Las barbas del vecino

Algunos presumidos, en sus ensayos para desacreditar a Venezuela, lo hacen por la vía de la comparación; así, quieren mostrar el arquetipo de Colombia como patrón de una derecha “progresista”. Sin embargo, la realidad es otra, este modelo no parece funcionar del todo bien.

Ahora, cambia su ruta y acude como medida de re-impulso a su economía, al amparo de la minería a gran escala; paradójicamente, la llaman “la locomotora”, y la convierten en pieza maestra de los planes de desarrollo del gobierno de Santos, y, eje de su intento de re - elección

Pero, este sainete tiene sus dobladillos y deja al descubierto la verdadera razón de la maniobra; bueno saber: las exportaciones de carbón, oro, petróleo y níquel, cobalto y tungsteno – sus golosinas- tendrán ahora por tarea reemplazar, según ALADI, y el Departamento de Estadística (Dane), la muy deprimida producción de café (cuya exportación baja en casi 30% desde 2007 hasta hoy) y otro sucede, tanto en, maíz, arroz, cacao, papa, carne, leche, textiles, calzado, autopartes, cauchos y todos los demás esqueletos que los TLC han dejado como efecto de su soplete; cuya secuela mas palpable, es el debilitamiento de la “clásicamente” celebrada industria y la agricultura colombiana. Poco esperanzador.

Hay que dejar claro, la minería, en Colombia y otros países, regularmente, es un robo —notorio — de tributos y de riquezas. Su renacer es utopía.

Ahora, se le coloca como la reina del sistema económico de la Republica de Nariño.

Y, en contradictoria realidad, se predice en su futuro inmediato, una fuente, generadora de enorme ola de protestas que crecerá día a día; tanto, como se ira dejando sin aliento y esperanza a muchos trabajadores, como efecto de los TLC.

La solución del Gobierno será, como suele ser, -irse por el camino de la menor resistencia-, sabiendo, que a futuro, se le viene una ola de reclamaciones, propone aumentar el plan de fuerza de los curiosos “batallones energéticos”, nueva modalidad represiva, (Según el Tiempo del 27 de Junio: “400 militares enfrentan fuertes jornadas de preparación estos días para cumplir con la misión de proteger, por ahora, la infraestructura petrolera y energética en los campos de Rubiales y Quifa, en Puerto Gaitán) cuyo total de contratados en el país es hoy de 30.000 hombres”.

Este ejercito represivo de paramilitares tiene desastrosos antecedentes en la mafia que montó Uribe. Ese purgatoria produjo terribles asesinatos. Creó el horror con su repertorio de motosierras y escabechina de cuerpos humanos.

Actualizada por una inexplicable ocurrencia de los ex – pedevesos, y, que Luís Giusti contrató, para proteger los intereses de la Rubiales Pacific en Colombia; en contra de los trabajadores y a favor de los capitales foráneos. Que Dios los sepa proteger

Este selectísimo grupo de paracos, no están solos, ahora se le suman los contingentes de los violentos escuadrones antimotines ESMAD (acrónimo del Escuadrón Móvil Antidisturbios) ; un grupo especial de la Dirección de Seguridad Ciudadana (DISEC) de la Policía Nacional de Colombia, cuya misión es brindar apoyo a las unidades policiales ante los futuros -esperados- disturbios ciudadanos y en espectáculos públicos, que ocasionalmente puedan desembocar en alteraciones del orden público.

Este ejercito represor sin duda esta previendo situaciones como las que actualmente vemos en Brasil. Sin duda habrá choque entre la población laboral afectada y la alianza de intereses entre grandes compañías y el gobierno.

Tan poderosa es la alerta, que el tema minero será llevado a la mesa de negociaciones de La Habana; por tanto, necesariamente, a replantear el veto que ha impuesto el Gobierno a discutir el modelo económico impuesto por los tratados de libre comercio.

Dentro de este modelo económico, la gente se pregunta ¿qué exportará Colombia a Israel, que no sea granadillas, “chochecos”, presentados a cambio de aviones no tripulados, cañones y ametralladoras. ¿A lo mejor nos sorprenden con bocadillos veleños o pan de bono, ¿quién sabe?.

Concluimos que la artificiosa maniobra informativa de nuestros opositores, que acuden al caso Colombia para animar sus proselitismo deschavetado, es operación sin sentido.

Súmele a esta novedad, el intento de su diplomacia de improvisados, por acceder al Papa o gobiernos que los niegan; agregue la experiencia del Departamento de Estado norteamericano a quién María Corina Machado, llama ahora: “vagabundos, empezando por los gringos y siguiendo por los colombianos, los brasileros…”.

Miramos asombrados como crean frentes y luego sencillamente les dan patadas, por que no los complacen. Siguen sin plan, unidad ni frente político razonable.



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Tulio Monsalve


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