y a la gente le gusta el morbo...”.
Una cantidad de preconcepciones con las cuales se modula todos los días ese concepto de la Expresión, la Expresión informativa donde Libertad es lo que menos hay. A condición de que también discutamos qué es Libertad, como otro gran desafío de la Filosofía de todos los tiempos y que, hoy por hoy en la dinámica y en las condiciones concretas de Venezuela, necesitaría actualizar su base y su marco de definiciones, de ejes y de aproximaciones sucesivas para conocerlo.
Habría quizás una lista interminable de ejemplos donde uno pudiera recalar para comprender que la Libertad de Expresión no es un fenómeno meteorológico; que la Libertad de Expresión no es un dios griego que habita en algún espacio sideral intangible; que la Libertad de Expresión no es una entidad fantasmagórica que radica, que vive, que habita en un libro o en una declaración de los Derechos Humanos ambigua, general, inclasificable por muchos conceptos.
Comencemos a pensar en la Libertad de Expresión como una construcción colectiva, que la Libertad de Expresión es en todo caso una necesidad de las relaciones sociales, de las relaciones humanas. Que no hay chance de construir una relación humana ni siquiera en la cama a la hora de los besos y de los amores y de las pasiones con los novios y con las novias, porque ahí se requiere la Libertad de la Expresión, ahí se requiere un ejercicio pleno de la Libertad de Expresión para saber si el beso estuvo bueno, sabroso, si el abrazo estuvo completo ¿no? y si el orgasmo expresó lo que tenía que expresar y si al día siguiente la sonrisota, el cariño y el afecto, el amor locochón y sabroso estarían expresándose.
Y no puede verificarse semejante complejidad de la Comunicación humana, de la Libertad de Expresión sin un marco de igualdad, de construcción colectiva, de identificación del uno con el otro, de saber lo que uno tiene y lo que le falta y lo que el otro tiene y lo que ofrece. No hay forma de construcción de la Libertad de la Expresión si no pone uno los ojos en aquellos mejores fulgores humanos del otro, que lo hacen ser un mejor otro, mejor humano y mejor yo también.
La construcción de ese diálogo, de esa correlación de premisas e hipótesis, de idas y vueltas, requiere como condición sine qua non que la expresión humana se libere .
Por lo tanto si se trata de un fenómeno de una complicación tal que exige en las relaciones humanas un tratamiento constante de redefinición y de reencuentro, si esa Libertad de la Expresión después ha de ejercerse a través de medios. Digámoslo claramente: la Libertad de Expresión no está en los “medios” para la comunicación. En todo caso los medios servirán para fortalecer la Libertad de la Expresión que ha ganado una sociedad. Son una herramienta para fortalecer el ejercicio de la Libertad de la Expresión. No son los “medios” por sí mismos los que van a garantizar la Libertad de Expresión. (Había que ver la contradicción terrible del grupo opositor ayer en la calle cuando convierten al medio en un fetiche al decir: “Porque no tenemos el canal, no hay Libertad de Expresión” ¡como si teniéndolo la hubieran podido ejercer!).
Es más, como si los otros canales por el solo hecho de ser canal de televisión fueran ellos mismos la Libertad de la Expresión. Sería una tontería creer que ya se logró, que está resuelto el problema. Sería un error enorme pensar eso.
Cuando lo que uno ve es que está haciéndose un proyecto de construcción. En este país no creo que haya una Libertad de Expresión acabada, completa y total. ¡Como si eso existiera! Lo que hay es un esfuerzo de construcción democrática, un nuevo proceso revolucionario que está naciendo apenas, que está tratando de transformar sus estructuras más profundas desde las raíces, y un país donde hay una vocación y una necesidad bien clara de ejercer la Libertad de la Expresión.
Y ustedes tienen un presidente que hace uso de ese derecho; un presidente convencido de que, incluso la oposición, debe hacer uso de ese derecho en la medida que el uso de ese derecho sea también para construir esa especie de transformación del país y que el uso de ese derecho no sea un uso sectorizado o un uso del derecho para una canallada.
Ese debate debe estar permanentemente en la mesa de trabajo, en las sobremesas, en la mesa del café, en el encuentro, pero no como una categoría de abstracción filosófica para ver con qué ideas novedosas nos encontramos en los clásicos de la Filosofía, sino más bien como la urgencia de identificar el problema de la Libertad de Expresión en la vida cotidiana: si cuando levantamos el teléfono para hablar con la tía, con la cuñada, con el hermano, con el papá, uno puede decirle lo que quiso decirle...
El otro día jugábamos con un grupo de literatura en Uruguay porque estaban escribiendo un libro colectivo en el cual se plantea este dilema lindo: ¿Qué es aquello que no has podido decirle a los seres que más quieres? ¿Qué hay que se te quedó en el tintero que todavía no le has dicho a tu papá o a tu mamá o a tu hermano? ¿que nunca le pudiste decir a tu primo? O al padre o la madre: Óyeme, después de todos los líos, mira qué reconocimiento te tengo porque me has ofrecido con todo desprendimiento, condiciones para vivir.
En esta interacción de la cotidianidad, ¡cuántas cosas están en el tintero de un potencial expresivo de los seres humanos que no se ha liberado, que necesita liberarse también! De eso están llenos los consultorios psicoanalíticos. ¡Allí se hace mucho trabajo para barrer todos esos yacimientos interiores que no han sido liberados todavía!
A cuántas personas acá o en cualquier lado no les gustaría escribir la novela de sus vidas o cómo les gustaría pintar. Tengo una tía que toda la vida me ha dicho que le hubiera encantado ser bailarina. La Libertad de la Expresión de la bailarina no se liberó nunca. No hubo chance. No hubo un tallercito, no hubo una casa de cultura donde pudiese liberar su Expresión bailarinesca, diríamos. O una amiga pediatra que siempre me dice que le hubiera encantado cantar, que hubiera sido feliz si hubiera cantado. Ese potencial expresivo de esa persona cantando no ha sido liberado, hay ahí un problema de la Libertad de la Expresión. Un gran amigo, hermano venezolano con formación científica dura, me dice que le hubiera gustado ser serenatero (esa palabra me encanta, es un poema por sí misma). Con este compañero perdimos a un gran serenatero porque estoy convencido de que la manera de decirlo es ya la promesa de un serenatero que hubiese cantado los boleros con un sabor, con un jugo, con una sabrosura por esa necesidad de la Libertad de la Expresión que anida ahí.
Y si uno empieza a sumarle todos los casos que hay en todos los países de lo que está en el tintero, pendiente, frenado, que no ha encontrado su cauce, diríamos necesariamente que ese es un campo de la Libertad de la Expresión que todavía no llegado. ¡Cómo quisiera que ocurriera pronto por los amigos con distintos talentos y potenciales que no han tenido chance; esas riquezas humanas, esos potenciales, no han podido encontrar todavía el lugar para liberarse!
Entre otras razones porque ¡a quién rayos se le ocurre ponerse a pensar con seriedad en la urgencia indispensable de espacios para que los niños jueguen, por ejemplo! En ciudades como México o Caracas los espacios para ir a jugar con la pelota, brincar, columpiarse, jugar (eso que mucha gente cree que es inútil pero es absolutamente indispensable para vivir) no los consideran un acto de Libertad de Expresión. ¿Dónde están los espacios donde el niño juega con la pelota y acaba siendo después como Maradona o como los camaradas de la Vino Tinto, que tienen el alma de los venezolanos en un hilo? Allí hay una tarea de investigación de esas necesidades expresivas que no han encontrado en su cauce, en los microespacios para jugar o lo que sea preciso, la Libertad de la Expresión.
¿Cuántos amigos tenemos que son buenísimos para contar chistes, tanto que es un embeleso oírlos? Por cierto, la libertad de expresar el humor nos hace una falta fenomenal por todos lados. Acá en los medios de comunicación del Estado hay que inyectar unos motores oxigenadores del sentido del humor, del nuevo sentido del humor revolucionario. No el humor canalla del golpe bajo que se ríe de los gordos, negros chatarra, de los indios feos; no se trata de vulgaridad ni de andarse riendo del sistema de la calumnia –la estética de la calumnia- sino la risa campechana, juguetona, cariñosa, la risa del afecto solidario. Ese campo del humor tiene que ser liberado porque si no, como decía el subcomandante Marcos, nos va a salir un mundo tan aburrido que nos vamos a arrepentir de la revolución por tediosa ¿no? Y no tiene por qué ser así.
Acá -lo sé porque lo he escuchado- no hay chance de conseguir novio o novia si no se sabe bailar, como si hubiese unos requisitos para tener novia: número uno, bailar salsa. Habemos -como se imaginan ustedes- quienes no tenemos gracia alguna para lo del baile y eso la Libertad de la Expresión en esas cosas no se nos da; más bien lo que nos da es envidia cuando, por ejemplo, al ir a grabar un programa a Radio Nacional, veo a los tres o cuatro compañeros que estaban en la cabina que al poner la música del programa -unos treinta segundos- se pusieron a bailar, los tenía moviéndose a todos. Entonces ahí hay una potencialidad de la expresión humana que dice mucho. La Libertad de la Expresión corporal, un campo necesarísimo de trabajo.
Sintetizo lo que me parece urgente. Tengo la deformación de haber vivido muchos años en el campo de las Academias y del Academicismo y soy un renegado de eso. ¡Tengo entre ceja y ceja desde hace unos años la propuesta de salvar a la Filosofía cuanto antes de las garras del Academicismo! Sacarla de ahí porque ahí se está muriendo. Con mi amigo y hermano Yuri Pimentel –filósofo- con quien he hablado tanto, decimos que hay que formar en Frente Filosófico para la Libertad de la Expresión y la Libertad de la Comunicación.
Debemos empeñarnos en abrir espacios de pensamiento profundo, de pensamiento de la vida cotidiana, cómo ser y para qué debe hacerse la vida desde los microespacios donde es preciso verificar la revolución misma en la vida cotidiana. Que la revolución tenga un espacio en el amor, en la cama, en los besos; que sea como decía el viejo David Cooper: que ese orgasmo sea revolucionario; que el amor sea esa fortaleza, que es de las pocas que todavía puede reivindicarnos con nosotros mismos.
Toda esa fuerza de Expresión ha sido sistemáticamente cercenada por el modelo capitalista, ha sido sistemáticamente coartada, impedida, prostituida, degenerada, por este conjunto de valores burgueses que nos han metido y restringido hasta en lo más elemental de la vida .
Nos han inventado roles, patrones de conducta y estereotipos de comportamientos con los cuales nos han hundido también la Expresión de los afectos y por supuesto la Expresión de las ideas, de las convicciones y de las necesidades.
Hay una gran lucha por la Libertad de la Expresión que no termina con declaraciones internacionales, no basta con tener leyes, no basta con tener letra muerta en papeles. Tiene que ser una práctica política cotidiana. Tiene que ser una construcción inmediata directa. Tiene que ser una construcción desde abajo con una dinámica democrática y revolucionaria.
No habrá oportunidad de que tengamos Libertad de Expresión si no hay, necesariamente, una Libertad Social completa .
Y eso acá está naciendo. Y acá es promisorio y por eso venimos agradecidísimos a mirar este proceso, a vivirlo y a sentirlo de cerca para ir a contar que hay un país y un pueblo alegres construyendo su revolución, un pueblo que encontró formas de Expresión, que está liderando sus formas de Expresión y que esta vez además decidió que la Expresión hegemónica, la Expresión sectorizada, la Expresión secuestrada por el capitalismo, va encontrando punto final.
En buena hora se terminó la concesión de RCTV.
Es falso que se haya “cerrado un canal de televisión” y la verdad es que ha florecido una posibilidad más de fortalecer la Libertad de la Expresión. Con un montón de problemas y contradicciones, cierto. Venezuela tiene debilidades grandes en materia de Comunicación y debemos discutirlas fraternal y abiertamente. Pero no va a ser posible si primero no tenemos bien claro que el problema de la Libertad de Expresión depende de una dinámica social y no de la letra muerta que habita en algunas bibliotecas.
Convoco ahora a que charlemos un poco.
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Armando Carrieri: Hemos escuchado a Fernando Buen Abad, con quien coincidimos en el grupo de trabajo de Radio Nacional de Venezuela y sobre eso habría mucha tela que cortar pues tenemos ya un tiempo construyendo este tipo de Comunicación más legítima, más apegada a lo cotidiano. En ese sentido, me parece fundamental la reflexión que pondera hacer el trabajo desde lo local, específicamente lo que Fernando desarrolló en la última parte.
¡Qué importante es comenzar a desacralizar el concepto de Libertad de Expresión como simple y único objeto que “pertenece” a los medios de difusión! Importante también hacer la distinción entre Libertad de Expresión y “medios” de difusión porque aquí hablamos de aparatos que lo que hacen es difundir, emitir mensajes por vía aérea que a su vez sólo “duplican” lo que legítimamente pertenece a lo humano (sus aparatos fonador y auditivo), magnificando y ampliando así una señal por la que viaja el mensaje de la dominación pero también cada vez más está comenzando a viajar el mensaje de la revolución.
Valdría la pena leer y reeditar algunos textos de un olvido filósofo venezolano, Ludovico Silva, en un grupo de ensayos titulado Belleza y Revolución, donde se refiere a las transformaciones en el arte, en la expresión artística y hace una crítica fuerte a lo que fue el Socialismo Real, sobre todo al Bloque Soviético porque cercenó la capacidad de Expresión de los artistas, que fundamentalmente son humanos expresándose. Ludovico planteaba la cosa en términos de que debe comenzarse a darse el cambio, el salto cualitativo hacia la sensibilización del ser humano. O sea, el arte debe sensibilizar lo humano para que se comience a dar el proceso revolucionario. El rescate de la belleza a través de la sensibilidad y no una estética de lo Bello - Bueno en el sentido platónico del término.
¿Cómo es posible que le demos hoy tanta importancia a los “medios”, que son solamente unos simples aparatos? Es la máquina que se posesiona y explota al ser humano y que a veces convierte a muchos de nuestros compañeros periodistas en simples seres pegados a un micrófono, que manejan y manipulan el micrófono simplemente porque la tecnología todavía no ha inventado algo tecnológico que lo haga por el periodista. Es decir, reducir y fragmentar lo humano al simple hecho de sujeto que opera (operario) de un micrófono, una cámara, una luz, eso es lo que se quiere. Para fragmentar y banalizar la importancia de la Expresión. Y la Expresión, como bien decía Fernando, no es prerrogativa de los medios. Es fundamentalmente humana. La Expresión impregna a un colectivo y, en ese sentido, produce nuevas formaciones.
Ahora daré lectura a las intervenciones e interrogantes que ustedes nos han pasado.
_ Usted se refirió a los medios de comunicación hegemónicos, mercantiles. ¿Qué opina de la hegemonía comunicacional propuesta y adelantada por el Gobierno venezolano?
Fernando Buen Abad: Pues creo que hay que trabajar en eso. Porque la hegemonía de un proceso revolucionario hay que construirla ¿no? y no hay tiempo aquí para proponer los alcances, la diversidad y la densidad del concepto de “hegemonía” que habría que construir desde abajo. Si se piensa en Gramsci la idea de hegemonía tiene una definición fascinante, interesantísima, con espesores realmente profundos pero es una hegemonía que hay que construir ganando todos los espacios en el terreno simbólico, ganando todas las posibilidades, como el compañero que acaba de expresarse al exponer sus cuadros en este auditorio. Él vino a hacer un ejercicio de la Libertad de Expresión y sin pedirle permiso a nadie, dijo: Ahí están para que los miren. Es un ejercicio para ganarse un espacio simbólico en el cual se da la construcción. Personalmente le agradezco además por tomarse el trabajo de traer su obra para que sea vista en este encuentro.
Creo que ese es el ejercicio de la construcción de la hegemonía. Pero no puede ser una construcción arbitraria. El problema de la construcción de hegemonía es que debe consensuar. Es una tarea minuciosa, cuidadosa, lenta, detallista, matizada, llena de componentes, a la que no puedo llegar a decir: Aquí te traigo mi hegemonía y te la tragas. Como Pancho Villa, que decía: Primero mata y después averigua.
Hay que dar la lucha de las ideas, ese es otro de los pendientes. Hay que hacer una construcción de nuevas hegemonías del poder social, del poder del Socialismo. Una hegemonía que debe campear por sus grandes triunfos y sus grandes mejores ofertas. Si no nos aseguramos de que es la mejor posibilidad que dará las mejores opciones, que va a permitirnos tener mejores radios, mejores televisores, mejores personas, mejores besos, mejores abrazos, mejores bailes, mejores todo, entonces no tiene sentido pensar en el Socialismo. Hay que pensarlo como un salto cualitativo de la Expresión humana o de la experiencia humana; de lo contrario, no tiene caso esforzarse en él.
Creo que sí es preciso darse al trabajo de construir esa hegemonía pero no linealmente, no ramplonamente, no simplonamente, no como si fuese una fórmula con la cual a + b da necesariamente este resultado. Es una gran aventura social. Es una gran aventura de todos. Todavía no la hemos visto, todavía no sabemos de qué va la cosa porque lo que vimos que ocurrió como un primer intento en la Unión Soviética cuando los sóviets estaban construyendo su proceso antes de que fuesen traicionados –el resultado de esa arremetida de alta traición- vimos que anunciaban cosas maravillosas aunque no pudimos verlas florecer. Así es que hay que estar atento hoy para que no se repita.
AC: ¿Cómo lograr que los medios de comunicación sean manejados por los periodistas y no por los grupos económicos hegemónicos y cómo lograr que esos periodistas sean verdaderos voceros de la pluralidad democrática de todos?
FBA: Tengo mis dudas. Tampoco creo que sea un problema puramente gremial. Creo que lo que tendría que haber es que los movimientos sociales de base emerjan con la lucha y con su construcción y que –además- encuentren en los medios de comunicación una herramienta de construcción.
Como herramienta de construcción es el Estado democrático socialista, que no sale de otro lado sino de la voluntad revolucionaria de los Pueblos, tendrían que ser los medios los responsables de crear productores de información o periodistas que sean los productores de información o periodistas de la fábrica produciendo el periódico de la fábrica, produciendo la radio de la fábrica; en resumen, que se expandan los medios que crecen como herramientas de la lucha social y desde abajo.
No creo que sea una cuestión de gremios.
Ojalá que los gremios de periodistas se bajasen de esa idea de que ellos son... Anoche escuchaba a unos camaradas (¡hubiera sido tan sabroso poder debatir!) diciendo: La tarea del periodista es la de informar y nosotros estamos en una posición entre la sociedad y el gobierno... No. Creo que esto crea una tercera instancia abstracta, venida quién sabe de qué planeta, que les permite desembarazarse de que ellos también son proletariado, desembarazarse de que ellos también son trabajadores sujetos a la explotación y sujetos a la manipulación.
Como si los periodistas vivieran en una burbuja que les hace ajenos a la realidad de los trabajadores .
Primero hay que construir la conciencia del trabajador y después sumarse a las luchas y prestar sus servicios como productores de información hombro con hombro con los trabajadores.
AC: ¿La Libertad de Expresión necesita a los medios para ser?
FBA: Pues sí. Pero los medios ¿cuáles son? Si los medios son nada más las televisiones y las radios pues estamos fritos. Si yo necesito ir a ver a mi abuelita para expresarle cuánto la quiero pues las calles, los puentes, el metro, el teléfono, la palabra, el abrazo, la consciencia de que quiero hacer eso, el código de que cuando llegue a abrazar a mi abuelita no se asuste y se pregunte quién es este viejo loco... que sepa que entramos en un diálogo de afectos: todos esos son “medios” para la Comunicación.
¡Claro que hacen falta los “medios” pero también hace falta romper ese fetiche de que esos aparatos, esas estructuras como las radios o televisoras, son los únicos “medios”!
Es una falacia terrible que nos han vendido esos medios precisamente para hacernos creer que dependemos de ellos para todo. A veces me pregunto: ¿la televisión tiene mucha más vida? ¿No será que algún día cercano haya otras maneras de intercomunicación que cambien para siempre el formato televisivo y entonces se demuestre que creamos un tótem innecesario? Sería lindo que hubiera otras muchas novedades tecnológicas, esta vez nuestras.
AC: En el marco del escenario venezolano donde hay una abierta confrontación ideológica, ¿no es contraproducente que los periodistas comprometidos con el proceso de cambios radicales se limiten sólo a la descripción de los hechos noticiosos para cumplir en el Código de Ética profesional y con la información veraz y oportuna?
FBA: ¿Qué! ¿Son gobierneros o qué son? Hay una confusión porque ser un periodista comprometido no quiere decir ser un periodista acrítico. El que yo sea un convencido enamorado de la Revolución Bonita no me impide que yo pueda decir mis desacuerdos. Pero no voy a cometer la canallada de irme a juntar con los enemigos de la Revolución para decirles mis desacuerdos. Se lo tengo que decir a los camaradas, tengo que ir a los camaradas donde hay nexos fraternales para discutir. Puede que yo esté equivocado por supuesto con mis desacuerdos, pero debo aprenderlo hombro con hombro con los camaradas.
Entonces el problema no es que haya periodistas convencidos. Ojalá haya muchos más y que fueran apasionados del proceso revolucionario, sinceramente apasionados del proceso revolucionario; no apasionados de una posible cuenta en el banco, no apasionados de algún privilegio para hacerse famosos, no apasionados por un interés puramente individualista. No. Apasionados realmente de ver que el poder se construye, que es de todos y que cambia, y que es diferente. Me parece que hacen falta muchos más de esos periodistas comprometidos. Pero no periodistas acríticos, no con el cerebro lavado, no con la complacencia en el aplauso gratuito, en el aplauso compulsivo. Le haríamos un gran daño a Venezuela si viniéramos solamente a decir qué lindos, qué maravillosos y qué simpáticos son todos. ¡Quién se la creería a quién!
AC: Comunican una felicitación por el fútbol...
FBA: No quiero decir muchas cosas sobre el fútbol porque es una empresa de Televisa, la televisión nacional, y Televisa es precisamente una de las armas de guerra ideológica más nefastas que tenemos en mi país, y en casi todos los países. Pero después de todo, si a una parte del pueblo de México eso le alegra, pues a mí me alegra también.
AC: ¿Qué peligros enfrentamos cuando las empresas de difusión transforman la información en producto para un mercado consumidor? y ¿cuál es la diferencia entre mercado consumidor y colectividad en el marco del derecho a la información oportuna y veraz?
FBA: Para sintetizar, si partimos de que para un medio de comunicación mercantil todo es mercancía y todo es negocio, eso puede ser parecer una trampa simplificadora y reduccionista pero es una premisa que se debe tomar en cuenta. ¡Uno ve las cosas más detestables en la lógica mercantil!
México, por ejemplo, ocupa el segundo lugar mundial en niños callejeros, niños que viven en las calles. Ya hay tres generaciones: abuelos callejeros, hijos callejeros y nietos callejeros. Es un problema social gravísimo en México. Un problema que nos inunda por todos lados y que nos abofetea en cada esquina porque están los niños pidiendo dinero, porque son niños que ya se encuentran sumergidos en las intoxicaciones con todas las drogas más perniciosas. Es un problema social bien grave.
Y en México –y toda América Latina- tenemos en la televisión un personaje que se llama el Chavo del Ocho, que es un niño de la calle que vive en un barril (que no es un barril de petróleo precisamente), y ese barril lo tiene puesto en una vecindad. Esa vecindad es un núcleo social en el cual hay relaciones sociales entre los distintos personajes. Y el Chavo vive ahí. El Chavo come casi únicamente tortas de jamón (pan con jamón adentro). El Chavo -llueva, truene o relampaguee, haga frío o haga calor- tiene como única ropa la que lleva puesta y el Chavo es el receptor, el receptáculo, de una pirámide invertida de violencia permanente que descansa sobre él: todos le pegan, todos lo insultan, todos lo ningunean y el Chavo siempre acaba llorando. Eso es lo que pasa en las aventuras del Chavo del Ocho.
Y resulta que en México –y en muchos otros lugares- nos enseñaron que eso es divertido, que eso nos entretiene y nos reímos y decimos: ¡Ay, qué tierno!
En suma, se trata un ejercicio de crueldad colectiva, de abandono colectivo funcional en el cual ese niño de la calle -que no tiene ni amparo ni protección ni acompañamiento ni solidaridad básica- ése, por ser golpeado y porque chilla, nos entretiene, nos divierte. ¡Debería darnos vergüenza!
Ofrezco un debate sobre ese asunto y digo que hay que formar un Tribunal Social Popular que juzgue esta conducta del Chavo del Ocho y digo que debe ser objeto de estudio de los observatorios de los medios de comunicación para que podamos hacer visible –con el pretexto y ejemplo de Chavo del Ocho- de cuanto nos vende el comercio de la imagen que nosotros aceptamos y consumimos de la manera más irreflexiva. Que eso entretenga, algo anda mal. Si eso es divertido, entretenido, tiene “rating”, se vende y se pasa en muchas televisoras del continente, revela que algo anda muy mal.
He discutido con Bolaños personalmente una vez. Bolaños es un millonario; ha hecho un comercio de esta figura del Chavo del Ocho. Bolaños vende camisetas, gorras, martillos, chipotes chillones, vende cualquier basura porque con estos artefactos en torno a sus personajes particularmente los del Chavo, el tipo se convertido en un súper millonario que no tiene la mínima sensibilidad solidaria con ese sector de la población del que ha vivido toda su vida. Y no conforme con eso, anda de hablador por el mundo diciendo que Vicente Fox es el mejor presidente que México ha tenido. Y fue a aplaudir a Calderón en aquel acto de usurpación y de fraude con el que Calderón está colgado como presidente fraudulento, y Bolaños/Chavo del Ocho se exhibe con Calderón como si se tratase de un Prócer.
Necesitamos ser muy claros acerca de cómo las operaciones ideológicas, las matrices ideológicas y el manipuleo ideológico de empresas como Televisa producen engendros como éste y nosotros no podemos permanecer callados ni acríticos .
He ahí un ejemplo de cómo la lógica comercial de los “medios” produce engendros.
AC: ¿Qué forma de organización propondría usted para masificar la participación en la Comunicación? y ¿qué relación puede tener la propaganda política con la Comunicación Social?
FBA: A ver. Por un lado, uno no es quien para andar diciendo cómo es que se tienen que organizar los otros para avanzar sobre sus decisiones. Me parece que es una tarea de organización que debe darse en el seno de las organizaciones de trabajadores y de partidos, ahora que está naciendo el Partido Socialista Unido de Venezuela, digo, si no es uno de los grandes troncos de discusión política, el nervio, el núcleo neurálgico y fundamental de la Comunicación Social como un pendiente a discutir en el marco de un programa político que libere la Expresión para siempre.
Yo estaría triplemente enamorado de este proceso si este partido no dejase de lado el problema de qué vamos a hacer con los medios para la Comunicación Social.
Ahí hay una tarea importante y hay que organizarse para intervenir y transformar de raíz, radicalmente, este cáncer de la Comunicación mercantilizada.
En cuanto a la segunda pregunta, hace unos días estuvimos en Cochabamba en el “Encuentro de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad”. Fuimos a solidarizarnos con el presidente Evo Morales porque está sufriendo las duras y las maduras. Como en los peores momentos de Venezuela (¿que todavía son, no?) de ataques, canalladas y ofensas, vulgaridades y obscenidades contra el presidente Morales. Escuché a un locutor en la televisión -lo oí y lo vi- diciendo: ¡Cómo nos va a gobernar este indio que ni siquiera habla bien el español!
Tenemos una tarea importante, la de discutir auto críticamente cómo hemos construido la propaganda del proceso revolucionario. Y creo que en la construcción de la propaganda de la revolución hemos olvidado la poesía de la lucha, hemos olvidado la ética y la lírica del proceso de lucha.
Tenemos en América Latina ejemplos maravillosos de contribuciones a la poesía del hecho mismo de luchar contra las hegemonías. Un buen día tendríamos que convencernos de recoger las contribuciones de Martí, de Miranda, de Bolívar, en materia de Comunicación Social, lo que pensaron acerca del problema de la Comunicación en América Latina sobre la base de una tradición importante en crear construcción de conciencia, elevar la conciencia de la participación en la lucha y elevar las formas, las tácticas y las estrategias de lucha donde las herramientas de la Comunicación tienen que cumplir el papel de gran herramienta de narración.
Es mentira que se acabaron los grandes relatos. Están por construirse los grandes relatos y el relato revolucionario va a exigir la mejor literatura, la mejor poesía, la mejor cinematografía, la mejor radiodifusión .
Todavía no lo hemos construido, todavía balbuceamos en pañales. Entonces, es fundamental una propaganda que no sea palabrería repetitiva, que no sea golpe bajo, que no sea estupidez; que sea el compromiso de elevar la conciencia de la lucha sobre sus propios resortes para levantar la calidad de la lucha.
AC: ¿Cómo podemos permear la superestructura burguesa (escuálidos con boina roja) para profundizar el proceso dialéctico y de autocrítica dentro de las empresas de difusión de la información estatal?
FBA: Primero, no me preocupo mucho por eso. Hay que combatirlos directamente porque es una clase social llamada a desaparecer de una manera u otra. No hay chance de reconciliación de ningún tipo. Creo que hay que hacer conciencia de la urgencia de superar todos esos atrasos y todos esos vicios. Más bien dedicaría tiempo a ver cómo rayos le hacemos para mejorar nuestras habilidades, capacidades y necesidades de construcción y de transformación.
Y hay tareas que nos demandan más urgencia. Dijimos ya que estamos en una guerra simbólica. Estamos en una situación en la que hay que ganar esa guerra simbólica a como dé lugar. No sorprenda que los escuálidos anden apareciendo con camisetas rojas. No sorprende porque ahora ellos quieren también usurpar la simbólica que se ha producido. Ellos quisieran usarla, degenerarla, tergiversarla, para confundir: ahora resulta que van a aparecer ante el mundo fotografías, videos o noticias de oligarcas vestidos con camisetas rojas. Ayer veíamos un señor director de un canal de televisión, vestido con camiseta roja, diciendo que ¡eso era un mensaje de disponibilidad al diálogo! Es decir, secuestrar los símbolos para aparecer ante el mundo como ellos son los democráticos.
No. La lucha simbólica exige mucha creatividad. Es probable que en las siguientes acciones salgan todos vestidos de rojo y entonces entre la confusión. Entonces la revolución tendría que salir vestida con todos los colores del arco iris y ganarles un paso adelante en este debate porque ellos van a ver cómo imitan lo que sea preciso para hacerse “visibles”, para llamar la atención, para ocupar un lugar en la cámara, un lugar en el encuadre, en el micrófono, de propios y de extraños. Hay que estar muy atentos y sensibles a eso.
AC: ¿Qué piensa acerca de nuestro modo imperativo de comunicarnos en lo individual o se acciona el entendimiento colectivo?
FBA: No entendí pero en todo caso el problema de la Comunicación nunca es un problema individual. Por sí mismo el concepto de Comunicación es un concepto que nos involucra a todos. Que la Comunicación esté como se encuentra hoy se debe a las condiciones específicas de la sociedad dividida en clases. Cuando logremos superar eso, seguramente estaremos en condiciones de pensar otras nuevas formas de la Comunicación que hoy todavía no hemos visto.
AC: ¿No se hace necesario transmitir el verdadero sentido de la Libertad de Expresión a los estudiantes de las escuelas de Comunicación Social como prioridad de este proceso revolucionario?
FBA: Sí. En la medida en que los estudiantes sientan que es una necesidad suya, que la encarnen como una lucha propia. No hay manera de convencer al otro de que ande peleando por banderas que no son las que tiene que levantar, a menos que las levante por razones de coerción o de otros medios.
Pero, sí, me parece indispensable que el debate en las universidades y en las aulas se esté dando; que ahora mismo haya proyectos impulsados dentro de las universidades. Es imprescindible pero debe ser parte de la lucha misma de las universidades. Como tarea de cátedra, como tarea de estudiante, de sociedad, que en el aula entiende que tiene que crearse y producirse una revolución también.
AC: ¿Cómo se concibe la Libertad de Expresión de los colectivos si los entendemos como organismos simbióticos y vivos?
FBA: Como una necesidad imperativa, como una construcción que no puede eludirse, como una fortaleza misma. Ningún colectivo puede obviar en sus discusiones el estado que guarda la Libertad de Expresión en el seno mismo de ese colectivo.
AC: ¿Qué sugiere usted hacer para avanzar en la estructuración de acciones concretas para proyectar en todos los sentidos la verdad de nuestro proceso revolucionario? Considero que estamos atrapados en un modelo de discusión de nuestra realidad ya vencido; no hay acciones efectivas, todas están siempre en discusión entre quienes le ponemos corazón a esto.
FBA: Buena pregunta. Me da pie para desarrollar algunos asuntos. Una de las primeras tareas por hacer es darnos al trabajo de que todos los medios y sujetos que están construyendo este proceso revolucionario también en la Comunicación puedan sentarse (podamos) a construir coordinación interna. Todavía falta hacer mucho en las embajadas venezolanas en el mundo. Hay espacios que las embajadas no están cubriendo hoy por hoy. Lo sé porque he hablado, por ejemplo, con los compañeros de prensa de la embajada en Argentina y ahí podríamos estar impulsando un montón de charlas, conferencias, reuniones. Estábamos inventando hacer un café Telesur para invitar a unos veinte amigos a tomar café, pasar un programa de Telesur y recoger opiniones y comentarios. ¡En Argentina, siendo socia de Telesur, no se le puede ver por el canal del Estado, no lo acabo de entender! Pero ocurrirá cuando todos empujemos, todos denunciemos y todos le pidamos a Kichrner que se haga visible Telesur.
Porque es preciso que se vea Telesur, y Telesur hablando de Venezuela es absolutamente vital, como es vital que Radio Nacional de Venezuela se oiga no sólo por la vía de internet sino que podamos llevar discos, cintas, etc., para que los estudiantes, los trabajadores, los obreros escuchen que es posible y cómo se hace posible esta experiencia.
Y la tarea de coordinación de los recursos que ya existen tiene que optimizarse porque se desperdicia mucha energía y nunca se capitaliza en fortalecer la presencia de Venezuela en el mundo entero.
AC: Hay quienes dicen que en Venezuela no hay Libertad de Expresión. ¿Verdad que Venezuela es el país con más Libertad de Expresión?
FBA: Sí, pero imperfecta todavía, seamos conscientes. Es un país en el que hay grandes avances, muy significativos y prometedores, pero no hagamos de esto un fetiche ni nos auto engañemos. Hay todavía muchísimo por hacer. La realidad de la experiencia de la Libertad de Expresión en Venezuela ha dado pasos gigantes que van por delante de muchas experiencias de muchos países.
Pero es verdad que todavía es una Libertad de Expresión naciente, chiquita, que busca sus nuevas herramientas, sus nuevas estrategias y posibilidades. Hay que cuidarla mucho, alimentarla bien pero hay que llevarla a un desarrollo en el que vaya garantizándose que no va a tener reflujo, que no habrá retorno. Y ahí hay mucho por hacer, no nos quedemos confiados. Lo de RCTV todavía no ha pasado la tormenta. Todavía no estamos librados de las arremetidas. Anoche escuché en el programa “La hojilla” del Canal 8 que unos líderes de RCTV después de la manifestación salieron corriendo para Miami. No nos sorprenda que estén pergeñando algo nada simpático para este proceso revolucionario. Debemos estar muy atentos.
Miren, ya que la vida no va a ser larga que por lo menos sea ancha, como dice Carmen Boullosa. Hay que ensanchar el proceso de Libertad de Expresión; por lo menos abrir los cauces.
AC: Mientras en Venezuela se intenta democratizar el espacio radioeléctrico en México se legisla más bien para proteger a los dueños de medios. ¿Tiene tanto poder político Televisa?
FBA: Sí. Y económico también. ¿Oyeron lo que decía el vicepresidente Rodríguez hace unos días? También el ministro Chacón en unos documentos que ha publicado, dice más o menos: En otro país si se les hubiera suspendido la concesión, hubieran derrocado al propio gobierno. En México si a Calderón se le ocurriera quitarle a Televisa las concesiones, mañana no aparecería como presidente. Entonces hay una significativa diferencia. Televisa es dueña de un mega monstruo monopólico que abarca, no solamente muchas televisoras nacionales y extranjeras, sino prensa, revistas, radio, control de telefonía: es un mega monstruo.
AC: El señor Bronwfield, embajador de Estados Unidos en Venezuela, dijo hace dos días que su gobierno respeta las decisiones del gobierno venezolano. Sin embargo afirmaba que hay acuerdos con organismos multilaterales que se debían respetar en cuanto a la Libertad de Expresión. En este momento el gobierno de Estados Unidos a través del Departamento del Tesoro IRS tiene una disputa legal contra el periodista (más bien documentalista) Michael Moore por un documental filmado en Cuba. ¿Cómo se llama este tipo discurso?
FBA: Hipocresía. Doble moral. Mentira. Traición. Canallada. Los peores adjetivos porque eso es hipocresía pura. Claro que hay que reivindicar los convenios internacionales en materia de defensa de la Libertad de Expresión pero eso es trabajo de los yanquis y no van a poder refrendar semejantes cosas porque no se sostienen ante un análisis crítico.
AC: ¿Cómo percibe el Pueblo mexicano la revolución Bolivariana, este proceso de cambio político, económico y social que se vive en Venezuela? ¿el escenario mediático nos perjudica? ¿existe alto porcentaje de mala información? De ser así, ¿tenemos la oportunidad en México de desmontar esa manipulación? ¿cuál sería el medio y el método?
FBA: Sí hay una agresión permanente, sí hay un bloqueo permanente, sí hay una actitud sistemática de degenerar todo lo que suene a Venezuela. La situación es muy difícil: a población abierta hay muy poca información, a población abierta casi no se sabe lo que está pasando acá pero sí hay movimientos y grupos sociales que hacen cosas por acarrear información, por abrir charlas. Participo de un movimiento de la Fundación de Estudios Socialistas Federico Engels dentro de la cual hay un movimiento -Manos fuera de Venezuela- que organiza encuentros, reuniones, manifestaciones públicas, etc., para construir espacios de información sobre lo que sucede en Venezuela.
Ahora, la única manera que veo de derrotar este bloqueo es seguir trabajando en la divulgación y participar con las organizaciones sociales que conozcan el proceso venezolano porque debemos hermanar las luchas; es en las bases sociales de las luchas desde abajo donde se hermana esto y donde se derrota lo otro.
¡Miren ustedes los esfuerzos desmesurados que ha debido hacer Telesur para ganar espacios! Ha sido una lucha verdaderamente titánica poder ganar espacio en los cables, en cuanto rinconcito se le pone a modo para difundir Telesur y difundir a Venezuela a través de ese canal. Y son unos bloqueos espantosos. ¡Cómo han hecho en tan poco tiempo para lograr la presencia que ha logrado Telesur en América Latina, es algo que me pregunto! Pero ha conquistado la solidaridad de mucha gente que, de a poco, va enterándose. Esa ha sido la ruta.
AC: ¿Cómo lograr que RNV y los medios del Estado -y los que no lo son como VIVE y TVes- bajen a las bases del Pueblo, centren el debate y formen los nuevos medios que queremos con el Pueblo y los periodistas fundidos en uno solo?
FBA: ¡Pues ahí va a estar el Partido ofreciendo un espacio para discutir cómo tienen que comportarse los “medios”! De todas maneras está claro. ¿De dónde sale Telesur sino de la iniciativa que obedece a un mandato de un proceso revolucionario que viene desde abajo? ¿cómo se mantiene? ¿de dónde aparece VIVE con todas y todos que son un laboratorio extraordinario de posibilidades inéditas?
Lo que se ve en VIVE, en pocos lugares se ve. VIVE nos desafía a ver si somos capaces de aprender a gustar de esas formas de comunicación porque a nuestros prejuicios en el gusto (lo que creemos que es divertido, entretenido, simpático) VIVE les plantea unas interrogaciones fuertes. He participado en algunas discusiones donde se dice: Una mesa redonda puede ser entretenida (una mesa redonda es un objeto de estudio estético, plástico, poético, para descubrir un montón de cosas que VIVE nos propone). Y ahí en esas pantallas se ve a la gente en pie de lucha en distintos espacios: campesinos, obreros. Tiene un programa llamado “Control Obrero” por ejemplo. Tiene otro programa llamado “Construyendo República” y la gente va y toma la voz y hace de la palabra una ruleta magnífica de ideas.
O sea, hay experiencias que me parece que ya están siendo obedientes a las necesidades que vienen desde abajo. Pocas todavía, incipientes todavía, imperfectas. Ahí está un trabajo que hay que librar.
AC: En relación con el decorado que nos suministró el compañero pintor, ¿qué significado tiene el cuadro de personas encapuchadas y armadas al lado de un cuadro de Chávez y Bolívar? ¿cree que eso pueda crear alguna confusión?
FBA: No. Creo que es hoy la iconografía de América Latina, continente en pie de lucha construyendo la rebeldía, construyendo la inconformidad, construyendo el proceso revolucionario, ¡a menos que alguien los confunda con narcotraficantes asaltando un camión, y ya eso sería como mucho! Pero me parece que es este un bocadillo de construcción simbólica que uno agradece siempre porque es la memoria activa de cosas que se dicen.
¿Por qué les llama la atención América Latina hoy? Porque es un hervidero de procesos, de inquietudes y propuestas revolucionarias. Más lentas, menos o más adelantadas pero es eso, en comparación con lo que pasa en otros lados. Entonces no creo que haya mucha equivocación. Por lo menos yo lo entiendo como el referendo simbólico de un espíritu que anda flotando por todo el continente.
AC: Y yo agrego que esos encapuchados son encapuchados armados y poetas. Otra pregunta: ¿Usted cree que en Venezuela existe un solo lineamiento de información y que los medios de comunicación no son interactivos? ¿todos se guían por una sola información?
FBA: No lo creo de ninguna manera. Por lo menos ni política ni pragmáticamente se ve eso. Más bien a veces hay hasta contraposiciones internas producto de cierta descoordinación incluso ¿no? No lo veo por ningún lado.
AC: ¿Y qué pasó con López Obrador? No se sabe nada de él.
FBA: Pues ahí anda, durmiendo la siesta o algo así. Quienes quisiéramos verlo más pilas, no lo vemos por donde creemos que debe andar.
AC: La libertad de expresión comienza por nosotros mismos, por liberarnos de los dogmas que encadenan el pensamiento. ¿No cree usted que en Latinoamérica la religión juega un papel muy importante en cuanto a cercenar la Libertad de Expresión?
FBA: Sí, ni duda cabe. Pero haría una distinción clara entre el concepto religión y las creencias personales que cada cual pueda tener y el papel de las iglesias como instituciones represivas. Y también haría una distinción para saber que en algunos países las iglesias jugaron un papel solidario con la represión y con la exterminación de la Libertad de Expresión y que en algunos otros países han sido –incluso- factores de liberación. Para no hacer un rasero general injusto, habría que caracterizar y discernir.
Sí les puedo decir que en México ahora que cierto sector de la iglesia más recalcitrantemente conservador ha tenido espacio de gobierno hombro con hombro con el régimen espurio de Calderón, ahí, por ejemplo, detrás del propio Calderón hay una organización clandestina llamada “El yunque”, que representa a los neo fascismos más enfurecidos y febriles de la historia del continente y del mundo. Ahí están metidos esos grupos que ya andan pergeñando cosas como prohibir el uso de la minifalda y en algunos municipios donde gobierna el Partido de Acción Nacional lo han convertido en reglamento de gobierno. Hay lugares que se persigue a los jóvenes, las fiestas de los jóvenes, los encuentros juveniles, poco a poco los han ido cercenando y otra cantidad impresionante de acciones donde la iglesia –esa iglesia- cumple un papel solidario con la represión. Eso también está en pie de lucha.
AC: Me parece muy positivo este tipo de encuentro, foro, conferencia, etc., pero ¿quedarnos en el plano intelectual es suficiente? Por ejemplo, usted con todo su conocimiento, ¿cómo ha ayudado a los niños de la calle en su país?
FBA: Participo en una organización política en México que interviene directamente en la lucha de los niños callejeros tratando de construir organizaciones de los niños callejeros como una fuerza política de ellos mismos, propia. No con una lógica mesiánica de “aquí vengo yo a salvarlos”, sino contribuyendo con ellos a desarrollar sus luchas y sus tareas que tienen escalas muy diferentes según las necesidades. De modo que sí, puedo decirles que incluso con movimientos como el movimiento documentalista en el que también participo, hemos producido en la práctica concreta documentales y acciones de intervención de imágenes construidas con las organizaciones de niños callejeros. Esa es una de las luchas que se están dando.
Pero lo más importante me parece es saber que, incluso en la posibilidad de organizar este tipo de encuentros, incluso esta práctica del encuentro para charlar y escucharnos y decirnos cosas bajo la modalidad de alguien que habla, dice y expone y después contesta cosas que pueden no ser simpáticas o pueden no ser grandes verdades pero que en todo caso proponen una forma de escucha, una forma de espejo y una forma de construcción.
Pero sobre todo quisiera cerrar este encuentro con una afirmación muy importante para mí: dejar en ustedes la certeza de que uno viene a Venezuela, aprende de ustedes y se va con la responsabilidad de ir a cumplir una tarea política fuera de Venezuela: comunicar los avances de este proceso revolucionario. Y eso es una práctica política.
AC: Muchas gracias a todas y todos por haber participado en esta charla con el Dr. Buen Abad Domínguez, amigo de trinchera.