Por aquí estuvo el monoconhojilla de Miranda negando la partida de Maduro y reivindicando las de PJ. Entre las majaderías que espetó les presentamos el pronóstico de 80-20 para su candidito a la alcaldía del Libertador. Y es que Carlitos García es tan ilusorio que después de la millonaria inversión de PJ para imponer a los partidos históricos de Mérida su candidatura, necesita que monoconhojilla de Miranda lo insufle cada cierto tiempo, y a eso viene tan de continuo. ¡Se parece tanto a él!
¿80-20? Yo te aviso, monoconhojilla. A medida de que avanza la campaña, tu becerrito se vuelve más de pancarta y afiche, y por eso se sabe que existe; por ahí anda, sonriendo y robando consignas desde la altura de los postes donde cuelga su imagen de laboratorio. La ventaja que contextos concretos le dieron a la mudgre en el municipio Libertador de Mérida, se achica aceleradamente y se volverá sal y agua en diciembre, a no ser que el coprolito se aleje de Coproles y de Léster B, su mentor local, y de que ocurra un cataclismo político, tres premisas muy alejadas del mediato futuro político.
Hay una fracción de los candidatos a concejales que entendieron que deben alejarse de Léster B, y lo hicieron denunciando su fracaso como alcalde. Muy tarde piaron y es más probable que sigan afectados por las prácticas mafiosas del alcalducho que, por ejemplo, ayer ordenó enviar al garaje municipal a automóviles estacionados en sitios permitidos, porque en un momento del día necesitó esa calle para una actividad.
La inversión de cash que está haciendo Léster B., no es sólo para favorecer al insípido Carlitos, sino para guardar para cuando la teta se le seque siempre queda cuando se reparte dinero sin mucho trámite, en ayudas directas a la comunidad; Bs. 228.950 en esta oportunidad y cerca de 10.000 millones entregadas anteriormente. Claro, algo irá para la campaña de Coprolito.
En el reparto de este teatro político hay para todos. En El Vigía y Tucaní, tierra ardiente y (también) del tambor que no le gusta a Coproles y de allí su huida permanente de Miranda, estuvo otro mudgriento, Reopoldo. Intrascendente, pero estuvo; como si no hubiese venido, porque no le dejó nada de nada, ni una frase bien hilada, a la oposición tierrallanera. Recibimiento escuálido (recurrieron a momias política como Alexis Peperoni y Bubín Díaz) y gira aún más enjuta. Reopoldo síí debió darse cuenta de que en El Vigía cuenta más políticamente el alcalde alzado contra el pueblo y la historia, que Juan, el candidato de la Mudgre. Por alguna traba cercana, tenía en la boca el oprimido, que soltó demasiadas veces en la declamación a los medios.
Después de observar que la calma chicha en el ambiente opositor de Mérida no puede ser movida ni con la presencia de los jefes más piojosos de la Mudgre, nos convencemos más de la superioridad de los candidatos de la Revolución. En el caso de María Alejandra, que arrastra el entorno político más difícil del estado, la vemos remontar poco a poco la acentuada diferencia estadística, gracias a la ausencia de plomo en sus alas y en la campaña inteligente de equipo. La dinámica coyuntural de la administración regional, también la favorece, así como la batalla nacional contra la guerra económica encabezada por el Presidente Maduro.
Pero, María Alejandra, los detalles ausentes de tu campaña que siempre hemos recordado desde estos escritos siguen sin ser atendidos, y por esto o por aquello, no te alcanzan los números (votos) aún. No es pesimismo; es una realidad que podrá ser comprobada por los estudios estadísticos próximos a realizarse. ¡Vamos con todo!
