Gracias bicentenarias en la visita de Capriles a Mérida

La visita de Coproles a Mérida nos está sirviendo para hacer una cuasi sistematización de artículos publicados en esta serie, lo que proseguimos.  Cámara en mano, me fui de cacería y logré unas cuantas fotos de mi agrado (verlas en Historia para Fundamentar).  Pero ese no era mi único objetivo, sino el de re-corroborar lo de los símbolos, los nervios… y logré el propósito y algo más.

La asistencia, no fue ni fracción de la que lograron en la concentración de cierre de campaña, impresionante como ya lo dije en otro artículo; a pesar del tamaño reducido, es de sospechar que gastaron un bolón de plata y nadie sabe quién financia, porque los picher de aquí, aparte del conserje de la alcaldía, Léster Basura, están esquilmados.  De todas maneras esa concentración no fue lo fundamental de su venida, sino reuniones con “sectores” que imaginamos, para eso de no dejar apagar el volcán que constituye Mérida para cualquier plan macabro, cosa que recientemente se demostró.

Su discurso, más de lo mismo, salvo que ahora fanfarronea de lo que siempre ha evidenciado carecer: la geografía del país, el idioma, la oratoria… Llamó la atención la “confusión” frecuente entre Mérida y Miranda; por ejemplo, cuando habló de violencia y de huelga de educación.  Le debe tener muy preocupado Miranda, a pesar de que la oposición mirandina no ha dado pie con bola en eso de enjuiciarlo políticamente por el abandono patente de la gobernación.  Bueno, no vale la pena teclear por este fantoche, y de esta palabra, más de lo segundo que de la primera sílaba.

La quincalla de emblemas, rebosante, pero la previsión de los vendedores no tuvo nada que ver con la demanda real y los sobrantes “para la próxima” eran exagerados; cientos de gorras caprileras, cantidades de franelas de diferente calidad y muy variados mensajes, prendas de vestir (bufandas, pantalones…) que casi nadie vestía y sobre todo cantidades ingentes de “vuvuzelas” que seguramente tendrán como destino el encuentro de la Vinotinto-El Salvador que se efectuará pronto. (Ojo, PSUV, tengan un plan para enfrentar a los escuacas ese día, como muchas otras cosas, lo advierto a tiempo, tengo mis fuentes pero no la vía para llegar a ustedes).  La Polar, ¡presente! pero no gratis como se ha repartido en actividades del Este de Caracas.  Lo importante de mi planteamiento vienen ahora:

En las grandes concentraciones chavistas de Caracas en el 2002, observamos la predominio de pueblo-pueblo en las primera, con una ausencia notoria de “otras clases”; pero en las subsiguientes, esas “clases” comenzaron a aparecer hasta ser objetivamente destacables.  Pues bien, en el caso de las concentraciones de la oposición viene ocurriendo lo contrario, y cada vez más los “tierrúos”, “pata en el suelo”, “desdentados”, “chusma”… son más numerosos, a pesar de la incomodidad de, sobre todo, l@s “sifrinit@s” y las “doñitas”, verdader@s protagonistas de las “asambleas populares” de Coproles.  ¡De que algo pasa, pasa!

Pero lo que más me viene llamando la atención es el cambio de actitud que se está produciendo; de la tensión de las reuniones anteriores, a la distensión de las actuales.  Antes, estaban como nerviosos, a la defensiva, a la caza de cualquier “infiltrado”; ahora, participativos, ocupados de su cantos y consignas, sin importarles la presencia de extraños.  Con mi experiencia en los menesteres, puedo decir que el cambio más radical ha sido frente a la cámara fotográfica; antes, te interrogaban sobre el destino de las fotos y las evitaban (lo viví, y mi respuesta era “para la historia, pues soy eso, historiador”, y no siempre me dejaban en paz; en marchas de la ULA, a pesar de mi condición de “universitario” salía regañado) ahora, posan sin problemas.  ¿No les decía yo?

Bueno, el personaje vino y se fue, con los logros de las conversaciones secretas hasta que alguien suelte la lengua, como suele suceder, y con el espíritu renovado que dejó en sus seguidores.  No fue recibido según lo recomendado y, quizá, tampoco se procure revertir (me está gustando la palabreja) el avance que tuvo en la realidad merideña.  Pasemos ahora a considerar una metida de pata intolerable.

A unos 50 a 60 metros de donde se efectuó la “asamblea popular”  con Coproles, hay un Supermercado Bicentenario, que conozco bien porque “observo” con atención cada vez que me toca ser usuario (realmente, cliente, como en las “otras” empresas). Funciona a su manera, y hay unanimidad en que la dirección tiene fallas del mismo tamaño del local, es mediocre que jode.  Pero escoger exactamente el día de la visita de Coproles para ponernos en evidencia fue el colmo.  ¡Carajo! Se portaron como el familiar poco dotado que todos tenemos.  Y no es que no sea necesario mostrar los interiores rotos, sino que el pudor sigue valiendo para buena parte del género humano… y el disimulo político en ocasiones es necesario; “en estos momentos” puede servir para que no nos jodan más, que ya bastante lo estamos (ay, Fermín Osorio, diciendo eso, me lo digo y lo van a decir), con la promesa de que después del espectáculo se remarquen los puntos sobre las íes, y como el espectáculo fue el sábado, el momento es YA.

Las colas allí son “normales”, pero la que armaron el día de la visita de Coproles fue de foto, que las hice y las publiqué en mi blog.  Escuáca que fue y vino a la vecina “asamblea” no podía dejar de ver el espectáculo.  ¡Con qué desprecio, lástima y alegría mal disimulada lo miraban!  ¡Cómo reafirmaron sus postulados de ineficiencia, escasez, cubanización, humillación…!  “Vean, esa colonón quizá por dos pollitos, o cuatro paquetes de harina pum, o dos paquetes de papel”, sacaban su celular y ¡puf!… una foto (quisiera ver la calidad de estas, porque la luz en contra me hizo muy difícil tomar las mías, que no las hago con celular)

Bueno ese Bicentenario o se acomoda o lo cierran.  No puede seguir siendo origen de arrecheras y desilusión, no puede seguir matando votos.  En él se compendia todos lo que escribí sobre las colas y su efecto, porque fue mi principal fuente en las largas esperas a que me he sometido.  Para descargo, me consta de que trasciende la administración local y que la ineficiencia viene también entre los suministros enviados de Caracas. 

Haciendo un paréntesis interesado, les confieso que allí me han puesto a sospechar que las reses brasileñas son un fenómeno de laboratorio que sólo tiene chocozuela, pescuezo, solomo abierto… sin lomito, muchachos, solomo de cuerito, punta trasera… Pero mi perversidad ha logrado más y decidí convencerme de que estos “despojos buenos” se quedan por ahí, en algún Bicentenario del este de Caracas, por ejemplo.  Siendo el único Bicentenario del estado, de uno de los estados escogidos como campo de batalla privilegiado de la guerra económica a que nos somete la oligarquía y el imperialismo, es un Bicentenario cenicienta, donde el único “línea blanca” disponible con frecuencia sean los calentadores a gas (¿influye el clima en este privilegio?) mal surtido de lo demás, salvo de venenos envasados, pacotilla alimentaria y productos polar no necesarios; allí los precios de todo lo distinto a las urgencias para paliar la escasez, son siempre más elevados que en cualquier supermercado privado, chino o no.

Bueno, con el espectáculo gratuito para los asistentes de la “asamblea popular” de Coproles en Mérida, brindado por nuestros actores de reparto del Bicentenario del CC Cada, los dejo por hoy.  Ya retomaré los agentes mata votos, debiendo caer necesariamente en las omisiones o errores de nuestro, ojo, “nuestro” gobierno, procurando no convertirlos en la descarnada, sanguinaria y proyectada desde muy adentro crítica (¿no será mejor “detracción?) de los marcianos que escriben en “ciertos” portales, quienes jamás dan el beneficio de la duda, jamás consideran que la política es alquimia y filigrana (encaje de bolillos, mejor), cuyos elementos están entrelazados como telaraña, que no como red de pesca que permite remiendos locales, que conocer y estudiar (¡carajo! ¡estudiar!) la historia es el mejor punto de partida para no desbocarnos, para no echar todo a pique, por no llamar con más eficacia que la oposición la intervención extranjera, en fin, por no reventar gratuitamente este proyecto tan hermoso e inédito, a no ser que esa sea la intención y lo escriban como luchadores enmascarados.  Todo no se arregla con calificativos de reformista, boliburgués, inepto, político quemado que ya jugó su papel, sin cojones u ovarios, y todo el léxico presente en titulares y contenidos de las recopilaciones de escritos de intelectuales de izquierda, porque la política económica y la monetaria en particular, esa cuerda floja de las sociedades capitalistas, no es como la imagino y se me ocurre, y yo soy muy, pero muy radical y arrecho. 

Es el pueblo quien debe marcar el ritmo de su Revolución, que debe apoderarse de la dirección del proceso, y a eso se dirige, que su aparente exceso de paciencia ante la arremetida bélica que está viviendo es muestra de sabiduría y no de alienación, y que presionarlo, desesperarlo, ladillarlo desde afuera es una enfermiza arrogancia.  Pretender ser los únicos capaces de dar lecciones de cómo agarrar el toro por los cachos es una manifestación de que vivimos la mayor parte de nuestras vidas apartados del pueblo que le ha tocado torear animales de todos los colores (otra razón para ser militante antitaurino), del pueblo que después de recuperarlo para la historia nos fue presentado amablemente por Chávez, y debimos decirle mucho gusto, pueblo, fue un placer conocerlo, aquí estoy para servirle… no para decirle lo que tiene que hacer.

Continuaremos con el tema de las “guerras”; voy a buscar el avío y la ñapa. (130513/2032)

 



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Fermín E. Osorio C.

Historifabulador socialista y antiimperialista.

 osorioc@gmail.com      @FrontinOso

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