A este desatinado coge vuelo en parapente nada le importa tener que escoger como su modelo político el mundialmente quebrado servicio neoliberal. La misma oposición sabe del rechazo general en contra de este sistema, toda está a diario en las noticas, aquí gobierno y oposición están enterados del mayúsculo desastre representado en la globalización americana.
Indignados, protestas en contra de las privatizaciones y el candidato venezolano defendiendo este abismo. Definitivamente, deben estar temiendo que ni un cohete ayudaría aquella campaña que despilfarra millardos y ni le explican al país de donde sacan tantísimo real.
Capriles discute la implementación del modelo privatizador, entreguista donde nada importan las tenebrosas imágenes de policías reprimiendo seres humanos que están pasando hambre y entre basura encadenada buscan comida en Europa.
La oposición es de J. J. Rendón el asesor que enseña a mentir y falsificar la verdad con un candidato justificador de toda la tradición política del fracaso. Si en el país aún estuvieran vivos Rómulo Betancourt, Carlos Andrés Pérez y Rafael Caldera, Capriles no dudaría por un instante en salir abrazado con ellos.
Definitivamente el candidato opositor cree que con él hay un cambio. Él, encarna la defensa de la mas lúgubre política venezolana. Desanimado centurión de la cobardía sin un ápice de valentía y menos de seriedad.
El candidato opositor ha quedado solo. Todos sus interesados amigos de la Mesa de la Unidad Democrática ya ni lo nombran menos se ayudan como lo habían jurado meses atrás.
La soberbia de la derecha impide que vean como se les ha pasado su histórico cuarto de hora. Las ganas de gobernar a la fuerza de imponerse de creerse los salvadores de la patria cuando entre todos la hundieron dan cuenta de una oposición sorda, separada de los reclamos del pueblo quienes le dicen en todas sus expresiones que los rechazan que se acabó que ya están hartos de los mismos que manejaron durante décadas el país a su antojo como si nada pasara.
Esta es la vulgaridad opositora rescatada hoy en Capriles, mañana en otro y siempre habrá majunches, frijolitos y los acostumbrados forajidos de la delincuencia vulgar opositora.
Esta oposición es un puente de papel mas falso que una escalera de anime donde todo se impone y sofistican hasta sus sombrías sonrisas.
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