Es indudable que unos de las misiones más emblemáticas creada por el comandante Chávez, no es otra, que la misión ADULTO MAYOR cuyo objetivo principal era reconocer las arduas labores de, entre otras, las amas casa quienes, con su esfuerzo lograron levantar familias enteras; mientras sus maridos se ganaban su sustento para traer los alimentos y satisfacer otras necesidades de sus respectivos hogares y de manera simultánea esta misión trataba y, aún trata, de perforar esa roca dura-como decía el comandante- que es ese 5% de pobreza extrema la cual no es fácil de erradicar. No obstante, el otorgamiento de miles de pensiones a través de este instrumento ha logrado que muchas familias hayan salido de su difícil situación económica.
Ahora bien, a pesar del gran esfuerzo del comandante, todavía existen miles de viejecitos de la tercera edad quienes, a pesar de estar debidamente registrados, no han podido obtener ese beneficio. Alguien me decía por ahí que siente más satisfacción un viejecito de estos al recibir la noticia de la asignación de su pensión, que un ricachón ganarse miles de millones de dólares en un negocio. Para estos últimos es simplemente un negocio más, mientras que para aquellos es un hecho trascendental de su existencia el cual, sí tienen conciencia, lo agradecerán toda su vida. Es más, conozco personas quienes al recibir su pensión, lograron cambiar totalmente su vida y saben que para sobrevivir no dependerán de nadie. De la misma manera, conozco a infinidad de personas quienes, aún mantienen la esperanza de ser beneficiados por esta política de inclusión.
Por eso presidente usted ,como digno hijo del comandante Chávez , debería en atención a los artículos 80 y 88 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y, previo estudio de factibilidad económica, ordenar de un plumazo la adjudicación de la pensión a todas esas personas registradas en dicha misión, siempre y cuando, tengan la edad correspondiente y no posean las cotizaciones necesarias, asimismo, extensivo a aquellos venezolanos y venezolanas que sufran una discapacidad permanente y que, por su condición física o intelectual, no puedan desempeñarse en una labor de su competencia.
Presidente, el estado venezolano posee recursos y la capacidad de sustentabilidad en el tiempo para que mediante esta acción, ningún venezolano carezca del dinero necesario para la adquisición de los productos de su dieta básica. Además, incrementará el poder adquisitivo de esa población que durante mucho tiempo, consagraron los mejores años de su vida productiva en beneficio y protección de su entorno familiar y, por ende; en pro de esta tierra llamada Venezuela la cual ha sido, afortunadamente, bendecida por la providencia. No olvide señor Presidente que en ese largo listado de personas pendientes por el otorgamiento de dicha pensión, existen un sinnúmero con una avanzada edad, enfermos y, muchas veces; abandonados a la buena de Dios por sus propios familiares.
Presidente, hagamos como solía decir el comandante Chávez: Vayamos por ellos, sin exclusión, sin discriminación y sin distinción de su preferencia política. Todos son venezolanos y todos merecen la atención de la revolución y, estoy completamente seguro, que sí usted cumple con este legado dejado por el Comandante, usted en ese mismo momento, conectará un largo jonrón con las bases llenas y en su recorrido por las bases con su puño en alto, recibirá las más cerrada ovación de sus partidarios, especialmente, los viejecitos y de todos aquellos que, por ahora, no lo son. Ahí le dejo la escena preparada, presidente. ¡Métala en la mitad de las gradas!..
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