04 de enero de 2013.- Ya ha pasado. El País ha mentido tanto sobre lo que pasa en Venezuela que sus informaciones parecen relatar los hechos de una Venezuela ubicada en un universo paralelo al nuestro.
Lo que el periódico publica no se corresponde con la realidad. Son más bien los sueños neoliberales de los dueños de El País, lo que les gustaría que estuviera pasando en estos momentos. Y eso no es otra cosa que una "transición" -sin Chávez por supuesto- que desembocase en un nuevo robo de los recursos naturales de Venezuela y en la privatización de las funciones del estado, para volver a convertir los derechos en un rentable negocio.
Tanto es así que la portada con la que El País cerró el 2012 tenía "Los militares se convierten en el árbitro de la transición venezolana" como titular. El País se ha esforzado mucho en el último mes dando forma al argumento que presenta a los militares como un ente ajeno -ideológicamente- a la Revolución Bolivariana. Han tenido que hacerlo así para justificar una inexistente "lucha por el poder" entre los militares con su candidato Diosdado Cabello contra Nicolás Maduro.
Si El País se hubiera interesado por lo que pasa en Venezuela en vez de crear una realidad paralela con sus mentiras, sabrían que uno de los principales anhelos, ya convertido en realidad desde hace varios años, del presidente Chávez es la "unión cívico-militar". Base de la Revolución Bolivariana. Mucho antes de llegar al poder democráticamente, el presidente Chávez hablaba de la importancia de la unión entre el ejército y el pueblo, concebido esto como que los militares están para servir al pueblo.
Nada más llegar al poder Chávez movilizó al ejército en tareas de protección social. El militar venezolano no estaba para reprimir al pueblo, estaba para ayudarle a arreglar su casa o para traerle alimentos. Después de catorce años esa unión cívico-militar está bien asentada.
El País sabe muy bien la opinión que la sociedad española tiene sobre los militares, y la aprovecha para presentar al ejército venezolano como una institución oportunista a la que solo le interesa el poder y no la ideología. Sin embargo hay muchos ejemplos que contradicen eso. Roland Blanco La Cruz fue gobernador del estado Táchira -en Venezuela- desde el año 2000 hasta el 2008, ferviente admirador de la Revolución Cubana se destacó por la construcción de viviendas que otorgó gratis a los sectores sociales de más bajos recursos. Ramón Rodríguez Chacín, otro militar venezolano expulsó a la agencia antidrogas estadounidense durante 2006. Los militares venezolanos tienen el socialismo como ideología y la fidelidad a la revolución bolivariana impulsada por Chávez como bandera.
Pero al periódico El País hace mucho tiempo que la objetividad no le importa lo más mínimo. Está aquí para proteger los intereses de la oligarquía que lo posee y a eso se dedica. Si hay que inventar que hay una lucha por el poder en venezuela, pues se inventa una historia que sostenga la mentira lo mejor posible.
El País justifica en su noticia la importancia que va adquiriendo el ejército en una carta escrita por Chávez que Maduro leyó en un acto celebrado con militares. Para el rotativo es evidente esa importancia del ejército porque al acto acudió Diosdabo Cabello. ¿Qué tiene de especial que el Presidente de la Asamblea Nacional -Cabello- acuda a un acto del estado?
No se puede justificar que existe una lucha por el poder basándose en que los altos funcionarios del estado han acudido a un acto de estado. El País lo sabe. Por eso enlaza en esa parte de la noticia donde pone "Esta vez la fecha fue ocasión de indicios explícitos sobre la importancia que las Fuerzas Armadas van adquiriendo como árbitro en la lucha por el poder que se gesta en el interior del chavismo" un enlace a otra noticia suya en la que no se habla de ninguna lucha interna. Es un argumento vacío que no se puede rellenar ni con mentiras.
Pero si se le puede dar credibilidad. Qué mejor que encontrar un analista converso como Heinz Dieterich, que pasó de apoyar la Revolución Bolivariana a ser altavoz de la derecha. En la noticia del rotativo se lee "El diario brasileño Folha de São Paulo, daba a conocer una entrevista con un antiguo ideólogo de la revolución bolivariana, el académico alemán Heinz Dieterich, quien desde México, donde reside, aseguró que "los cubanos no tienen influencia en la sucesión. Los militares leales a Chávez, este sí es el factor clave". Lástima que la cita se quede ahí y no podamos leer una explicación del por qué.
El País no lo dice porque ocultando el giro a la derecha que ha experimentado Heinz Dieterich en los últimos años, puede presentarlo como una persona de izquierdas que se desvinculó de Hugo Chávez por el desacertado rumbo político que éste le ha ido dando a su revolución. A la derecha mediática le encantan los conversos por esta razón, les sirve para atacar al objetivo tanto por la izquierda como por la derecha.
Heinz Dieterich defendió al gobernador de Lara Henry Falcón cuando éste salió del PSUV al no parecerle bien que Chávez ordenase la expropiación de una empresa privada que acaparaba los alimentos para subir su precio. Ha criticado que Chávez se acercase tanto al "régimen cubano" y predijo para hace 2 años la muerte de la Revolución Bolivariana por la devaluación del bolívar entre otras cosas.
Otro dato que aporta El País es que los militares controlan la friolera de 3 ministerios de un total de 31, un 9% del total. Lo gracioso es que el propio periódico dice que "en cualquier escenario, el visto bueno militar parece imprescindible. No tanto por su poder de fuego, sino por el control logístico y administrativo que las Fuerzas Armadas mantienen sobre funciones vitales del Estado".
Mientras tanto, en la Venezuela que sí existe, Nicolás Maduro está haciendo un buen trabajo como vicepresidente, siendo la cara visible del Gobierno de Venezuela mientras Chávez se recupera con algunas complicaciones en La Habana. El País sabe que el PSUV y sus aliados están unidos y que la única "transición" será la que ya está en marcha desde hace casi 15 años, la que camina al socialismo.
Quizá por eso el diario español se ha inventado una historia de ciencia ficción, porque solo en la imaginación, los que empobrecieron a Venezuela pueden volver a hacerlo.