La inseguridad en la campaña opositora

Toby Valderrama en “Un grano de Maíz” plantea que “la inseguridad es hija directa del Sistema Capitalista”. Inclusive, el capitalismo no sólo es una máquina de causar delincuencia de diverso tipo, sino que ésta y la inseguridad le son funcionales en la medida en que, -hablando en clave de la derecha-, forman parte de un negocio y de una eficaz táctica política desestabilizadora.

¿Cuáles son las causas de la inseguridad? Roberto Briceño León, ideólogo de la oposición venezolana en la materia, nos ilustra:

“La violencia en América Latina había sido, fundamentalmente, rural y política. A partir de los años setenta y, sobre todo, de los ochenta, la violencia se concentra en las ciudades y se convierte en un fenómeno urbano. Esto afecta a la mayoría de los países del continente y presenta tres variables, que nosotros usamos en nuestros estudios: violencia, reflejada en homicidios, nivel de urbanización y pobreza. La violencia se genera donde hay alta urbanización y, a la vez, alta pobreza”.

Preguntemos a Briceño León, ¿cuál es el proceso que se profundiza a partir de las décadas que él señala? Para ese momento, en nuestro país el capitalismo encuentra su más elocuente expresión económica, política, institucional, social y cultural, a través del hegemónico pacto de Punto Fijo.

 ¿Recordará que en 1989 estalló estridentemente la mayor crisis del famoso pacto que reportó cientos de muertos y lesionados que tristemente alertan sobre las consecuencias de la imposición de un sistema que nos convirtió en un país con una mayoría poblacional sumergida en la más profunda pobreza a pesar de los diversos e ingentes recursos naturales con los que nos bendijo o condenó la providencia? La violencia delincuencial no le es exclusiva a nuestro país, en realidad es estructural y no apareció en los últimos 10 años, tiene una historia de vieja data, indisolublemente ligada a la aberrante acción de la derecha aliada con los intereses trasnacionales que entregó cuanto pudo en el marco de la ilusión democrática.

Al “especialista” no se le escucha decir nada sobre el comportamiento de la criminalidad y las vías y formas que adquiere la socialización en valores en la Venezuela del último siglo. Sus sesudos análisis recientes obvian el aparataje cultural creado por el capital a través de los medios de comunicación masivos por más de 60 años, obvia que el pueblo fue convertido en consumidor pasivo de toda la porquería que venden y víctima de la inoculación de los valores capitalistas que lo impelen aún hoy a representarse la vida desde la acumulación de lo material, la vida resumida en la creación de necesidades que no puede cubrir, ¿o es sólo en los últimos diez años que hemos visto hechos de violencia por motivos fútiles, como el robo de zapatos de marcas de moda?

Tampoco menciona, aún cuando conoce suficientes estudios de referencia, que la inseguridad es realmente un negocio. Hay diversos estudios criminológicos que describen la tendencia privatizadora del control social policial durante la cuarta república, a través de la proliferación sin límite de la vigilancia privada. Por supuesto, no ve ningún inconveniente en que la acción coercitiva sea ejercida desde el sector privado o por policías municipales y regionales que responden exclusivamente a la línea descentralizada sin importar la unidad nacional. El adefesio de aparato de seguridad que montó la derecha es consecuente, con la búsqueda de oportunidades de negocio y con el establecimiento de un sistema de control que privilegió la represión política, la impunidad, la arbitrariedad, la ilegalidad, la violación de derechos humanos, el ajusticiamiento, las ejecuciones extrajudiciales, la corrupción, la aplicación de leyes inconstitucionales (ej.: ley de vagos y maleantes), entre otras tantas cosas.

La conformación de cuerpos policiales, la contratación de funcionarios, la compra de equipos policiales, la formación policial, la conformación de empresas privadas de vigilancia, el comercio de armas y dispositivos de seguridad, la venta de espacios cerrados por parte de urbanizadoras, la importación de estrategias de control, la venta del producto de los medios de comunicación (cine, prensa, televisión, radio) son todas formas muy convenientes de generar dividendos sustanciosos a la empresa del control y/o de promoción de la violencia. Incluso el tema de la inseguridad produce, libros, revistas, profesores universitarios, institutos de investigación y especialistas.

De Roberto Briceño León es importante decir que tiene su propia institución, el  Observatorio Venezolano de la Violencia (OVV), utilizada por este desde hace años para legitimar, a partir de su fachada de “experto”, la campaña opositora dirigida sistemáticamente a incrementar en nuestro pueblo el terror y la asociación acrítica del fenómeno de la violencia a la ineficiencia del gobierno nacional en su control.

Supongo incluso -por conocer a algunos de ellos-, que investigadores serios que han participado en programas de investigación coordinados desde el OVV, verán con preocupación el que Briceño León, actúe públicamente como vocero de la oposición, camuflajeado con la mampara de la especialidad y de la asociación de universidades y por tanto, de investigadores, viéndose estos encerrados en el mismo saco de estiércol que constituyen las deplorables y antitéticas declaraciones mediáticas que hace. ¿O a caso, hay otra forma de calificar su triste aparición en la emboscada que el canal sionista gringo CNN montó a Andrés Izarra, Presidente de Telesur, cuando se propuso ejercer derecho a réplica por la sucia campaña que desarrollaron en torno al tema de las relaciones con Colombia y al tema de los guardianes de Chávez?

Verlo tan cómodo en esa televisora comprometida con la causa del golpismo en nuestro país y, como si fuera poco, acompañado del primer esbirro de Radoski, nos deja claro que sus sesudos análisis sobre la criminalidad están al servicio de los oscuros intereses políticos de la derecha apátrida.   

Decodifiquemos algunas de las cosas que ha dicho:

“…Entre el primer trimestre del año 2008 y 2009 en Caracas se observó un incremento de 30% en las muertes violentas y en el país se pasó de 3500 asesinatos a 4600, al multiplicar la cifra por los cuatro trimestres del año la proyección aproximada para finales de 2009 será entre 19 mil a 20 mil homicidios… por ejemplo si comparamos el promedio de la tasa de homicidios por cada 100 mil habitantes entre tres países latinoamericanos en el período 1994-98: Brasil tenía 22, México 18 y Venezuela 21” (¿Por qué Briceño León eligió ese periodo?, pudo, por ejemplo, tomar la década de los 80, la cual tiene en su haber al Caracazo.)

“En el 2008, Brasil bajó a 20; México pasó a 17, Venezuela llegó a 49 homicidios por cada 100 mil habitantes. La tasa de 28 muertes adicionales tiene que ver con la crisis de la institucionalidad y del pacto social que hemos tenido en Venezuela. Hay una crisis en la normativa, del valor de la ley, del quiebre de la norma como reguladora de la vida social”... Entre las causas que esgrime no esperemos encontrar el hecho de que nuestro país ha sido penetrado intencional y sistemáticamente por el narcotráfico y el paramilitarismo en función de abultar la victimización y el terror, y, así, la inmovilidad política y la responsabilización del gobierno por la supuesta ineficiencia en sus funciones. 

“…Colombia se ha convertido en un país menos violento que Venezuela a pesar de la guerrilla, el narcotráfico y el paramilitarismo” (¿Puede haber mayor mediocridad y apátridismo? Refiere cifras descontextualizadas subestimando la inteligencia del pueblo. Debe creer que la fosa común que encontraron en Colombia con 2 mil cadáveres, más la que terminan de conseguir con otros 400 muertos producto de enfrentamientos simulados durante el uribismo, están contabilizadas en las flamantes estadísticas que le hacen decir que aquel es un país más seguro que el nuestro. Debe ser por su aguda conclusión que el Informe Anual  sobre Migración Mundial, reporta que al 33% de la población colombiana le gustaría salir de allí y que en Venezuela sólo el 6% pensaría en emigrar; debe ser por eso que la colonia colombiana en nuestro país es tan numerosa.

“…Caracas vs Bogotá, la ciudad colombiana ha sostenido un descenso de 58 a 18 homicidios en el año 2007, en cambio Caracas tuvo 130 homicidios por cada 100 mil habitantes ese año, quiere decir que Caracas tiene 6 veces más homicidios y es 6 veces más insegura que Bogotá …esta situación está ocurriendo en el país a pesar de que supuestamente ha recibido más inversión social y presuntamente ha disminuido el desempleo. (Briceño Laón es capaz de introducir expresiones para sembrar dudas sobre la veracidad de los resultados de la política del gobierno).

“Y Venezuela, ¿en qué cifra está? –Según nuestros cálculos, estamos sobre los 50 homicidios anuales por cada cien mil habitantes. El informe de la Comisión Nacional para la Reforma Policial (Conarepol), encargado por Jesse Chacón, cuando estaba al frente del Ministerio de Interior, habla de 49; pero nosotros tenemos indicios muy firmes para pensar que pasan de 50.” (Aquí vemos la manera cómo pone en duda la data aportada por el ejecutivo venezolano, pero en nada parece cuestionar la data de otros países, probablemente el ex presidente colombiano, paramilitarista y capo de las drogas le merece mayor credibilidad).  

“Algunas autoridades han afirmado que los medios de comunicación en Venezuela no sólo abultan las cifras de criminalidad sino que, al informar sobre su ocurrencia, crean una innecesaria zozobra. ¿Cuál es su punto de vista al respecto? –La zozobra, que la hay, la crea la violencia, la realidad. Los medios de comunicación reportan lo que sucede en esa realidad. En el Observatorio Venezolano de Violencia, que integran cuatro centros de estudios (UCV, LUZ, UDO y UCAT), revisamos diariamente la prensa para analizar los reportes de sucesos, porque se han convertido en la única fuente de información frente a la voluntad de ocultar la data por parte de las autoridades”. (Por un lado descalifica totalmente al gobierno nacional y por el otro, legitima a los medios impresos privados como fuente creíble de información. La construcción social del hecho delictivo no es un descubrimiento de la oposición venezolana, pero su uso pragmático es permanente. Esta suficientemente estudiado y aplicado el proceso de construcción del miedo con fines políticos, a través de campañas comunicacionales sobre la inseguridad personal, con el fin de incidir en la intención de votos de la ciudadanía o para motivar la desaprobación generalizada hacia un gobierno. Briceño lo sabe, conoce que el miedo y el sentimiento de inseguridad, como problemas con entidad propia, no responden estrictamente al comportamiento fáctico de la criminalidad violenta. Veronica Zubillaga, investigadora bien conocida por él, lo explica ampliamente en varios de sus estudios.

“¿Qué ha hecho el Gobierno para impedir esa victimización de los más desfavorecidos? 
–Nada. Muy por el contrario, la policía, que tiene que cuidar y defender a la ciudadanía, está protegiendo funcionarios y al propio Gobierno... (Los criminólogos formados en la escuela crítica solemos decir que la mejor política criminal es la política social, Briceño parece apostar más al endurecimiento del control formal -más policía, más cárcel, más represión-, en vez de lo que ha sido la línea humanista del gobierno bolivariano, -inclusión educativa, misiones sociales, democratización del trabajo-. También es evidente la forma exprofesa como asocia a la policía solo al gobierno nacional y como deja correr de soslayo la idea de que el poder legislativo está al servicio del gobierno. Por supuesto, es mucho pedir que le de crédito a los esfuerzos realizados para crear la Policía Nacional y el diseño y ejecución de planes de control de la criminalidad en el marco del Estado de Derecho).

La oposición continuará afincándose en la construcción del miedo en función de generar el clima que necesita en la coyuntura de las elecciones de la Asamblea Nacional y con el propósito central de socavar la popularidad del Comandante Presidente Chávez como puerta para lanzarse con algunos de los planes de su agenda golpista.

Tomemos conciencia, como dice Toby Valderrama:

“El Socialismo, que restituye el sentido de sociedad, de consumo racional y natural, de valores del ser y no del tener, la ética socialista, con su contenido humanista, sus relaciones profundamente amorosas, es la respuesta definitiva a la inseguridad. Ese es el fondo de la discusión, se trata del enfrentamiento entre dos sistemas, entre dos éticas…” 

Desentrañemos lo aparente y, en actitud pedagógica, ayudemos a nuestro pueblo a recocer la verdad y a defender lo conquistado. La comunión pueblo Chávez es vital para mantenernos en la ofensiva, hagámosla invencible, ganemos la Batalla Admirable y con la mayoría de la Asamblea Nacional, trabajemos por la profundización de la revolución socialista. Patria, Socialista o Muerte, Venceremos…


irimoli@hotmail.com

 



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