Manos femeninas edifican la Misión Vivienda Venezuela

Credito: AVN

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8 oct. 2014 - Lo primero que llama la atención al llegar es el sonido de los taladros, las sierras, el transporte de carga. Son 25 mil metros cuadrados ocupados por una faena obrera proactiva que construye en una fábrica 3 mil 264 apartamentos de la Gran Misión Vivienda Venezuela (GMVV).

Un día como cualquier otro, al llegar a la fábrica, ubicada en el sector La Giulina, vía Santa Teresa del Tuy, municipio Independencia, en el estado Miranda, y familiarizarse con el ambiente, poco a poco se va detallando un patio dividido en 21 áreas en las que manos finas, sonrisas coquetas, tiernas y orgullosas nos dan la bienvenida y nos atrapan la mirada.

Cómo no sorprenderse, si de 131 trabajadores de esta fábrica, 125 son mujeres, que con botas de seguridad, lentes, guantes, mascarillas y pantalones -bien puestos-, una hermosa sonrisa, y perfumaditas, se presentan orgullosas de haber roto barreras culturales, de haberse librado de prejuicios y ser parte de un equipo de trabajo que, hasta hace poco, era dominado por el género masculino.

Estas mujeres forman parte del Grupo Essetium, un consorcio de empresas españolas que opera en los sectores de materias primas para la construcción, edificación y promoción inmobiliaria.

En junio de 2011 el Ministerio para la Vivienda y Hábitat suscribió un contrato con el grupo Essetium para la ejecución de un proyecto de la Gran Misión Vivienda Venezuela (GMVV), creada por el Líder de la Revolución Bolivariana, Hugo Chávez, en febrero de 2011, para que las familias venezolanas tuvieran una vivienda digna.

El acuerdo comprende la construcción de 51 edificios del complejo habitacional Ciudad Bicentenaria, ubicado en Santa Teresa del Tuy, a hora y media de la ciudad capital, el cual se ejecuta bajo el método de construcción de viviendas preindustrializadas de hormigón elaborado en el lugar. Un concepto de vivienda social que se construye para que cada unidad tenga de 50 a 80 metros cuadrados.

Las familias venezolanas favorecidas por este proyecto contarán además con: áreas verdes, seis simoncitos (centros de educación inicial), tres escuelas, dos liceos, tres canchas, cuatro consultorios de atención integral y ocho zonas comerciales.

DESEMPEÑO INTEGRAL

Observar cada detalle, ver de cerca cómo cada una de las trabajadoras ejecutan con destreza, esmero y de forma brillante sus labores, es una experiencia poco común, pero fascinante.

Enseguida nos acercamos al área de construcción de paneles (paredes exteriores) y allí está Maryorie Castillo, una joven de 28 años, quien junto a sus compañeras llevan a cabo lo que para ellas es su rutina diaria, pero para cualquiera representa una novedad.

“Llevo siete meses y confieso que desconocía qué tipo de trabajo iba a realizar en la empresa, nunca dudé en aceptar el reto, de aprender un nuevo oficio”, comentó a AVN mientras continuaba sus labores.

Esta joven venezolana es madre de tres hijos, vive en el sector Mopia, a pocos minutos de su lugar de trabajo. Antes de ingresar a la fábrica, Maryorie trabajó como comerciante informal en Santa Teresa del Tuy.

“Jamás imaginé que podría estar en una empresa del sector construcción. Cuando entré y miré otras obreras trabajando, me pregunté: ¿Qué es esto? ¿Dónde estoy?”, contó.
Manifestó con orgullo y un brillo en sus ojos que el trabajo que realiza es para construir hogares. “Hoy no soy la misma mujer que ingresó a esta empresa; me siento orgullosa del oficio que realizo y le digo a otras mujeres que sí podemos hacer todo lo que nos propongamos”.

Como en toda jornada de trabajo diario de ocho horas, las obreras deben aprender acreca de las 21 áreas de labores distribuidas en la empresa para lograr construir cada vivienda, logrando así un desempeño integral.

El oficio lo aprenden haciendo –comentan con entusiasmo– áreas de paneles, montaje de marcos y ventanas, adecuación de tuberías de aguas blancas, soldadura y cerramiento perimetral.

Reivindicación laboral

Yacsuri Amarante, es ingeniero civil. Es responsable del área de producción de la empresa. Con entrega dirige a este equipo de 125 mujeres y seis hombres, cuya diferencia de género se diluye al iniciar cada jornada.

“Cuando la empresa Método Constructivo Habitacional (MCH) comenzó a funcionar (2012), se habilitó un galpón provisional mientras construían la fábrica”, dijo.
Detalló que en principio la nómina solo era de 60 trabajadores, de las cuales siete eran mujeres encargadas del área administrativa y servicios generales. Luego esas mismas mujeres “fueron asumiendo progresivamente las funciones de los hombres”.

En la medida en que aprendían, se fueron incorporando más féminas en el área de construcción.

“Esto se convirtió en un efecto dominó y hoy el 90% de la nómina es femenina. Esto se debe a que la mujer ha demostrado que puede hacer este trabajo igual o mejor que los hombres”, expresó.

Amarante señaló que, además de impulsar la industrialización en el proceso de construcción de viviendas, la empresa MCH innovó al incorporar la mano de obra femenina al sector y capacitarlas bajo la modalidad “aprender-haciendo”.

Bryan Manuel Toro tiene 26 años y es uno de los pocos hombres que desde hace dos años trabaja para esta empresa. Se desempeña como supervisor del área de estructuras metálicas.

A su juicio, la ventaja de trabajar con mujeres es que las cosas se hacen con delicadeza, cuidando cada detalle y el acabado de su trabajo.

“Las mujeres han demostrado que pueden desempeñarse muy bien en el trabajo de construcción, ellas tienen capacidad para realizar cualquier tipo de actividades”.
Soldar y manejar una unidad montacarga son parte de las funciones que deben cumplir estas trabajadoras. “Ellas han vencido sus miedos y se han empoderado de todos los procesos”, dijo.

Carmen Itriago, de 25 años, habita en el sector La Guadalupe (vía La Raisa). Comentó que ingresó hace un año a la fábrica después que le informaron que iban a contratar personal para realizar diversas actividades.

Otro de los logros que enumeró Itriago fue haber sido beneficiada con la adjudicación, hace dos meses, de un techo propio en un urbanismo de la GMVV en la zona.



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