Por negligencia o desinformación poco se comenta desde el interior del propio movimiento revolucionario que la alternativa que posee más simpatizantes no está predestinada infaliblemente a la victoria electoral porque siempre existen múltiples variables que pueden influir en el resultado comicial. Al conocer los temores, intereses y dificultades de los estratos del país, intentan su manipulación ideológica.
Se sabe que los más humildes son el principal respaldo de Chávez, por eso es un objetivo estratégico del oposicionismo hacer creer que la revolución ha abandonado las misiones y programas de protección social, y argumentan que un gobierno de la clase alta sería mejor gerente y ayudaría más a los pobres. A la clase media, intentan sembrarle miedo de que el régimen chavista se prepara para expropiar desde sus hogares hasta sus carteras.
Simultáneamente al campesinado lo atacan con propaganda injuriosa respecto a que los financiamientos que hoy reciben son sólo electorales y que al final generan pobreza.La aspiración de la burguesía es lo que se denomina “morder electoralmente” en el conglomerado históricamente bolivariano como por ejemplo la mayoría de la clase trabajadora y campesina, para reducir la ventaja de Chávez en ese ámbito. Asimismo, buscan consolidar una mayoría abrumadora en clase media y alta, al igual que en regiones desarrolladas donde tienen gobernadores y alcaldes.
Apoyándose en un gigantesco engaño propagandístico y con una alta movilización de sus seguidores durante el 7 de octubre (a la vez que obstaculizan de cualquier modo a los votantes nuestros) es en esencia como la derecha sueña con su gran mordisco electoral.
Constitucionalista. Profesor de estudios políticos e internacionales.
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