4 agosto 2014 - El impulso a la agricultura urbana como una fuente de desarrollo autosustentable es una de las premisas que define el proceso de la Revolución Bolivariana que encaminó el Comandante Hugo Chávez hace 14 años y que hoy rinde frutos de la mano del presidente Nicolás Maduro. Esos mismos frutos se ven reflejados en la primera Casa de Cultivo de Platabanda para Medios Públicos, ubicada en Vive Televisión.

Es la segunda que se instala en la capital, la primera está ubicada en La Bandera y sirve como siembra de cultivo para el Poder Popular.

Desde lo más alto del edificio Foro Libertador, en la avenida Panteón, los trabajadores de Vive comenzaron hace dos meses un proyecto que jamás podrían haber imaginado: sembrar tomates y recoger la cosecha para su consumo familiar en el lugar de trabajo, al mismo tiempo que llevan a cabo sus labores.

El presidente de esta institución, Mauricio Rodríguez Gelfenstein, asegura que el sentir revolucionario influyó en la realización de este proyecto.

“La idea de tener plantaciones en la ciudad fue el primer factor que influyó en la creación de la casa (de cultivo), ya que es una de las propuestas revolucionarias del Comandante Chávez y que se propone con la finalidad, entre otras cosas, de combatir la guerra económica”, dijo.

También incidió el espacio, las condiciones climáticas y el interés de los trabajadores por desarrollar actividades extracurriculares para fortalecer los beneficios colectivos, tal y como se plantea en la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo (Lopcymat).

INCLUSIÓN Y PARTICIPACIÓN

En el canal desde el personal que efectúa el mantenimiento de la planta hasta el personal directivo se incluyeron en la propuesta.

Mauricio Salcedo, coordinador de Servicios Generales, recuerda que desde un principio le atrajo la idea. “He venido participando de manera activa porque es una forma de que los funcionarios públicos rompan la tradición y se empoderen de estos proyectos como lo es aprender a cultivar los alimentos y generar una cultura nueva en la comunidad, porque es un producto sano que se venderá entre los mismos trabajadores”, expresó.

INDUCCIÓN COLECTIVA

Para lograr hoy día tener la siembra de tomate se contó con La Fundación de Capacitación e Innovación para Apoyar la Revolución Agraria (Ciara), ya que este es el ente encargado de incluir la participación protagónica de las comunidades rurales y periurbanas del país, a través de un proceso local de organización, capacitación, innovación y acompañamiento socioproductivo.

Verónica Torrealba, técnico de campo de la Fundación Ciara, relató el proceso de instalación de la Casa de Cultivo de la cual es parte fundamental.
“Una vez que tuvimos la solicitud de la televisora se instaló la estructura y se comenzó el trasplante de las plántulas de tomate de una vez con los trabajadores. La inducción fue práctica y no teórica de manera de acelerar el proceso”, recordó.

Un total de 440 plántulas fueron trasladadas desde la Universidad Simón Bolívar, a través de un convenio de intercambio, y las semillas fueron traídas desde el Instituto Nacional de Investigaciones Agrícolas, ente adscrito al Ministerio del Poder Popular para la Agricultura y Tierra.

La casa consta de 140 metros cuadrados con ocho líneas de plantación y 44 plantas en cada una de las líneas, estimando una producción de 2 mil kilos de tomate. Hace una semana se recogió la primera cosecha que dio como resultado 25 kilos.

“Este trabajo no es solo una técnica, también se basa en el aprendizaje para que las personas sirvan como agentes multiplicadores. Se les dio la inducción y ahora tienen un cronograma donde cada uno de ellos sube a diario a revisar el cultivo, hacen la poda, el riego y el tutoreo. Tienen horarios y cada quien su responsabilidad dentro de la casa”, afirmó Torrealba.

RESPONSABILIDAD Y CONOCIMIENTO

No cualquiera puede manipular la siembra, para entrar al lugar también hay reglas y debe hacerse un punto de desinfección en dos pipotes que están en la entrada, uno con agua y cloro y otro con agua potable, así lo contó Margarita Cáceres, quien ya se considera experta en la materia.

Ella tiene diez años trabajando como aseadora en el canal, ahora ascendió a mensajera interna y se incluyó en el proceso de siembra porque quería aprender a cultivar para luego hacer lo propio en su casa.

Luz Marina Ardina, con tres años en el canal como aseadora, igualmente aprendió la técnica, “ya yo sabía sembrar porque soy del campo, pero no sabía de la siembra de tomate. Cuando entro aquí me distraigo y se me olvida todo”.

Dubraska Díaz, psicóloga de la institución, comparte esta idea, siente que el trabajo se hace más ameno porque se recrean, “es como estar embarazada y ver nacer al bebé, cuidarlo y verlo crecer, es el mismo proceso”, concluyó.

Proyección y beneficios

Los 16 empleados de Vive Televisión le agarraron el gusto al trabajo de campo y una vez que se recoja la cosecha completa, aproximadamente en tres meses, se discutirá entre los trabajadores el próximo fruto por sembrar, al igual que el costo en el que se venderán los tomates a los empleados.

Mientras tanto siguen realizando el cuidado del espacio y también el riego, desde un tanque de agua que está en la parte externa y ahí se le aplican los fertilizantes, una mezcla de nitrógeno, fósforo y potasio. Se hacen siete riegos de siete minutos cada uno durante todo el día, desde las 8 de la mañana hasta las 2 de la tarde. Cada planta recibe aproximadamente 1,5 litros de agua. Cada empleado se encarga de hacer cumplir las leyes, es importante al entrar al lugar no haber tocado otras plantas porque esto genera contaminación. Una vez que se recogen los tomates, la planta cumple su ciclo y con retiradas.